Es cierto que el Sector del Automóvil Español venia ya tocado por la polémica de los motores de combustión, los nuevos conceptos de movilidad, logística, energía, etc. y si faltaba algún elemento irrumpe como acelerador de la crisis el COVID-19.
Ya apuntaba en mí artículo del pasado Domingo 17 de mayo, “Confío en que esta inesperada crisis económica, una vez más, no se utilice como excusa para precarizar las condiciones sociales y laborales de los trabajadores o, aún peor, para recuperar el individualismo, versus localismo egoísta e insolidario de unos países contra otros, deslocalizando, cerrando o trasladando fábricas.” Lo hacía adelantándome a los tristes acontecimientos de esta semana.
Es verdad que trabajadores y administraciones, antes de tratar la liquidación y la mejor salida posible de los empleados, deben ser inflexibles en las exigencias de responsabilidad a la marca nipona y tratar de revertir la decisión y/o el mantenimiento de Nissan como socio industrial, así como la exigencia del cumplimiento de los contratos con todas las empresas auxiliares y de componentes, o en su defecto la búsqueda de una alternativa que garantice la pervivencia de la actividad industrial y el empleo directo e indirecto.
Todos somos conscientes de que, en general, los países más prósperos son los más industrializados; es por lo que el automóvil como industria es determinante para la economía de nuestro País; Supone el 9% del empleo nacional, con un 84% de contratos indefinidos e induce en España 1,89 millones de puestos de trabajo y factura más de 103.000 millones de euros. Es el mayor contribuidor neto a la balanza comercial, con un saldo positivo en automóviles de 14.500 millones de euros, el 18% del valor de todas las exportaciones españolas. Es el 10% del PIB nacional y el valor de la cifra de negocio del sector asciende a más de 64.500 millones de euros siendo capaz de generar un efecto de arrastre en la economía de 1,8. El sector facilita la recaudación de impuestos: 20% de esta recaudación corresponde a la adquisición de vehículos (IS, IVA...) y el 80% restante a su uso (matriculación, circulación…) suponiendo el 15% de la recaudación fiscal nacional. La industria española de automoción es un 85% más innovadora que la media nacional. En el periodo 2016-2018 el sector ha recibido 2.440 millones de euros en Inversión extranjera directa y el 7% nacional. Los fabricantes españoles han invertido sólo en 2018 cerca de 3.000 millones de euros.
Somos como País, a pesar del importante desconocimiento, el noveno productor mundial de vehículos ligeros y el segundo productor europeo de vehículos industriales y comerciales. Hasta hace poco éramos el primer productor de vehículos industriales de Europa, el segundo productor de turismos de Europa y el octavo a nivel mundial, sin olvidar el sector de componentes y auxiliar, donde contamos con multinacionales de capital español tan relevantes como Gestamp.
España debe seguir siendo competitiva en calidad, eficacia, eficiencia y productividad. Hay que recuperar los Planes de Competitividad y de apoyo al achatarramiento, seguir invirtiendo en I+D+i, poner en marcha los observatorios sectoriales en el Ministerio como instrumentos necesarios y el incremento de la colaboración y participación sindical.
Tras el COVID-19, debemos revisar todos los Planes e Informes ante la nueva realidad y responder a las inquietudes y preocupaciones sobre la situación crítica del Sector, las medidas post Covid, el liderazgo y la interlocución, etc.
El momento es clave y el Gobierno de España actual, con la Ministra Reyes Maroto al frente, estoy seguro de que van a arbitrar nuevos planes de apoyo, no solo al eléctrico, sino que debemos defender como vehículos limpios también la hibridación, gas, hidrogeno y los grandes avances en la sostenibilidad medioambiental de los nuevos motores diésel y gasolina como factores determinantes para el mantenimiento de la industria Española y el empleo en mayúsculas.
Hay que revertir la opinión negativa sobre los motores y repensar las propuestas que la realidad ya ha cambiado. Muchas políticas relacionadas con la movilidad y que alertaban sobre cambios en el sector del automóvil se han de revisar.
Cuando nos alertaban sobre la reducción del vehículo propio por el aumento del trasporte público y de cambios sustanciales en la movilidad llega el Covid 19 y se revitaliza y aconseja el uso del automóvil privado como el mejor de los instrumentos para evitar el contagio.
Finalmente, tras el jarro de agua fría de Nissan y las dificultades y crisis del Sector, también hay motivos para la esperanza y la puesta en valor como País de nuestras empresas y su mayor capital el factor humano, y en este aspecto, Renault ha anunciado que mantiene la actividad y las cuatro plantas de la marca francesa en nuestro país.
Rogelio Mena, ha sido Secretario Federal de MCA-UGT Responsable Nacional de Automoción, ahora es Responsable Nacional de ITV de UGT-FICA, ha sido Alcalde y Diputado Provincial