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EL SEGUNDO PODER, SECCIÓN REALIZADA POR TOMÁS GUILLÉN, PERIODISTA

Arantxa Abenza: “Debemos hacer que gane siempre la sociedad con tanta novedad digital. La pregunta que yo me hago es: ¿al servicio de quién está la prensa?”

Arantxa Abenza: “Debemos hacer que gane siempre la sociedad con tanta novedad digital. La pregunta que yo me hago es: ¿al servicio de quién está la prensa?”
domingo 14 de marzo de 2021, 10:44h
Arantxa Abenza: “Debemos hacer que gane siempre la sociedad con tanta novedad digital. La pregunta que yo me hago es: ¿al servicio de quién está la prensa?”
Arantxa Abenza Montoro, 33 años. Licenciada en Filología Hispánica por la Universidad de Murcia. Profesora de Lengua Castellana y Literatura en Educación Secundaria Obligatoria, por lo que se considera mucho más pedagoga que lingüista. La enseñanza es su vocación y pasión, se dedica a ella por entero. Está siempre aprendiendo y tratando de descubrir la mejor manera de conectar con sus alumnos. “Pienso en el modo de transmitirles a mis estudiantes todo lo que leo, escucho y veo. Soy una especie de comunicadora en las aulas”, asegura.
Arantxa Abenza: “Debemos hacer que gane siempre la sociedad con tanta novedad digital. La pregunta que yo me hago es: ¿al servicio de quién está la prensa?”

En este proceso de aprendizaje se aventuró a enseñar Español como Lengua Extranjera en Estados Unidos, donde reside desde 2019. No es su primera experiencia en el extranjero, también realizó prácticas en Berlín en 2014, en una Escuela Europea. Sin duda, estas dos experiencias son las que más le han enseñado tanto a nivel personal como profesional, explica por último.

“No estaríamos donde estamos si todos los avances o cambios se consideraran perjudiciales o negativos”; -“considero que las RRSS ayudan a llevar la noticia a los más jóvenes (y a los no tan jóvenes) y esto debería ser positivo”; -“hay que luchar y trabajar porque prevalezca el trabajo y el esfuerzo y evitar que la formación caiga en saco roto o se llegue a obviar y a considerar prescindible”; -“ cualquiera que hable con un poco de convicción y presente carisma se puede convertir en un gurú. Esto es peligrosísimo”; -“hay que estudiar a la sociedad y los cambios que está viviendo y los que puede vivir si no se actúa y se informa de la manera adecuada”; -“la lengua tiene la habilidad de adaptarse y evolucionar, siempre lo ha hecho, los únicos que nos negamos a hacerlo somos los usuarios”; -“al nuevo público puede que no le guste la objetividad. Se valora mucho que alguien “se moje”, el imparcial siempre sale perdiendo”; -“muchas veces nuestro error está ahí: en la negación al cambio, a la evolución”; -“los bulos, la desinformación solo se puede frenar con una sociedad formada y culta, que sepa discernir la verdad del engaño”; -“igual que el periodismo se adaptó a la imprenta, a la radio o a la televisión, debe adaptarse también a las redes sociales”; -“para los de mi generación, el periodismo era la profesión de los superhéroes, éstos estaban dispuestos a cambiar el mundo”

P.-Es más que evidente la estrechísima relación entre periodismo y lingüística

R.-Desde siempre, todos los escritores literarios tienen algo de periodistas y viceversa. Esta dicotomía ha existido siempre y a veces es complejo delimitar las diferencias entre uno y otro. Lo importante que la lengua y la literatura están a servicio de ambos y por tanto a servicio de los destinatarios.

P.-¿Las RRSS han perjudicado sobremanera a la forma correcta de hacer periodismo (por su sencillez, rapidez y la democratización de estas RRSS)? Lingüísticamente hablando

R.-No quiero decir “perjudicar”, no estoy de acuerdo con el ataque aceptado a las RRSS y a la modernización en general. No estaríamos donde estamos si todos los avances o cambios se consideraran perjudiciales o negativos. De hecho, sencillez (viéndose desde el punto de vista de claridad) y rapidez (inmediatez) deben ser requisito en la noticia, por lo que las RRSS estarían brindando nuevas oportunidades a la misma. Pero, evidentemente, no se puede negar la transformación que está viviendo el periodismo y cómo, además, la lingüística tendrá que adaptarse a este proceso. Sin embargo, considero que las RRSS ayudan a llevar la noticia a los más jóvenes (y a los no tan jóvenes) y esto debería ser positivo. Los datos dicen que casi el 60% lee prensa en formato digital, pero que la mayoría se conforma con el titular. Ahí es donde veo yo más un problema: los titulares.

P.-Diferencia que has encontrado en la forma de hacer periodismo en USA respecto a España. ¿Se respeta más la lingüística?

R.-No me atrevo a hablar del periodismo estadounidense porque no lo conozco tanto. Durante mi estancia aquí, he seguido los medios españoles. Tanto en el caso de la pandemia como en el cambio presidencial de EEUU me llegaba mucha más información desde el otro lado del Atlántico. En todo caso, no considero que se respete más la lingüística en la prensa norteamericana.

P.-Esto de que todo el mundo sirve para hacer periodismo (el acceso de todos a cualquier Red Social para publicar), ¿perjudica a esta profesión y condena cada vez más a la lingüística?

R.-Sí, el intrusismo profesional siempre ha sido un problema. Más ahora con la llegada de un nuevo sector como el de los profesionales de los Social Media. Pero hay que luchar y trabajar porque prevalezca el trabajo y el esfuerzo y evitar que la formación caiga en saco roto o se llegue a obviar y a considerar prescindible.

Lamentablemente, no solo está pasando con el periodismo. Internet ha puesto TODO en manos de TODOS. A su vez, cualquiera que hable con un poco de convicción y presente carisma se puede convertir en un gurú. Esto es peligrosísimo.

En el caso de que condene a la lingüística no lo tengo tan claro. Debemos aprender a manejarnos en estos medios, adaptarnos a su fugacidad y no dejarnos llevar por la gran empresa multimedia. El mensaje debe sobrevivir a las 24h de un story, pero no a cualquier precio.

P.-¿Una vez más, una sólida base lingüística es el mejor soporte posible para el correcto desarrollo de las labores informativas y comunicativas en todos los ámbitos que quepa imaginarse?

R.-Habrá que profundizar en ella y llegar hasta la pragmática y la semiótica. Centrarse en los receptores, a quién va dirigida. Lo que siempre ha interesado a un emisor es que su mensaje se reciba, de hecho, un texto no es texto hasta que no es leído y se completa el recorrido de la comunicación. Por lo tanto, hay que estudiar a la sociedad y los cambios que está viviendo y los que puede vivir si no se actúa y se informa de la manera adecuada. No basta con ser lingüísticamente correctos, no creo que se trate de eso. La lengua tiene la habilidad de adaptarse y evolucionar, siempre lo ha hecho, los únicos que nos negamos a hacerlo somos los usuarios.

P.-¿Un buen Periodista tiene que ser un comunicador-lingüista persuasivo?

R.-Si hablamos de la noticia, su función debe ser referencial, es decir, meramente informativa. La función persuasiva es la propia de la publicidad. Podría entonces aceptarse la persuasión en la columna o el ensayo periodístico. Es complicado hablar de persuadir en el campo periodístico, ya que siempre prevalecerán los intereses de alguien. Por otro lado, al nuevo público puede que no le guste la objetividad. Se valora mucho que alguien “se moje”, el imparcial siempre sale perdiendo. Por tanto, si hablamos de adaptación a los que van a recibir el “nuevo” periodismo que se pretende, ¿debería decir que sí?

P.-Cada vez más redes, más plataformas, menos redacción, más vocablos reducidos y malintencionados, ¿no estamos convirtiendo a estas generaciones en unos atrasados cultural y socialmente?

R.-Otra vez no me gusta hablar de atraso cuando se habla de cambio. Muchas veces nuestro error está ahí: en la negación al cambio, a la evolución. Se culpa a la sociedad cuando la maquetación viene de arriba. No me importa decir que leo la prensa a través de las redes sociales y no leo nuevas plataformas, leo a “los clásicos” y creo que la prensa se está comercializando: noticias con fondo rosa, etc. No es ese el camino que debe seguir la prensa. Si a través de las RRSS te paras a leer los comentarios que genera un titular te das cuenta rápidamente de que no se están leyendo las noticias, solo se leen los titulares. Entonces, ¿por qué “los grandes” se están permitiendo ciertas publicaciones? ¿Quién es el que quiere unas nuevas generaciones atrasadas? Culpar a las redes sociales sería lo fácil, estas son solo el canal en la mayoría de los casos.

P.-Plataformas y redes, como plataformas de distribución de bulos. Hay desinformación, mentiras en redes sociales: ¿cómo se frena todo esto?

R.-Por supuesto que las hay. Como decía, hay titulares que dan miedo.

Esto solo se puede frenar con una sociedad formada y culta, que sepa discernir la verdad del engaño. Que conozca los intereses ocultos y que sepa elegir los suyos propios. Una sociedad que conozca la historia y tenga conciencia crítica.

P.-¿Si el periodismo actual no es capaz de serle útil a la ciudadanía y de reconectar con la sociedad, menos con los métodos y formatos lingüísticos últimos farragosos e inventados, impuestos por las RRSS, ¿esta batalla está perdida en esta ‘Era de la Desinformación’?

R.-El periodismo debe cambiar, pero no por culpa de las redes sociales. Estas son solo una razón más. Igual que el periodismo se adaptó a la imprenta, a la radio o a la televisión, debe adaptarse también a las redes sociales. Pero las razones de que estemos en la “era de la desinformación” precisamente en el momento que más al alcance de todos está la información habrá que buscarlas en otras redes.

Para los de mi generación, el periodismo era la profesión de los superhéroes, éstos estaban dispuestos a cambiar el mundo. Mucha responsabilidad de ganar o perder esta batalla está en manos de los comunicadores.

P.-¿Está ya todo visto y tratado en la comunicación escrita?

R.-Espero que no. Me encanta ver como aparecen originales neologismos cada día y nuevas formas de comunicación. El sector publicitario creo que lleva una ventaja en estas nuevas formas de llegar al público, puede que esto sea por sus grandes conocimientos sociológicos. Hay que leer en el público y saber lo que necesita, saber ser atractivos sin perder de vista la función que tiene cada uno en la sociedad.

P.-¿Quién sale más beneficiado de tanta y tanta novedad digital (hablo de medios y plataformas) la sociedad o el poder político?

R.-Debemos hacer que gane siempre la sociedad. La pregunta que yo me hago es: ¿al servicio de quién está la prensa?

P.-¿Es bueno que un líder político tenga más influencia en redes que un medio informativo de prestigio y clásico? En USA se están dado casos muy flagrantes.

R.-De nuevo pienso que con una sociedad capaz de diferenciar lo que es bueno de lo que no sería suficiente. En el caso de USA, los intereses entre unos y otros eran diferentes, por eso debieron tomar caminos independientes.

P.-Las RRSS deberían ser una buena plataforma para difundir cultura y buena información actual, pero con la proliferación de las fake news o las informaciones intencionadas ¿nadie se fía de nadie y sus objetivos pierden efectividad?

R.-Nadie se fía de nadie y a la misma vez los comportamientos están más estandarizados y regularizados por los patrones que se establecen en RRSS y otros medios. Entonces, hay alguien que está saliendo muy beneficiado de todo esto, ¿no?

P.-Hay libre acceso importante a las RRSS y por tanto a las noticias desde cualquier sector de la opinión pública, incluso del individuo (hablo de la elaboración de informaciones). Con ellas es verdad que se ha democratizado la comunicación, pero, ¿no crees que se ha perdido la profundidad y la profesionalidad en los formatos, por supuesto lingüísticos, y por tanto redaccionales, para dar la noticia bien dada?

R.-Sí, pero ¿qué es lo que necesitamos ahora: personas que nos hablen claro o personas que nos hablen correctamente? McLuhan ya habló de los medios fríos, estos son los que proporcionan mucha información (actualmente más que nunca es un bombardeo), pero ninguna bien definida, lo cual crea una visión sesgada de la realidad. Cincuenta años después, prediciéndose la globalización de los medios, seguimos en los mismos. Sabemos perfectamente que, si nos interesase ir en contra de esto, ya lo habríamos hecho.

P.-¿Se narra mejor una historia en imagen, por su forma rápida e inminente, que en papel?

R.-Depende. Yo considero la palabra muy poderosa. Pero desde luego la imagen es mejor recibida y más en este mundo donde más que nunca se aprecia la inmediatez. Creo que la ventaja de la imagen frente a la palabra es la capacidad de permanecer en nuestra retina.

P.-¿Es verdad que no somos conscientes aún de los cambios que todavía se avecinan? En la forma de comunicar y difundir historias, no ya tanto noticias de actualidad.

R.-Absolutamente. Aunque también estoy segura que volveremos a rescatar fórmulas ya conocidas por todos.

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