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"Diez pilares del sistema educativo finlandés", por Pedro Cuesta Escudero

'Diez pilares del sistema educativo finlandés', por Pedro Cuesta Escudero
martes 24 de octubre de 2023, 06:25h
'Diez pilares del sistema educativo finlandés', por Pedro Cuesta Escudero
'Diez pilares del sistema educativo finlandés', por Pedro Cuesta Escudero

Como se sabe Finlandia es uno de los veintisiete Estados soberanos que forman la Unión Europea. Está situado en el noreste de Europa. Tiene fronteras al oeste con Suecia, al este con Rusia y al norte con Noruega. Es el séptimo país más extenso de Europa y cuenta con una densidad poblacional baja de 16 habitantes por km², lo que le convierte en el menos densamente poblado de la Unión Europea. La disolución de la Unión Soviética en 1991 cambió su situación geopolítica, al quedar sin efecto los compromisos políticos contraídos con la URSS, lo que tuvo como consecuencia una mayor integración de Finlandia en Europa. De este modo entró en la Unión Europea en 1995. Finlandia es una república parlamentaria y democrática y acaba de ingresar en la OTAN por temor a ser invadida por Rusia como le ha ocurrido a Ucrania.

En Finlandia existe un dinámico estado del bienestar, así como una política altamente democrática y con niveles sumamente bajos de corrupción. Finlandia es uno de los países menos corruptos del mundo. Por otra parte, la educación y la sanidad son las piedras angulares de ese estado de bienestar. Es uno de los países europeos con mayor atención a la sanidad.

El sistema educativo de Finlandia

La educación primaria y secundaria inferior -escuela integral- es gratuita. Las escuelas integrales son mantenidas por las autoridades locales (municipios) y otros proveedores de educación. Después de la escuela integral, los estudiantes continúan hasta el nivel secundario superior y eligen entre educación general y educación y formación profesional.

La educación secundaria superior general proporciona, como su nombre indica, educación general. No califica a los estudiantes para ninguna ocupación en particular. Al finalizar la escuela secundaria superior general, los estudiantes toman un examen nacional de finalización de estudios conocido como examen de matriculación finlandés. Quienes aprueben este examen podrán solicitar continuar sus estudios en universidades, universidades de ciencias aplicadas e institutos de formación profesional. La educación secundaria superior general suele tardar tres años en completarse.

El sistema educativo ofrece las mismas oportunidades de educación para todos. La educación es el corazón de la sociedad. Desde el nivel preescolar hasta la educación superior es gratuita. El sistema educativo finlandés está agrupado en diferentes niveles de educación y no tiene callejones sin salida. Los estudiantes siempre pueden continuar sus estudios en un nivel superior de educación. El actual sistema educativo comprende: una red de guarderías cuidadosamente planificadas para los niños menores de seis años; un año de educación preescolar; nueve años de educación general básica obligatoria; tres años de educación secundaria no obligatoria o de formación profesional; estudios superiores cursados en universidades o escuelas politécnicas. Y, finalmente, educación para adultos. La educación es gratuita en todos los niveles para el estudiante, e incluye la asistencia sanitaria y el comedor durante la escuela primaria y secundaria. El material escolar también es gratuito y donado por la escuela. O sea, educación escolar uniforme para todos los alumnos, independientemente de su origen socioeconómico, y el consiguiente mejor rendimiento de los alumnos más débiles. Estas condiciones propician la asistencia de todos los habitantes del país, llevando al país a tener apenas un 8% de alumnos finlandeses que no terminan sus estudios obligatorios.

El sistema educativo finlandés está reconocido como un modelo de referencia dentro del mundo desarrollado. Los resultados obtenidos periódicamente en el Informe del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes, Informe (PISA), así como el elevado índice de educación dentro del IDH (Índice de desarrollo humano) respaldan al modelo igualitario y gratuito de educación en Finlandia. En los estudios PISA, los estudiantes de Finlandia han causado un gran revuelo con sus clasificaciones en el grupo superior. Entre las explicaciones de los buenos resultados del sistema escolar finlandés están las iniciativas educativas del gobierno con el programa LUMA, el cual tiene como objetivo mejorar la calidad, eficacia y visibilidad de la investigación finlandesa. Para lograrlo desarrolla y profundiza el diálogo y la colaboración investigadora entre universidades, facultades y grupos de investigación. Y también inspira y motiva a niños y jóvenes hacia las matemáticas, la ciencia y la tecnología con nuevos métodos y actividades de educación científica y tecnológica, basados ​​en la investigación. Además, se apoya el aprendizaje permanente de los docentes que trabajan en todos los niveles de la educación, desde la primera infancia hasta las universidades, y fortaleciendo el desarrollo de la enseñanza basada en la investigación para promover la enseñanza de las ciencias y las matemáticas.

Diez pilares del sistema educativo finlandés

1:- Los docentes son profesionales valorados. La educación es una profesión con prestigio y los profesores tienen gran autoridad en la escuela y en la sociedad. El equivalente a Magisterio en Finlandia es una titulación complicada, exigente y larga, que además incluye entrevistas personales, por lo que los maestros son profesionales muy bien preparados y vocacionales.

2.- La educación es gratuita y, por tanto, accesible a todos. El sistema educativo público establece que la educación es obligatoria y gratuita entre los 7 y los 16 años y debe ser impartida por centros públicos. Tampoco se paga por los libros ni por el material escolar, y todos los niños reciben una comida caliente al día en el colegio, también gratuita. En el caso de que el niño viva a más de 5 km. del centro escolar, el municipio debe organizar y pagar el transporte.

3.- El reparto del dinero público se hace de forma equitativa. Los fondos estatales se reparten de forma justa entre los centros. Hay una base de subvención común para todos, pero la cifra final varía atendiendo a las necesidades de cada uno, de manera que se compense a aquellos con más carencias para equipararlos al resto. La igualdad de oportunidades es un valor esencial.

4.- El currículo es común, pero los centros se organizan. Cada escuela y sus profesores diseñan y organizan el currículo (aunque tiene unas líneas generales y un marco común para todos) y se planifican para conseguir los logros establecidos como mejor consideren.

5.- La educación se personaliza. Desde los primeros cursos se interviene para apoyar a los alumnos con necesidades especiales, con lo que se evita que sus dificultades aumenten con los años y se minimizan los porcentajes de fracaso escolar. Se respeta el ritmo de aprendizaje de cada niño y se huye de las pruebas y actividades estandarizadas. Además los profesores suelen ocuparse del mismo grupo desde 1º (siete años) hasta 6º (12 años), lo que ayuda a que los conozca mucho mejor.

6.- Los alumnos tienen tiempo para todo. La educación se toma en serio pero también se da tiempo al juego y al descanso. Los niños no comienzan el colegio hasta los 7 años, momento en que se les considera maduros para aprender. Además las jornadas lectivas son más cortas. Los estudiantes de Primaria tienen solo 3 o 4 clases al día, con descansos de 15 minutos entre cada una de ellas a los que se suma el descanso para comer. Apenas hay deberes, el trabajo se hace en clase, no en casa.

7.- Preparar la clase es parte de la jornada laboral. Los profesores no imparten tantas horas de clase como en otros países, sino que el tiempo que pasan en el aula es más reducido y destinan las horas restantes a preparar sus lecciones, investigar, organizarse o trabajar de forma colaborativa con otros docentes.

8.- Se evita la competencia y las cifras. Los estudiantes no hacen exámenes ni reciben calificaciones hasta 5º curso (11 años) y los informes que el profesor elabora para los padres son descriptivos, no numéricos.

9.- Se premia la curiosidad y la participación. La imaginación y la capacidad de emprendimiento son muy apreciadas en la sociedad finlandesa, abundan los profesionales de campos artísticos y creativos y también los de tecnología e ingeniería. Esta también se fomenta en la educación, donde se valora la creatividad, la experimentación y la colaboración por encima de la memorización y las lecciones magistrales.

10.- Los padres se implican. La sociedad y las familias consideran que la educación es fundamental y la complementan con actividades culturales. A esto contribuyen las ayudas que reciben los padres para la conciliación de la vida laboral y familiar, para que dispongan de más tiempo con sus hijos.

Su política escolar le reporta a Finlandia grandes beneficios

Este desarrollo educativo ha hecho que la economía finlandesa sea una de las más prósperas de Europa, una economía altamente industrializada, basada en grandes recursos forestales, altos niveles de inversión de capitales, máximo desarrollo tecnológico y excelente bienestar y seguridad para sus habitantes. En Finlandia existe un efectivo estado del bienestar, así como una política altamente democrática y con niveles sumamente bajos de corrupción. En gran parte se debe a la escuela pública, porque sin una educación popular seriamente organizada no hay desarrollo, ni bienestar, ni democracia, ya que escuela pública y democracia son dos factores estrechamente unidos en su destino. A través de su propia existencia la escuela pública hace viable la democracia como realidad, no solo institucional, sino esencialmente cultural y social. La escuela pública es la institución más adecuada, y única, para arrancar de la pluralidad de la sociedad unos mínimos éticos y culturales que constituyen la base de una visión compartida de sociedad y de patria. Por mucho que se pregone “igualdad para todos”, como últimamente estamos oyendo a algunos políticos españoles de la derecha y de la ultraderecha sobre no sabemos qué encaje con Cataluña, sin una educación popular seriamente organizada toda propuesta social y política es estéril, porque en la escuela pública, donde convive la pluralidad de la sociedad, es donde se aprende a reconocer al “otro” como otro legítimo. Finlandia nos demuestra que la educación es un servicio público básico, es decir competencia del Estado, ya que éste tiene por objetivo principal dirigir la organización del país.

De la misma manera que ningún Estado, ni el más neoliberal, deja Defensa en manos de la iniciativa privada, la Sanidad y la Educación también han de estar gestionadas por los Poderes públicos, porque si Defensa protege la integridad de la sociedad, la Sanidad se preocupa por tener a los ciudadanos/as sanos y útiles para que sean más rentables, la Educación se ocupa en desarrollar lo más posible las capacidades de las nuevas generaciones. Si en una época la escuela privada fue necesaria por la precariedad del Estado, cuando éste se ha normalizado la escuela privada acentúa la desigualdad y el privilegio. La educación es un derecho inalienable de la persona y no un negocio en manos de los mercados.

No basta con defender la Escuela Pública de las perversiones neoliberales, es necesario hacer pública la Escuela Pública en otro marco de comprensión de las relaciones políticas.

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