Si, además, el proceso de diálogo iniciado con el independentismo Catalán, que será replicado por el vasco, no termina con un éxito, aunque sea relativo, de reencuentro y acuerdo, la crisis sistémica será constitucional y de unas dimensiones no conocidas en nuestra joven historia democrática.
La salida a la misma puede ser reaccionaria, un Gobierno PP-VOX, con una práctica de Gobierno dando marcha atrás en materias tales como libertades ciudadanas, aborto, Estado de las Autonomías, Memoria Democrática, Derechos Sociales, Políticas de Igualdad, etc. En definitiva, la ruptura de los consensos constitucionales que legitimaron el Sistema del 78.
Por el momento no se atisba una reacción en la Derecha Liberal-Democrática, alejada de la extrema derecha al estilo francés o alemán, que sea capaz de constituirse como un polo de referencia capaz de inerlocutar con la izquierda en la negociación y pacto como salida a esta previsible crisis sistémica-constitucional.
Por otra parte, la respuesta no puede, no debe, venir solo desde la izquierda sin que ello conlleve, igualmente, una ruptura de los referidos consensos constitucionales.
Me vienen a la memoria la situación creada cuando tras el famoso “Informe Picasso” sobre el desastre de Annual y ante la petición del Diputado Indalecio Prieto de una Comisión Parlamentaria que estudiase los tejemanejes corruptos del Borbón Alfonso XIII con los suministros del Ejercito de África, se precipitó desde la Corona el Golpe de Estado y posterior Dictadura de Primo de Rivera y, en definitiva, el colapso del Régimen de la Restauración en el 31 y el advenimiento de la II República y en como evolucionó y acabó todo.
Tomemos nota y que tome nota el Rey Felipe.