Empezamos hoy la cuenta atrás hacia esa ansiada libertad, especialmente la movilidad geográfica, que nos permitirá desplazarnos libremente por todo el país. Lo estoy deseando, pero me aterra, porque ese despertar de la anestesia está siendo bastante acelerado y muy laxo y, tal y como era de prever, ya han aparecido los primeros rebrotes.
Está claro que los de Madrid somos los apestados, no nos quieren en ningún lado y parece que estamos todos contagiados. Señores, Madrid ha sido fuertemente azotada por el virus pero ha salido bastante airosa y lleva dos semanas de retraso con otras comunidades pero ha querido asegurar esta última fase y tomárselo con calma. Recuerdo a todo el mundo que Madrid es esa ciudad a la que todo el mundo viene en busca de un trabajo mejor, a hacer turismo, prácticas laborales, a ver sus musicales, las compras navideñas…y lo digo porque acoge a turistas y visitantes y a aquellos que por distintas razones hemos venido aquí a vivir.
Pánico me da la apertura del Aeropuerto de Barajas a los turistas extranjeros que se producirá el próximo día 21, el mismo que nos dejen movernos a los españoles. Al final ha ganado la petición de la Unión Europea y Sánchez ha cedido. Son necesarios y ayudarán a reactivar esta economía tan desbaratada pero pueden ser también la causa de un rebrote como ocurrió la pasada semana con tres pasajeros peruanos. ¿La culpa será entonces de la Comunidad de Madrid o será del Gobierno? Lo digo porque, ceder las competencias a las comunidades autónomas en esta fase final, está muy bien pero también es una forma muy elegante de lavarse las manos y pasar ficha en caso de nuevas complicaciones.
Siete días para controlar rebrotes como los de Mallorca, País Vasco, Murcia y Madrid. Sentido común y prudencia porque esto no ha acabado y aún con esa ansiada movilidad este verano va a ser muy raro.