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FILOSOFÍA HISPANA RECUPERADA, por José Biedma López

FILOSOFÍA HISPANA RECUPERADA, por José Biedma López
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Sebastian Gámez Millán (Málaga, 1981) es un joven filósofo y filólogo, infatigable articulista y escritor premiado, al que debemos una magistral síntesis de la filosofía española o, mejor, nacida genuinamente en español. Su obra Cien filósofos españoles y latinoamericanos (Madrid, 2016) merece contar en cualquier biblioteca como manual de referencia. Ofrece un testimonio relevante y una prueba contundente frente a aquellos que, por papanatismo o credulidad respecto a la historiografía protestante, niegan la existencia de una filosofía escrita en español. Por supuesto, hablar de una filosofía “nacional” es reducirla a ideología, pues la verdadera filosofía, como reconoce Sebastián en su prólogo, tiene y ha de tener vocación universal.

FILOSOFÍA HISPANA RECUPERADA, por José Biedma López

Cuando se dice que no hay filosofía española porque en español no se han creado sistemas lógicos o metafísicos como el racionalismo de Descartes, el criticismo de Kant o el idealismo absoluto de Hegel (que algunos consideran el último sistema filosófico, complaciendo con ello la soberbia de su autor y dando por muerta, temerariamente, a la metafísica), soslayan el fenónemo del erasmismo hispano estudiado por M. Bataillon, la metafísica de Suárez, el krausismo de Sanz del Río, cuyo caudillo andaluz fue Federico de Castro o, más recientes, el raciovitalismo de Ortega o el premiado esfuerzo sistemático de Eugenio Trías (1942-2013). Tanto el erasmismo como el suarecismo o el krausismo fueron en España verdaderos modos históricos de pensamiento abstracto, métodos racionales de reflexión, acercamiento y comprensión de la realidad, así como órdenes sistemáticos y originales de espiritualidad.

Como dijo María Zambrano, adalid de la Razón poética, lo que sucede es que toda la literatura española es en cierto sentido metafísica, y no sólo la gran mística. Hoy nos resulta bastante evidente que los gérmenes del pensamiento y el ensayo moderno se incubaron en España, aunque luego floreciesen al norte de los Pirineos. Montaigne rindió tributo a Ramón Sibiuda, Leibniz a Suárez, Schopenhauer y Nietzsche a Gracián, y mucho antes, el Libro Áureo de Marco Aurelio (1528) fue en el XVI más leído en toda Europa que la Biblia. Toda la psicología aplicada a la orientación profesional dependió en las universidades europeas, hasta bien entrada la ilustración, del Examen de ingenios (Baeza, 1575) de Juan Huarte de San Juan.

La antología de Sebastián Gámez empieza con Séneca, al que obviamente no podemos considerar español, pero sí hispano, porque escribió latín pero nació en la Córdoba romana. También Ibn Hazm escribió en árabe en la Córdoba islámica. Desde luego, el estoicismo senequista, como vio la filósofa malagueña antes citada, ha sido en la piel de toro una verdadera alternativa histórica, sobre todo en lo moral, al cristianismo. Pemán también lo sabía. La excelente y antológica sinopsis de Sebastián Gámez acaba con el novelista Javier Marías, hijo de don Julián, fiel discípulo de Ortega, al que también dedica una página.

El libro está presentado en excelente edición de tapa dura y papel satinado y se ilumina con excelentes fotografías a todo color de primeros planos de sus protagonistas, pensadores o filósofas (Sor Juana Inés, Teresa de Jesús, María Zambrano, Victoria Camps, Adela Cortina). A algunos les puede sorprender la inclusión como filósofos de Borges, Cernuda, García Márquez, Sánchez Ferlosio, Francisco Umbral o Vargas Llosa…, o de poetas como José María Valverde. Sin embargo, como explica Sebastián en su prólogo, Parménides y Heráclito no fueron menos poetas que filósofos y es muy difícil separar expresión de pensamiento, literatura de filosofía. Excepción hecha de Sócrates, que no dejó nada escrito pero cuya filosofía no hubiera llegado a nosotros si no hubiese sido sublimada, recogida y escrita por Platón, el filósofo ha sido sobre todo escritor. Como dijo Russell –opinión que recoge Sebastián- la filosofía ha sido siempre una tierra de nadie entre la ciencia y la religión, y toda forma simbólica (Cassirer) encauza expresión, lenguaje y pensamiento. No contamos con otra forma de divinización que la creación artística, en la cual ocupa un papel preponderante el arte de la palabra. Como vio Nietzsche, la filosofía se halla ya diluida en la gramática, en la historia de la lengua, porque cada vez que hablamos citamos a los muertos. Sus espíritus siguen vivos en el Logos ya que el dominio del hombre comienza con su nominación del mundo, que otros antes que nosotros interpretaron, y cuyo modo de decir y compartir el pensamiento hemos heredado. La educación consiste básicamente en esto: aprender a nombrar correctamente. Por eso Sebastián se atreve incluso a hablar de la filosofía de Goya, como otros hablan de la del Cholo Simeone. ¿No suponen las artes marciales también una filosofía?

Las fronteras entre el arte, la filosofía y la ciencia son difusas y confusas. Como dejó escrito R. M. Weaver: “la poesía ofrece la promesa más clara de que es posible restaurar nuestra perdida unidad de pensamiento”, eso que hoy llamamos consiliencia: restauración de la armonía olvidada entre ciencias y humanidades o educación integral, pues, en palabras de Unamuno, no basta con pensar el sentimiento, sino que también hemos de sentir el pensamiento. Y a este respecto es imprescindible el auxilio y memoria de nuestros clásicos. Resumirlos bien es muy difícil, requiere esfuerzo, horas de atenta y reflexiva lectura; resumir, como educar, son artes y artesanías honradísimas, y por supuesto es inútil reducir los clásicos a una sola interpretación, precisamente por eso, porque admiten lecturas, recreaciones y aplicaciones infinitas, es por lo que son clásicos, igualmente sucede con los señalados autores de nuestro siglo XX, ya autoridades y maestros reconocidos, algunos vivos como Savater o Marina, que son mayoría en el libro de Sebastián. El claro y breve resumen (abstract, summary) resulta didácticamente imprescindible. ¡Uno no puede leerlo todo!, porque el arte es largo y la vida es breve (Ars longa, vita brevis), por eso mismo el libro de Sebastián Gámez Millán es de una utilidad educativa considerable.

Ya lo decía Platón, el filósofo ha de tener buena memoria, la diseminación y deconstrucción kitsch que ofrecen hoy las numerosas linternas mágicas que nos distraen y ocupan impiden que los acontecimientos del pasado puedan recogerse en un todo ofrecido a la contemplación. La ausencia de reflexión hace improbable que quien es incapaz de recordar su pasado pueda formar parte de una comunidad metafísica y este estado de pensamiento instantaneísta, adánico, constituye un factor preponderante en el bajo tono moral y político de nuestro tiempo. Sólo quienes son capaces de recordar pueden albergar cierto sentido de pertenencia espiritual compartida con otros. La emancipación de la memoria propuesta por la tecnología (y por ciertas tecnologías psico-pedagógicas) no es sino una nueva alienación embrutecedora y deshumanizadora. Ahítos de consumismo y cargados de aparatajes sienta como un soplo de aire fresco sumergirse en este ejemplar florilogio que nos ha regalado Sebastián Gámez. Cien pensadores y pensadoras de nuestro idioma (verdadera patria del hombre) que resucitamos, vivitos y coleando, del baúl de la filosofía olvidada.

Fue en la mesa dos del reciente XIII Congreso organizado por la Asociación Andaluza de Filosofía (AAFi), titulada precisamente “La Filosofía olvidada” (Úbeda, 11 de septiembre de 2021), donde tuve la ocasión de encontrarme con el autor del libro que hoy comento y recomiendo. Sirvan estas líneas de agradecimiento y homenaje a su generosa y señalada participación en dicho evento. La obra añade a sus cien semblanzas (por supuesto, siempre podrán contarse aquí memorables ausencias) una cuidada “Despedida a modo de invitación a otra aventura”, es decir una provechosa selección bibliográfica como incitación al buceo por, o lectura de, las principales obras de los intelectuales reseñados.

Del autor:

https://www.amazon.com/-/e/B00DZLV35M
https://dialnet.unirioja.es/servlet/autor?codigo=1636897
https://aafi.es/NOCTUA/noctua00.htm

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