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'El asesinato del maestro que prometió el mar', por Pedro Cuesta Escudero
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"El asesinato del maestro que prometió el mar", por Pedro Cuesta Escudero

martes 12 de septiembre de 2023, 08:16h
'El asesinato del maestro que prometió el mar', por Pedro Cuesta Escudero

En agosto de 2010 con motivo de la exhumación de una fosa común en el paraje de La Pedraja (Burgos) la memoria del maestro catalán Antoni Benaiges i Nogués emerge y se descubre una historia única, emotiva y sensacional. Una historia casi al límite del olvido, que ha podido ser recuperada gracias a los testimonios de aquellos que lo conocieron u oyeron hablar de él. Aunque también a partir de los propios textos del maestro y de las redacciones de sus alumnos/as que se editaron en la imprenta de su escuela pública de Buñuelos de Bureba (Burgos) El compromiso con su profesión se enmarca en un contexto histórico caracterizado, de una parte, por la irrupción de nuevas corrientes de renovación pedagógica, promovidas por la política educativa de la II República, y, de otro, por unos años de gran convulsión política y social. Entre las provincias españolas en las que la represión par parte de los sublevados y sus afines fue inicialmente más violenta estuvo Burgos, donde el golpe de Estado triunfó sin apenas resistencia y donde el maestro Benaiges había empezado a transformar la vida del pequeño pueblo agrícola de Buñuelos de Bureba.

Antoni Benaiges i Nogués

Antoni Benaiges i Nogués nació en Mont Roig, provincia de Tarragona, el 26 de junio de 1903. Hijo de Teresa y de Jaume, familia campesina de acomodo medio, que además regentaba un estanco. Benaiges procedía de una familia rural, pero con parte de ella muy involucrada en el mundo de la pedagogía. Su madre era sobrina de Agustí Sardà Llaberia, ilustre pedagogo y político republicano, y prima hermana de la pedagoga Mercè Sardà Uribarri. Además, dos hermanos de la madre estaban muy relacionados con la Institución Libre de Enseñanza. Una prima suya María Nogués Vidiella y su marido Juan Benimeli, ambos maestros, eran muy conocidos y estimados entre el magisterio barcelonés. La familia materna también le encaminó hacia las ideas de justicia social que promulgaban los republicanos.

La muerte del padre en 1915 hizo que Antón tuviera que ayudar a su hermano mayor en las tierras, lo cual retrasó la marcha de sus estudios de Magisterio. En 1925 se examinó del primer curso en Barcelona, ciudad en la que recibió el título de maestro en 1929. Tenía 26 años. Seguidamente, ejerció como interino en diversas escuelas de Madrid, donde se afilió a la Agrupación Socialista. Se inscribió a las oposiciones nacionales en 1931, proceso que se dilató hasta finales de 1933, fecha en la que se encontraba de interino en la Escuela Graduada de Niños de Vilanova y la Geltrú, a la que había llegado en 1932. Fue en esta escuela donde terminó de formarse como maestro freinetista, pues allí coincidió con Patricio Redondo (Paco Itir), que era uno de los que había iniciado la Técnica Freinet en la zona de Montoliu (Lleida)

Aprobadas las oposiciones, en junio de 1934, obtiene en propiedad la escuela de Bañuelos de Bureba (Burgos), pueblo de unos 200 habitantes. (Lo mismo me sucedió a mí, que habiendo hecho las oposiciones en Albacete, tuve mi primer destino en propiedad en Tierrantona, un pequeño pueblo oscense situado en el pre Pirineo y a unos 20 Km de Ainsa). Cercano a Buñuelos está Briviesca, cabecera de comarca, a la que Benaiges viajaba con frecuencia y en la que estableció lazos ideológicos y afectivos. Fue allí donde escribió con cierta asiduidad en La Voz de la Bureba. Se implicó en el pueblo, dando clases por la noche a los cuatro jóvenes que podían acudir y solían oír música con el gramófono de la escuela y tratar temas de actualidad. Actividades que, junto a sus posturas liberales y su poco fervor religioso, le debieron acarrear su desgracia.

La técnica Freinet

La política educativa de la Segunda República suponía el apoyo oficial a los movimientos de renovación pedagógica. Entre los nuevos métodos pedagógicos que primero se introdujeron en Cataluña está la llamada técnica Freinet. Su difusión en Cataluña se atribuye al grupo Batec, un colectivo integrado por varios maestros de Lérida, la gran mayoría de ellos en escuelas rurales. El grupo Batet había entrado en contacto con la metodología de Freinet gracias a que un maestro de ese grupo Jesús Sanz Poch que regresó a Lérida después de una estancia de aprendizaje en Ginebra donde conoció las técnicas de Freinet y recopiló toda la información que pudo a través de artículos y otros materiales. Entusiasmado por este método se puso en contacto con el inspector de primero enseñanza Herminio Almendros quien enseguida reconoció las bondades del freinetismo. Este almanseño, Herminio Almendros, fue el que propuso a los maestros del grupo Batet que tratasen de hacer un ensayo sobre la aplicación de este método en sus escuelas. Será el inicio del freinetismo, primero en Cataluña y después en varios lugares de España. Como hemos referido, un maestro de este grupo Paco Itir fue el que enseñó esta técnica a Benaiges cuando estuvo de maestro en una escuela de Vilanova i la Geltrú.

La principal y más llamativa aportación de la técnica ideada por Celestín Freinet es el uso de la imprente en la escuela, para que el niño aprenda a partir de su propios intereses en un ambiente libre. El maestro dirige la clase sobre la base del sentido común, el tanteo, el trabajo y la alegría. La pedagogía del trabajo debe alentarla el maestro para que los alumnos/as vean la creación de su “producto” y que se aperciban de su utilidad. O sea el trabajo parte de la investigación y la clave está en el trabajo en equipo y en el proceso ensayo-error. El quid de la cuestión estriba en detectar el centro de interés de los alumnos/as para que sea el punto de partida de su aprendizaje. O sea, que los niños y las niñas aprenden mejor a partir de sus propias experiencias. Para imprimir los cuadernos se necesita un plan de trabajo, concretado y consensuado democráticamente entre todos los alumnos/as guiados por el maestro. La imprenta tenía, pues, un papel esencial en el aula: permitía materializar, entender, ver, tocar… todo lo que se estaba aprendiendo. Freinet proponía, además, que en las aulas se diesen conferencias, que hubiese bibliotecas, que se hicieran asambleas y que todas estas actividades se compartieran con otras escuelas que también editaran cuadernos. Es decir, la correspondencia postal y el intercambio de cuadernos es otro elemento fundamental de este método de trabajo.

Herminio Almendros impulsor de la técnica de Freinet

Como hemos dicho Herminio Almendros Ibáñez (Almansa, Albacete, 9 de octubre de 1898 - La Habana, 12 de octubre de 1974) fue, además de padre del cineasta Néstor Almendros, uno de los más destacados introductores en España de la pedagogía Freinet. Cursó estudios de magisterio en Albacete y Alicante. Continuó su formación en la selectiva Escuela de Estudios Superiores de Magisterio de Madrid, donde terminó como número uno de su promoción. Frecuentó el Ateneo y asumió los ideales pedagógicos de la Institución Libre de Enseñanza. Su primer destino como maestro fue Villablino (León) En 1929 obtuvo destino como inspector de enseñanza primaria en Lérida. Allí entró en contacto con la pedagogía de Célestin Freinet y tras un fugaz paso por Huesca se fue a Barcelona. Colaboró con la recién creada sección de pedagogía de la Universidad de Barcelona donde explicó la pedagogía Freinet. Publicó La imprenta en la escuela. La técnica Freinet (1932), primera obra que se imprimió sobre estas técnicas en lengua no francesa, así como varios artículos en revistas especializadas, difundiéndose así las teorías y prácticas de Freinet. Cada año nuevos docentes se sumaban al proyecto. En el verano de 1934 se organiza en Lérida, presidido por Herminio Almendros, el primer Congreso de la Imprenta en la Escuela, durante el cual se decidió la publicación de un boletín de título revelador: Colaboración. La imprenta en la escuela, que aportaba información a los maestros/as y donde se intercambiaban experiencias, ideas, actividades realizadas, pensamientos… Hasta el comienzo de la guerra no dejó de aumentar el número de seguidores y se llegó a alcanzar la cifra de 136 maestros freinetistas, distribuidos por Lérida, Barcelona y Huesca y, de forma puntual, por Madrid, Granada, Navarra, Baleares, Soria, Castellón, Córdoba y Burgos. Algunos de los cuadernos publicados en las imprentas escolares fueron Alegría en Vilafranca del Penedès, Salut en Santa Fe del Montseny, Endavant en Olérdola (Barcelona) Niños, pájaros y flores en Caminomorisco de las Hurdes (Cáceres), El Nene en Plasencia del Monte (Huesca), Faro infantil, en La Cañiza (Pontevedra), Sembra en San Juan de Moro (Castellón) o Gestos y Recreo en Buñuelos de Bureba (Burgos) Todos ellos reflejan, mediante dibujos y textos de los propios escolares lo que iban aprendiendo, a qué jugaban o cómo era el pueblo, sus amigos, la familia, los paisajes, las fiestas, las excursiones, los viajes…

En 1936 Almendros fue nombrado inspector-jefe y participó en el proyecto del Consejo de la Escuela Nueva Unificada que estructuraba todos los niveles educativos desde preescolar hasta la universidad. Huyó a Francia en enero de 1939 junto a su amigo, el filósofo José Ferrater Mora. La familia de Freinet le acogió, pero la Segunda Guerra Mundial lo forzó a marchar de nuevo. Su amigo el dramaturgo Alejandro Casona le consiguió pasaje para Cuba, pero como no se convalidaron sus estudios y méritos profesionales debió empezar de nuevo y se doctoró en 1952 por la Universidad de Oriente en Venezuela con una tesis titulada La inspección escolar. Trabajó entonces como asesor del Ministerio de Educación de Cuba. El presidente Fulgencio Batista le destituyó de su puesto, pero lo contrató la UNESCO y es destinado a la Escuela Internacional de la Organización de Estados Americanos en Rubio (Venezuela) Regresó a Cuba poco después del triunfo de Fidel Castro y el nuevo ministro de Educación, Armando Hart, le nombró su principal asesor como director general de Educación Rural y posteriormente fue delegado de la Editora Nacional y director de la Editora Juvenil. Desde este puesto impulsó la publicación de libros de lectura para niños en los que supo conjugar el atractivo de la historia con la calidad literaria y la intencionalidad educativa.

El aprendizaje de la lengua como instrumento de comunicación fue uno de los temas que más le preocupó. Publicó más de 40 obras, sin contar varios centenares de artículos periodísticos y prólogos de libros. Los herederos de Herminio Almendros donaron a la ciudad de Almansa todo el legado del pedagogo a través de un convenio suscrito el 10 de octubre de 2008 con el Ayuntamiento. La cesión incluye los derechos para España de las obras pedagógicas publicadas por Almendros, sus documentos profesionales y personales y algunos objetos como su máquina de escribir. Estos fondos fueron trasladados desde Cuba a Almansa.

La escuela de Buñuelos de Bureba regentada por Benaiges

Buñuelos, durante los dos años que Benaiges estuvo de maestro, tenía poco menos de 200 habitantes. Había, según certifica un documento oficial de la época, 58 casas y a la escuela iban, cuando iban, 32, entre niños y niñas. El contraste entre este maestro innovador y los habitantes de Buñuelos, campesinos, en gran parte analfabetos, debió de ser notable. En la foto con sus alumnos/as se le ve satisfecho y seguro de sí mismo. Benaiges era un maestro comprometido y consiguió que los niños y las niñas fueran a la escuela cuando sus padres, o los caciques del pueblo, querían que trabajasen en el campo. A pesar de todo, a pesar de todas las dificultades, limitaciones e incomprensiones Antonio Benaiges estaba satisfecho y se sentía plenamente realizado en aquella escuela pequeña y en aquel pueblo olvidado.

Pagando de su bolsillo, Benaiges adquirió una prensa, tipos y material del que distribuía la Cooperativa de la Técnica Freinet (Barcelona), que puso a funcionar en enero de 1935, nutriéndola de textos infantiles. Hasta junio de ese mismo año imprimieron tres números de la revista Gestos. Recibían publicaciones de otras escuelas y se carteaban con ellas, con lo que ampliaban sus conocimientos, cultivaban la colaboración y aprendían a leer los alumnos/as. Como punto esencial tenían la elaboración del cuaderno de la vida, especie de diario en el que escribía cada criatura por turno. La novedad era evidente: cooperación en el aula, red de intercambios con otras escuelas y expresión libre que terminaba en la imprenta. En el curso 1935-1936 hizo lo propio con una prensa maternal, para que pudiera trabajar en ella el parvulario. De ese modo, confeccionaban la revista Recreo.

Actualmente se conservan trece cuadernos. Seis corresponden a Gestos, tres a Recreo y los cuatro restantes son monográficos especiales. Todos llevan en la portada el grabado de un dibujo realizado por el autor del texto, menos el titulado El retratista , en cuya portada, en vez del grabado, hay una fotografía. Es la foto de los niños y las niñas de la escuela y de Antoni Benaiges, que fue maestro de Buñuelos desde 1934 a 1936.

Interesado en su formación, en diciembre de 1934 había viajado a Zaragoza y Barcelona en unión de otras maestras y maestros de la comarca de Miranda de Ebro para observar grupos escolares de estas ciudades; entre quienes iban, estaban Pilar Arciniega y Manuel Moneo, con quienes estableció fuerte amistad. En el verano de 1935 asistió al II Congreso Nacional de la Técnica Freinet, en Huesca, donde expuso una amplia muestra de lo realizado en Bañuelos.

La desaparición del maestro Benaiges

Dicen que el maestro D. Antonio Benaiges desapareció el día en que estalló la Guerra Civil, el primer día, y nadie volvió a verlo jamás. Dicen que lo mataron. Durante muchos años eso era todo lo que sabía la familia: que desapareció y que según se contaba lo habían matado. Muerto y enterrado, pero na sabían dónde. Eran tiempos de miedo y de silencio.

Aquel día sacaron de la escuela todas las pertenencias del maestro para quemarlas. Ropa, libros y los cuadernos de los niños. Esos cuadernos no tenían nada peligroso, no iban contra nadie ni contra nada. Eran simples redacciones de los alumnos/as donde retrataban la vida cotidiana, rural.

La Comisión Depuradora del Magisterio Nacional de Primera Enseñanza de Burgos separa definitivamente del Magisterio a Antonio Benaiges el 10 de diciembre de 1939 y de su plaza de maestro. Resulta sorprendente pues había muerto en los primeros días de la guerra. Pero fue depurado y degradado como maestro tres años después de su muerte. Este tipo de expedientes aún humillaba más a los vencidos. Fue una práctica habitual en la posguerra. La crueldad extrema de esos años pretendía, sin misericordia alguna, acabar no solo con la vida sino también con el recuerdo de los enemigos del régimen. O sea, estuvieran vivos o muertos todos aquellos que no comulgaban con los principios del Movimiento no tenían cabida en “la nueva España” y debían ser depurados. El primer expediente es una carta firmada por el alcalde, el cura y cuatro vecinos de Bañuelos de Bureba. Los firmantes dicen tener constancia de que el maestro titular fue detenido y aseguran no tener ni idea donde se encuentra. Informan que se ha decidido reabrir la escuela con un maestro interino y de que lo primero que se ha hecho es recuperar el crucifijo la bandeara rojigualda. Según el documento, el maestro era indigno, antisocial, inmoral, vicioso, comunista, anarcosindicalista, no iba a misa y muchos días en lugar de dar clase, ponía música con el gramófono y hacía bailar a los niños. Nada se decía de los cuadernos y de la imprenta. Todos los formularios se rellenaron en enero de 1937, varios meses después de que el maestro estuviera muerto y enterrado, y probablemente los vecinos que lo firman lo sabían, pero todos responden del mismo modo, que había desaparecido. A pesar de que todas las evidencias y todas las sospechas indicaban que el maestro titular había muerto, el expediente siguió su curso y la burocracia de la Administración lo trata como si estuviese vivo. Como no tenían dirección mandan citaciones y notificaciones al Ayuntamiento de Bañuelos el 24 de febrero de 1937 para pedir cuál era su domicilio e informarle de que se había abierto un expediente contra él y luego el 14 de mayo de 1939 para comunicarle la separación definitiva del servicio y baja en el escalafón.

Unos niños que no habían visto nunca el mar

El cuaderno más sorprendente y emocionante de todos los editados en la escuela de Buñuelos es la publicación especial del mes de mayo de 1936, dedicado al mar y redactado por unos niños que no lo habían visto nunca. Leyendo las redacciones resulta curioso comprobar que todos los niños y niñas coinciden en la misma expresión: el mar será, el mar será, será, será…Ante este panorama el maestro pensó hacer todo lo posible para que sus alumnos/as pudieran afirmar: el mar es, el mar es, es, es… Y se puso en contacto con su familia en Mont Roig para anunciarles que aquel verano pensaba volver al pueblo de vacaciones acompañado de sus alumnos y alumnas de Buñuelos que nunca habían visto el mar. Fue recibido son gran ilusión por su familia y prepararon la casa de Les Pobles para que Antoni pudiera ir al mar con sus alumnos, unos niños que nunca habían visto el mar.

Pero fue una promesa incumplida. De no ser por esa promesa quizás el maestro Antonio Benaiges Nogués no hubiera recibido una muerte violenta, torturado y con los dientes rotos, fusilado y enterrado en una fosa común, porque el 19 de julio ya estaban en periodo vacacional.

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