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EN BUSCA DE LA VERDAD, por el Capitán José Antonio Alcaide Yebra, miembro de la Asociación Española de Militares Escritores

EN BUSCA DE LA VERDAD, por el Capitán José Antonio Alcaide Yebra, miembro de la Asociación Española de Militares Escritores
jueves 07 de octubre de 2021, 11:11h
Este es mi primer artículo para un medio tan querido por mí, como lo es mi propia Asociación de Escritores Militares. Debo decir como preámbulo, que participé en ella desde el primer momento, incluso mucho antes de su creación definitiva y su legalización pues ayudé a la persona, que junto a otras, soñó con su creación y luego la legalizó y la presentó a la Sociedad y a los españoles, como arma que desentraña la Historia Militar, al agrupar y apoyar a los militares que además de la espada, sabemos o queremos saber usar la pluma.
EN BUSCA DE LA VERDAD, por el Capitán José Antonio Alcaide Yebra, miembro de la Asociación Española de Militares Escritores
EN BUSCA DE LA VERDAD, por el Capitán José Antonio Alcaide Yebra, miembro de la Asociación Española de Militares Escritores

He titulado este artículo de tal forma, que la sorpresa puede conducir, pero en realidad no es más que reflejo de la misma y de lo que sucede en esta nuestra Patria. Cuando inicié el periplo con esta Asociación, yo tenía en mi haber 32 ISBN y más de quinientos artículos en diversas publicaciones periódicas. Algo que me enorgullece a medias, pues confieso que parte de esas publicaciones lo son con seudónimo, de hecho, la utilización de alguno de esos seudónimos me ha obligado a seguir publicando con los mismos, pues curiosamente mi éxito mayor ha sido no con mi nombre, sino con el de un patriota asesinado en los años treinta, precisamente por ser patriota y español.

Debo decir y digo que lo del seudónimo, mejor dicho lo de los seudónimos, pues hasta seis he llegado a utilizar, es culpa de los editores por un lado, y el hecho de ser militar en activo, que me podría suponer solamente problemas, me pusieron en la clara tesitura de no poder elegir. Vicente Talón, Director de la Revista Internacional de Defensa, tuvo a bien apadrinar a mi principal seudónimo y años más tarde y de paso nombrarme corresponsal en Kabul, lugar que conozco bien, igual que el país del que es capital y que visité con demasiada asiduidad por cuenta del Estado.

Por otro lado, Fernando Cuenca, Director de War Heat, otra más moderna y efímera, me rebautizó con otro alias y me nombró corresponsal en Herat. Por desgracia este último falleció inesperadamente y con él su medio de comunicación y, por otro lado, la traición denunciada de Internacional de Defensa, contra su fundador e ideólogo, Vicente Talón, y su ya avanzada edad, me dejaron huérfano de medios de comunicación punteros en aquel mundo, refugiándome en mi verdadera pasión, la “Historia” que la Revista de Historia Militar editada por Quirón Ediciones y Alcañiz Fresnos lleno suficientemente en lo de “plumilla” y me desbordó en lo de tener amigos.

Dirán que les estoy contando mi vida, pero es necesario para llegar a donde estamos. Hoy varios ISBN después y más de 500 artículos de por medio, sigo escribiendo, mejor dicho sigo hablando pues me he pasado a la palabra audible y a la visión del que cuenta las historias en esas radios y televisiones que todavía tienen interés en contar nuestra historia y de ahí lo de “la verdad”.

Y en busca y captura de esa verdad me muevo por los caminos de las ondas. Actualmente dirijo, entre otros, un programa donde presentamos libros de historia, mejor dicho, a los autores de los libros que luego, junto con ellos, presentamos y desguazamos en cuanto a su preparación y motivos, pues no es interesante el contar exhaustivamente los mismos, porque si así hiciéramos, flaco favor haríamos al autor y a los lectores, al quitar el interés por la lectura del mismo.

Cinco años llevamos en ese intento y hemos logrado, primero que muchos autores, que de otra forma no podrían hablar ya en los medios y por lo tanto ampliar con los oyentes sus lectores. Y que además esos lectores tengan oportuno conocimiento de la existencia de títulos y escritores, junto con lo que se cuece en la fábrica de los libros. El crecimiento del programa ha sido espectacular, tanto que además grabamos en vídeo los mismo y eso ayuda todavía más a su difusión. Empezamos en 2017 casi suplicando a los amigos y autores del Servicio Histórico Militar y, lo que ha pasado al final, es que las editoriales envían montones de libros todos los meses con la esperanza de que demos voz a sus autores.

Lo de dar voz a los autores, una vez repasados los libros que nos traen, es un verdadero problema, sobre todo moral y de valores patrios, cuando no de conocimientos. Ya que existe según parece una teoría, que es que cualquiera puede escribir un libro, es más si se trata de un ensayo está al alcance de cualquiera. Pero no, es más fácil “el corta y pega”, que el trabajo sesudo del archivo, el “encontrarse” algo en un libro antiguo y descatalogado, que el esfuerzo de la búsqueda y finalmente y sobre todo la apropiación indebida.

Dirán ustedes que mi pesimismo es proverbial, pero la dura tarea de la difusión de la obra de otros me ha traído hasta aquí en un camino lleno de baches, no digo lágrimas, pero en ello estamos.

Por lo demás decirles a nuestros ávidos lectores que la difusión es difícil y que es precisamente desde asociaciones como esta, desde donde debemos trabajar con ahínco para ello. Recientemente he leído el listado de nuestros camaradas y compañeros de armas asociados a la misma y encuentro en ella a conocidos y reputados historiadores que me gustaría conocer en persona y sobre todo, a los que me gustaría que se conociera en las ondas de radio o en los correspondientes vídeos.

También, he observado nombres no tan conocidos o quizás absolutamente desconocidos para mi. Para aquellos, sabiendo en mis propias carnes lo que significa el trabajo no reconocido, la oscuridad a la que se somete muchas veces al autor que desgrana las horas entre legajos, antiguos libros, expedientes monstruosos o charlas con testigos de hechos y herederos de historias y pruebas sin cuento, es por lo que debemos luchar y conseguir un mayor reconocimiento de los autores militares.

¿Por qué digo esto? Pues porque a la difícil situación de ser escritor, se une la de ser militar. La leyenda negra, que por acción, de quien precisamente tiene mucho que callar, en persecución del militar, crea un auténtico camino de espinas, que no rosas, aunque estas también tengan espinas, que dificulta enormemente nuestro trabajo; antes, durante y después de la actividad de escribir.

Por eso, yo en su momento me dije, que mejor que escribir en favor de mis camaradas de armas, que al igual que yo son silenciados precisamente por ser militares, pues parece ser que la leyenda negra que nos persigue ha dado sus frutos, al igual que la leyenda negra de nuestra Patria se ha convertido en una pesada losa. No obstante, si algo nos caracteriza es una frase atribuida por algunos y en origen al Sargento de Infantería del Tercio de Nápoles, hoy Regimiento “Soria 9”, que reza: “a pie y sin dinero”, perfecta definición de lo que es ser militar.

Por lo anterior, es importante que la Asociación y cada uno de nosotros se comprometa a una lucha constante y continua en la difusión de nuestro mensaje, que alto claro será el de apoyar a nuestros compañeros en su lucha por la difusión de la verdad. La difusión de la Historia de la Patria y la difusión de nuestros escritos, que en definitiva engrandecen a nuestra familia militar. Ya se que no todos escribimos de historia, por lo que la complicidad debe ser mayor aun con los compañeros que tratan de poesía, novela y otras disciplinas del noble arte de la pluma.

Desde aquí ofreceros mi apoyo y también pediros vuestra ayuda, lo importante es la verdad que podemos difundir y el arte que podemos generar para nuestros compatriotas, aquellos a los que juramos defender, cuando también juramos defender a la Patria y a su legalidad. Desde aquí, desde estas páginas os doy las gracias por estar todos unidos en la redacción de esa verdad y de su búsqueda constante. Algo que ennoblece nuestro uniforme y premia nuestro servicio a la Patria.

Camaradas, compañeros y amigos, con un ¡Viva España! os deseo lo mejor y lo mejor para nuestro futuro y el de nuestra Patria.

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