En boca de Sánchez han aguantado estoicamente las críticas sin malas palabras y sin exaltarse. Sólo faltaba. Podrá entender que las críticas a la gestión de la pandemia eran más que razonables cuando se tenían todos los avisos por parte de la OMS, de Italia, de China… y aquí en España fuimos tan listos que las ignoramos porque era muy importante manifestarse en el 8M y defender los derechos de las mujeres, las mismas que ahora están en casa sin trabajo o teletrabajando, cuidando de sus hijos, haciendo de profesoras, enfermeras, cocineras y aguantando como jabatas los malos humores de todos. Sin embargo, hay que alabar la excelente labor de Illa y Simón, ironías de la vida. Que se lo digan a los familiares de los 28.000 o 43.000 fallecidos, porque las cifras que dan no cuadran con las de los Registros Civiles.
Sánchez ha vuelto a pedir la sexta, y según él, última prórroga del Estado de Alarma en la que los Gobiernos autonómicos en fase 3 se harán cargo de todo excepto de la movilidad por el territorio nacional. Resumiendo, que renuncia al mando único en favor de las comunidades autónomas y como aquí, está claro que no dan puntada sin hilo, esta es una forma muy elegante de traspasar luego las culpas y los errores a los presidentes autonómicos. Por otra parte, Sánchez ha vuelto a venderse a las exigencias de los políticos vascos y catalanes ante quienes no deja dar concesiones a cambio de su apoyo. En vez de defender la unidad nacional se vende vilmente a nacionalistas e independentistas y por supuesto no le avergüenza pactar también con Bildu.
Todo esto cuando se han cumplido dos años de la moción de censura de Pedro Sánchez a Mariano Rajoy también con el apoyo de nacionalistas e independentistas, como no podía ser de otra manera. Cierto es que Rajoy se lo puso muy fácil y que en parte también es culpable de la situación que estamos viviendo en España desde aquel 1 de Junio de 2018.
Hasta el 21 de Junio parece que seguiremos relativamente confinados apenas una semana antes de que los extranjeros puedan venir a pasar el verano a nuestro país. Esperemos que antes nos deje movernos a los pobres españoles para que también nosotros reactivemos la economía y podamos acercarnos a visitar a quienes tenemos lejos. Fundamentalmente que no haya tantas contradicciones como hasta ahora.