Quizás, lo más importante es que las comunidades que pasan hoy a la fase 3, gestionarán ellas mismas el final de la desescalada, aunque habrá que ver si eso es compatible con las directrices que dicte el Gobierno cuando acabe el Estado de Alarma. Como alguno no da puntada sin hilo, habrá que esperar y ver.
Y eso que aún nos queda un gran trecho, los niños siguen sin colegio, los dependientes sin centros de día, los ancianos sin recibir visitas en las residencias y los padres teletrabajando pero esa vuelta al trabajo presencial va a ser muy complicada, lo que significa que muchos seguirán trabajando sin horarios definidos y con los niños pastando a su alrededor. Todo eso por no mencionar una Justicia parada y una buena parte del sector público teletrabajando o forzosamente en casa cuando ya se podría trabajar en turnos rotatorios.
Tampoco lo tienen fácil los adolescentes de la EVAU, que siguen sin saber si en algún momento podrán dar alguna clase presencial de preparación. Y qué decir de todos aquellos estudiantes que tenían prácticas de verano, trabajos en el extranjero…todo se ha ido al traste. En cualquier caso, y a pesar de este “desconfinamiento” paulatino, este verano es un verano lleno de incertidumbres donde viajar se va a convertir en un deporte de riesgo porque no sabemos qué negocios de restauración y hostelería estarán abiertos o simplemente si habrá algún rebrote en la provincia a la que vamos. Y, que aunque tenemos que fomentar el turismo nacional para reactivar la economía, es complicado arriesgarse a reservar, comprar un billete o involucrarse en algún proyecto por muchas ganas que se tengan. Y ahí me tengo que acordar de la campaña que ha hecho Cataluña para fomentar el turismo en su comunidad, casualmente sin lazos amarillos ni esteladas. Si es que cuando conviene todos somos España y alguno “se acuerda de Santa Bárbara cuando truena”.
Serán muchas las familias que tengan que replantearse el tema simplemente por motivos económicos, son muchos los que aún no han cobrado las ayudas del estado y muchos los que han tenido que echar el cierre a sus negocios. Y esa es la realidad que tenemos, un verano incierto, una vuelta al trabajo presencial más incierta aún y unos hijos que apenas han podido terminar este curso sin saber cómo empezarán el próximo. De la economía del país mejor no hablar, prefiero empezar esta nueva semana con cierto optimismo. Solamente está el 5 % de la población inmunizada contra el Covid y el Presidente ha suplicado prudencia a nuestros jóvenes. En eso, y sin que sirva de precedente, le tengo que dar la razón, la que hasta ahora ha demostrado no tener.