El camino ha sido asfaltado para que el rey emérito don Juan Carlos I viaje a España desde Emiratos antes de que finalice el año, comom un primer paso para quedarse.
Para ello ha hecho falta que la Fiscalía del Tribunal Supremo, haga la vista gorda como así parece y obviando el delito se incline por archivar las 3 investigaciones abiertas sobre sus fondos en el extranjero.
De esta manera el inviolable e imune monarca añadiorá otro "in" el de impoluto al no observar la " justicia" indicios de delito.
Con esta dudosa maniobra que santifica el presunto mangoneo real, Don Juan Carlos entiende que puede volver a España, tras fugarse de Zarzuela por la puerta de atrás con nocturnidad y alevosía.
La cuestión es que tendremos a Juan Carlos en España para Navidad y así recordarnos aquella sarta de mentiras de Nochebuena pidiendo sacrificio y austeridad mientras él se llevaba el dinero a manos llenas. Por cierto ese dinerio en el que la Fiscalía no ve delito, pues por lo que parece, no prorrogará sus investigaciones y si lo hace no pondrá demasiado empeño y actuará como lo viene haciendo, alargando el proceso para que pase el tiempo para ver si el rey la palma y acabe el marrón.
El argumento de losm fiscales para archivar su caso no es otro que la inviolabilidad que protegía al emérito durante el periodo que reinó, una forma vergonzante de acabar de un tijeretazo con el asunto.
Las dos regularizaciones tributarias que acometió por valor de 5,3 millones de euros por el dinero donado por amigos para sus gastos personales también cierran la puerta a un posible delito, y todo ello tras la manita de Hacienda, esa que dice que " Hacienda somos todos", avisándole.
Para colmo y debido al poco empeño, no se ha podido demostrar que ocultara fondos en paraísos fiscales, al menos policialmente, aunque es evidente periodísticamente hablando que los indicios y pruebas que han sacado a la luz los medios así lo demuestran.
Recordemos que desde el pasado 3 de agosto el emérito reside en Abu Dabi. Ahora vuelve a casa por Navidad como el turrón aunque muy posiblemente no volverá al Palacio de la Zarzuela, que fue su residencia durante más de 57 años.