Es una fiesta original, en la que los vecinos se atavían con bolsas llenas de harina y harinan a todos los vecinos o visitantes que se encuentran por las calles, además de los tradicionales concursos de disfraces.
Los mayores relatan que los mozos del pueblo harinaban a las mozas en busca de "novería", el hombre harinaba a la mujer que quería "pretender" y si esta le volvía a harinar a él, mostraba su interés por el mozo.
Hoy día continúa la tradición del "harineo" entre los jóvenes y mayores. En estas fiestas es típico "el baile de la rueda", que va pasando de generación en generación, y el entierro de la sardina.
Declarada Fiesta de Singularidad Turística Provincial.