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CRONICAS DEL CONFINAMIENTO: EDUCACIÓN SIN CONSIGNAS Y RESPETO, por Beatriz Rodríguez, periodista

CRONICAS DEL CONFINAMIENTO: EDUCACIÓN SIN CONSIGNAS Y RESPETO, por Beatriz Rodríguez, periodista
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viernes 19 de junio de 2020, 09:40h
CRONICAS DEL CONFINAMIENTO: EDUCACIÓN SIN CONSIGNAS Y RESPETO, por Beatriz Rodríguez, periodista
Parece que ya estamos cerca de esa vuelta a la normalidad. Faltan sólo tres días y aunque nada será como antes y la normalidad no será total podremos ya, por fin, disfrutar de movilidad y desplazarnos a ver a nuestras familias y amigos aquellos que los tenemos lejos. Tres días que el Gobierno tiene que aprovechar para implantar las últimas medidas bajo el Estado de Alarma antes de que se les acabe el chollo, aunque estoy convencida de que alguna estratagema tendrán.

Nuestros niños y jóvenes han tenido un comportamiento ejemplar durante este encierro pero siguen siendo los grandes olvidados porque la educación sigue sin ser un tema prioritario. Partiendo de la base de que vivimos inmersos en una crisis sanitaria y económica, no por ello, debemos abandonar el futuro, es decir nuestros niños y jóvenes. Se están cargando la Educación especial y quieren sacar un nuevo proyecto de ley educativa que no se basa en nuestros malos resultados en el informe PISA, ni en la alta tasa de abandono escolar ni en las salidas profesionales para los estudiantes de formación profesional. Ahora la prioridad es acabar con la educación de los colegios católicos, acabar también con la educación diferenciada, con las clases en español e introducir consignas para una educación sexual marcada por el Gobierno. Es más importante saber qué es un transexual que estudiar historia o matemáticas. Y por supuesto sin consenso y sin preguntar a padre y profesores. Supongo que lo de la vuelta a las aulas en Septiembre y contemplar un curso, que podría volver a ser muy complicado, no entra en sus planes. Sin embargo aún no he visto ni a padres ni a estudiantes echarse a las calles.

Ahora que todo vuelve a la relativa normalidad, tenemos que pedir más que nunca prudencia a los adolescentes, a esos que se abrazan efusivamente y a los que, ajenos a las consecuencias, olvidan o tiran sus mascarillas en cualquier sitio. Esto no ha terminado y, si bien nos avisaban de rebrotes para Otoño, en Pekín y en Alemania ya se han dado los primeros importantes. Los chinos de la capital han vuelto a cerrar sus colegios y en Renania-Westfalia hay 650 personas contagiadas y 7000 aisladas.

Y aquí, mientras esperamos ansiosos la vuelta del turismo internacional, se plantean cómo controlar las llegadas al Aeropuerto de Barajas. La Presidenta de la Comunidad de Madrid pide que se hagan pruebas PCR a determinados vuelos procedentes de países concretos. Fernando Simón, como en ocasiones anteriores, no lo ve necesario. Tampoco lo eran las mascarillas, ahora de uso obligatorio, y que, desgraciadamente, terminan por los suelos de las ciudades o en el mar. Evitar eso también forma parte de la educación y el respeto.

Esto no ha terminado por mucho que llegue el Verano, termine este curso tan raro y todos tengamos ganas de hacer una vida normal. El bicho no ha desaparecido y la prudencia y las normas de higiene y distancia social tendremos que mantenerlas mucho tiempo. Disfrutar pero con precaución y ahí nuestros jóvenes tienen una ardua tarea.

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