Tras comenzar la II Guerra Mundial, la fuerza aérea estadounidense abrió la llamada Ruta Snowfall, a través de la cual convoyes aéreos transportaban material bélico a Inglaterra, para ayudarla en la lucha contra los nazis. Pero, en 1942, una de estas escuadrillas, formada por dos bombarderos B-17 y seis aviones P-38, vio truncado su viaje al sobrevolar Groenlandia.
La escuadrilla fue sorprendida por una violenta y repentina tormenta de nieve (un tipo de fenómeno atmosférico al que los nativos inuits llaman piteraq). Algunos de los aviones se estrellaron y otros se vieron obligados a realizar un aterrizaje forzoso. Varios de sus tripulantes pudieron ser rescatados, pero otros desaparecieron con sus aparatos para siempre.
Y, ahora, un equipo de cazatesoros ha lozalizado usando un radar, los restos de uno de esos aviones P-38, sepultado a unos 90 metros por debajo de la superficie helada de Groenlandia. No es la primera vez que aparece uno de los aparatos perdidos en aquel vuelo. Ya en 1992, se localizó otro P-38 casi completo. El avión pudo ser restaurado y volvió a volar con el nombre de Glacier girl.
Ahora, se espera que este nuevo hallazgo sirva de pista para localizar a toda la escuadrilla perdida.