Ponemos en un contenedor, por este orden, el pan, la cebolleta, el pepino, el pimiento, el ajo, el agua, el tomate y los aceites.
Sazonamos sobre el tomate y dejamos que repose durante al menos 2 o 3 horas. De este modo el pan se hidratará con el agua, el aceite y el jugo de los tomates.
Trituramos bien fino con la máquina que tengamos. Ha de quedar muy fino y aterciopelado.
Ponemos a punto de sal y de vinagre de Jerez. Colamos por un colador muy fino y lo metemos en el frigorífico.