Si bien es cierto que el consejo de ministros que se reunió en Barcelona, aceptando una reivindicación independentista aprobó una declaración para " restituir la dignidad de Lluís Companys" condenando el consejo de guerra que sentenció en 1940 a muerte al expresidente de la Generalitat, ello no evita que la figura del presidente Catalán tenga que ser adorada en los altares.
Lluís Companys, como Puigdemont es un golpista que se alzó en armas en octubre del 34 contra un gobierno legítimo y a diferencia de Puigdemont por más coronas que ahora adornen su testa, un criminal.
Presidente de Cataluña en el periodo 1936-39, periodo conocido por ser donde más sangre se derramó, cabe recordar que fue bajo su tutela que se pusieron en marcha las patrullas de control al estilo de la Gestapo, los campos de concentración no distintos de los nazis y las chekas donde lo normal, se llamaba tortura.
El hoy santo Companys, firmó centenares de penas de muerte. Tanto es así que se calculan 9000 asesinatos los llevados a cabo por su gobierno.
Juzgado en consejo de guerra en 1940 por sus crímenes, fue fusilado por el gobierno franquista aunque de haber ganado la guerra los republicanos, seguramente su destino hubiera sido el mismo.
Ahora Torra tras conseguir parte de lo que quería exige más y para ello vuelve a abofetear a Pedro Sánchez para beneplácito de los barones y en especial de Susana Díaz que con el cuchillo en la boca ha conseguido esgrimir una sonrisa, al ver en el president catalán su mejor aliado.
Gabriel Sánchez