La victoria del PSOE, junto a la imposibilidad de otra alternativa de derechas, era una oportunidad que una izquierda responsable que se sienta útil no podía dejar pasar.
Nadie, en un escenario sociopolítico nacional e internacional tan convulso como el que se avecina, debe jugar con el futuro y la ilusión de la gente.
El voto progresista no está para asaltar el cielo, sino para mejorar la vida en la tierra a las clases medias, los trabajadores y aquellos menos favorecidos.
Los que vivimos la realidad cada día en el mundo sindical, estamos acostumbrados a ver en los procesos negociadores de ámbitos laborales, que los que van de innovadores, de puros y castos, inamovibles en sus aspiraciones máximas y apareciendo con la lista de los reyes magos, al final, crean falsas expectativas que sólo generan frustración colectiva.
Estos nuevos y viejos poseedores de la verdad absoluta deberían acompañar a los sindicatos a conocer la realidad de las empresas para observar cómo, desde el esfuerzo colectivo, la complicidad y la confrontación de posiciones legítima entre dirección de empresa y sindicatos, son capaces, desde la responsabilidad y la obligación, de dar soluciones por el bien de todos los empleados y el mantenimiento de la actividad económica.
Es evidente que los negociadores en una empresa se juegan su futuro en primera persona, y no sé, si los negociadores parlamentarios han entendido, más allá de sus legítimos intereses partidistas, que lo que se juegan es el interés de todos.
En la izquierda sobran hooligans y hacen falta negociadores, no necesitamos sobreactuaciones, teatros y escenificaciones huecas, que sólo conlleven a la depresión colectiva.
Necesitamos seriedad, responsabilidad, y políticos de estado que entiendan que la búsqueda de la solución, es la obligación.
La sociedad progresista demanda nuevos políticos que se comprometan con todos a dar una salida a todos.
La irrupción de los nuevos partidos en lugar de facilitar y posibilitar acuerdos entre diferentes han venido a bloquear, aunque hoy tras unas encuestas muy desfavorables parece que quieran rectificar.
Pero a esta nueva oportunidad electoral a la que nos han abocado aquellos partidos de derechas e izquierdas que no han permitido Gobernar a quien obtuvo la mayor representación, debe hacernos reflexionar, y concentrar nuestro voto en aquellas opciones que respeten la voluntad democrática y electoral mayoritarios, que pongan freno al fascismo rampante, que no confundan negociación con trágala, que faciliten el progreso, en definitiva, aquellos que aspiramos a una sociedad mejor, debemos apostar por una izquierda, pero UTIL como lo es el PSOE con Pedro Sánchez al frente.
Rogelio Luis Mena Segura,
Sindicalista y edil, fue Alcalde y Diputado