Las pesquisas sobre las circunstancias de la trágica muerte de la esquiadora Blanca Fernández Ochoa continúan abiertas.
Lo que parece claro es que la medallista olímpica no falleció a causa de una caída o un accidente en la montaña.
Como adelantábamos ayer el cuerpo fue encontrado en una zona en la que no había posibilidad de caídas, en un área no demasiado alejada de los senderos de la zona, pero de difícil acceso por las características del terreno que no era visible a simple vista, pese a estar cerca de zonas de paso.
Hoy hemos conocido que no tenía heridas fruto de un golpe.
En la mochila encontrada junto a Blanca, además de algunos alimentos, había también “gran cantidad de medicamentos.
Lo que parece seguro e que Blanca falleció poco después de su desaparición, los días 24 o 25 de agosto, de ahí el estado de avanzada descomposición en el que se encontró su cuerpo.