Como todos saben, o al menos la inmensa mayoría, la mascota de la Legión es todo un símbolo de la Historia de España. Sin embargo, su intervención en la reciente parada militar podría ser la última si finalmente se aprueba la ley del Ejecutivo central en sus términos actuales. Desde su fundación hace 101 años, la Legión siempre ha contado con mascota.
La norma impulsada por el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, liderado por Ione Belarra, establece en su artículo 73: “Se prohíbe el uso de animales en exposiciones de belenes, cabalgatas o procesiones, en las que se mantenga al animal de forma antinatural conforme a las características propias de su especie”.
Está claro que la noticia ha causado estupor en las filas legionarias, que recuerdan que la mascota en todas las unidades “es un compañero más, de maltrato animal ni hablar, se les trata como a una persona más”. “Cuando uno de los machos cabríos muere es todo un drama en la Legión. Son muchos años compartiendo momentos y al final les cogemos cariño”, señalan.
Llegados a este punto situémonos en la Semana Santa de Lorca, que aún se desconoce si podrá celebrarse el próximo año después de dos años de cancelaciones por culpa de la pandemia. Si nos ceñimos al artículo 73 de la futura Ley Animal, puede deducirse que la presencia de caballerías en nuestros desfiles podría estar en peligro y con ello una de las esencias fundamentales de las procesiones lorquinas, afectando sobremanera a las dos cofradías mayoritarias, Blancos y Azules, tanto monta, que son las que aportan caballos.
Desconozco si las directivas de ambas cofradías están al tanto de las intenciones de Podemos. Resulta imprescindible que los dos presidentes concernidos deben ponerse manos a la obra y conocer exactamente en qué momento se encuentra el proceso de elaboración de la ley y los plazos previstos para su posible aprobación. En este asunto también se requiere –si fuera necesario- el apoyo político encabezado por el equipo de Gobierno y el Gobierno regional.
Lorca se juega mucho.