“Tengo casi seis años y por fin se me mueve un diente. Me han dicho recientemente que cuando un diente se va, viene un ratón llamado Pérez que, a cambio de unas monedas, coge el diente y se lo queda. Hace ya tres semanas que el proceso ha comenzado, pero como todavía no se ha caído, sigo esperando intranquilo y me siento alborotado.
¿Cómo será este ratón? Me han dicho que es de color blanco y también de un claro gris, que es muy rápido y sigiloso, simpático y amoroso; que lleva una alforja cargada de dientes y otra con muchas monedas, para dar pago con ellas a ese preciado marfil que los niños desdentados le dejan debajo de algún cojín.
¿Y qué hace Pérez con los dientes?
Unos dicen que palacios, otros que grandes castillos, otros dicen que debajo de nuestras calles hay una inmensa ciudad construida con los dientecillos que a Pérez le suelen dar. Yo estoy deseando que venga. Cuando por fin me quede mellado, dejaré bajo la almohada mi diente recién sacado, esperaré sus monedas, y, debajo de mi cama, vigilaré su visita por si le veo el hocico, su suave y blanco lomito o su simpática carita.
Me han dicho que el Sr. Pérez tiene muchos y grandes amigos. Precisamente uno de ellos se llama Sr. Pon Pon, y, alguien que yo conozco, le ha dedicado, con gusto, esta graciosa canción.”
Don Pon Pon es un ratón
Que es muy sabio y estudioso
De pequeño su mamá
Lo llevaba en autobús
A una escuela de roedores
Que atendían sin parpadear
A todos los profesores
Pon Pon Tenía un babero
De cuadros sin restregones,
Unos pantalones con tiras,
Un detector de mentiras,
Zapatos muy elegantes,
Con cordones por delante,
Y una bonita mochila
Para libros y meriendas
Cuadernos y redacciones.
Pon pon, el sabio ratón,
Está loco por el queso
Y os desea buenos días
¡Con una porción de besos!
Pon pon en cada jornada
No para de trabajar
Y cuando llega la noche…
Se coloca su pijama
Para ir a descansar
- Buenas noches ratoncillo
Que dulces sueños tendrás
Con esa ración de queso
Acompañada de membrillo
Que te acabas de tomar.