Enjuague bucal: El enjuague bucal puede ayudar a combatir las bacterias causantes del mal aliento, placa dental y sarro y puede usarse luego del cepillado para ayudar a remineralizar el esmalte dental, en especial si contiene fluoruro de sodio.
Si comparamos ambas referencias podemos comprobar que se parecen como un huevo a una castaña. Lo relatado a continuación no tiene desperdicio. El hecho sucedió en Lorca hace ya varios años pero sigue teniendo plena vigencia.
Érase una vez una señora que acude a su Ginecólogo de cabecera para explicarle que padecía de picores en la vagina, ante lo cual y como es habitual en estos casos, el galeno examina la zona referida por la paciente y le prescribe un lavado vaginal periódico para combatir los siempre molestos hongos hasta hacerlos desaparecer. Cumpliendo la recomendación, la dama en cuestión se dirige a la farmacia más próxima para adquirir el producto médico recetado y dar comienzo a su aplicación.
Dicho y hecho, la paciente inicia escrupulosamente el tratamiento pero a medida que avanza comprueba que paulatinamente la cavidad bucal presenta graves deficiencias, es decir, que le desaparecen algunas piezas dentales. Ante tal tesitura decide personarse en un bufete de abogados para denunciar su situación y consultar la posibilidad de instar una querella contra el médico responsable de la medicación.
Los abogados muestran su alegría ante el caso presentado y le requieren a la nueva cliente que les aporte la documentación necesaria para iniciar los trámites jurídicos. Dicen verlo muy claro porque el asunto tiene dos vertientes destacadas. Por un lado, la importante y previsible victoria profesional en favor del bufete, y de otro, un probable recorrido mediático con lo que ello lleva consigo a la hora de darse a conocer.
Llegado el momento de repasar el expediente entregado al letrado responsable de cursar la pertinente acción legal en favor de su representado, el estado anímico del abogado sufre una alteración al comprobar que lo expresado verbalmente por su cliente no prosperaría nunca. El castillo de naipes se cae abajo estrepitosamente al conocer por boca de la propia interesada que el lavado vaginal se lo administraba por vía bucal, hecho que le provocaba desde hacía tiempo la pérdida de su dentadura. Vivir para ver. Vuelvan a repasar para qué sirven el lavado vaginal y enjuague bucal, respectivamente, y la manera de administrarlo. Así fue y así se lo he contado.