nuevodiario.es
BAJO BANDERA FALSA
Ampliar

BAJO BANDERA FALSA

miércoles 29 de mayo de 2019, 11:25h
BAJO BANDERA FALSA
“-Desapareció - dijo Spade - como desaparece un puño cuando se abre la mano.”

Unas mil especies de animales: ácaros, moscas, avispas y escarabajos, usan a las hormigas de sirvientes. A veces, pagan algún salario por minuta o alquiler; a veces, nada. Huéspedes que viven en las vías de transporte de las laboriosas o explotan sus basureros, y hasta los hay que se dan la gran vida en las cámaras de incubación donde las hormigas les brindan trato especial y hasta les sirven de “canguros” como pobres proletarias.

¿Cómo se explica? Porque los huéspedes hablan el lenguaje de las hormigas, un lenguaje químico. Es el caso del escarabajo de alas cortas. Sus larvas son cuidadas, cebadas y aseadas por las hormigas obreras. Un perfecto extraño las impele a trabajar valiéndose de un perfume (una feromona asistencial) segregado por sus larvas, las del escarabajo. Pero, además de acicalarse con un olor que no es el suyo, si tiene hambre debe encorvarse hacia arriba cuando siente las mandíbulas o antenas de una hormiga nodriza. Y las larvas de escarabajo se encorvan más y mejor para conseguir una gota de pitanza regurgitada por la hormiga nodriza, mejor que las propias larvas de hormiga a quienes iba destinado. No se conforman con ello las farsantes y devoran también a sus hermanastras y, si la comida escasea, se tragan también a sus hermanas, en plan caníbal, porque no son capaces de distinguir entre el olor de las familiares y el de las hormigas inmaduras. Los escarabajos engordados por las hormigas, ya adultos, abandonan en otoño los hormigueros del género Formica. Del bosque al prado, para buscar otras colonias del género Myrmecia, porque en ellas siempre hay algo que comer mientras en los hormigueros de Formica se suspende en esa estación el cuidado de la prole. Residencia de invierno y residencia de verano para parásitos.

Los pulgones también han hallado en las hormigas un aliado poderoso. Las hormigas los protegen de sus enemigos, levantan muros defensivos en torno a sus pastos, los transportan hacia plantas nuevas cuando las viejas se agotan e incluso los ponen a resguardo si amenaza peligro o reina el mal tiempo. ¡Y todo se debe a un malentendido! Las hormigas ven muy mal y confunden el culo del pulgón con la cabeza de una camarada. Cuando lo acarician, el pulgón les suelta una gota de almíbar. La angustiada diarrea de jarabe es interpretada por la hormiga como un gesto de amistad. Los pulgones asimilan sólo las proteínas de la savia que sorben y regalan a las hormigas el resto de azúcares.

Para Darwin, el mimetismo con las hormigas es una de las pruebas que confirman el evolucionismo de los seres vivos. El mimetismo es un arma de los débiles que se disfrazan de fuertes (mimetismo batesiano) o, a veces, una estrategia de los fuertes que simulan un aspecto inofensivo. Caso del cuclillo. El cuco consigue que otras especies le críen gratis el pollo. Para conseguirlo, su huevo tendrá que ser semejante al de las especies hospedantes. No se sabe cómo, pero el caso es que las hembras de cuco, ¡qué cucas!, ponen huevos de aspecto diferente según las especies hospedantes, que son distintas. Luego, emergido del huevo, el pollo de cuco arroja del nido a su hermano de nido, o sea, al hijo legítimo de quienes le alimentaron. Si hubiera dos cuclillos en el mismo nido, el asesino instinto de su prole no dejaría sobrevivir más que a uno. Por ello se define al cuco como parásito de incubación y nido.

Más sofisticado aún es el caso de la viuda regia, un pájaro africano. Hacen lo mismo que el cuco, ponen los huevos en nido ajeno, pero sus pollos dejan con vida a los hermanastros y adquieren su aspecto, como si de una careta se tratara, una máscara que sólo abandonan cuando vuelan lejos de la casa paterna. ¡Lo maravilloso es que también adoptan el canto de los padres adoptivos!

“¿Qué figura, forma o modelo de comportamiento se imita para engañar a quién?”. Pregunta de naturalista. O de sociólogo. A veces hay más de dos especies implicadas en la farsa. La farsa puede adquirir características cómicas. Entre los cíclidos (una clase de peces), la hembra recoge los huevos en la boca para proteger a sus alevines hasta que son capaces de vivir autónomos. ¿Cómo se fecundan esos huevos? Los machos tienen una aleta abdominal con imitaciones de los huevos que mueven como un abanico ante la cabeza de la hembra al tiempo que eyaculan. La hembra cree que son sus huevos y abre la boca para recogerlos, ¡y lo que recoge es semen! En este caso, para que la especie sobreviva conviene que las hembras no sean muy listas. Si lo fuesen, se darían cuenta del engaño, no abrirían la boca y por tanto los genes que las hacen más listas no se replicarían porque sus huevos no serían fecundados nunca, precisamente fracasarían por saber distinguir los huevos verdaderos de los de imitación. He aquí un ejemplo de cómo la evolución puede seguir el rumbo, no de una inteligencia creciente, sino de una imbecilidad atinada.

Se llama mimetismo batesiano a la propiedad que tienen ciertas especies de imitar a otras con mecanismos de defensa de los que las primeras carecen. Al naturalista Henry W. Bates le sorprendió el parecido de dos mariposas de distintas especies y géneros (piérida y helicónida) en la selva de Brasil. Los helicónidos saben muy mal, así que el piérido se había transformado en helicónido para evitar el ataque de los pájaros.

Es el arte del engaño. Muchas mariposas no venenosas, o moscas carentes de aguijón como la mayoría de los sírfidos, navegan bajo bandera falsa. He podido constatar que este fenómeno es frecuente entre sujetos de la raza humana, en los que -como decía Unamuno-, cada uno es especie distinta e irrepetible, porque vista una gallina, vistas todas, pero no existe animal humano que no pueda sorprendernos, para bien o para mal, con alguna propiedad única. Quiero decir que he podido observar no sólo a malas personas que intentan parecer buenas, lo cual es bien conocido, sino a buenos que se ponen el maquillaje o disfraz de los malos para defenderse o pasar desapercibidos, como el cactus que se rodea de espinas para proteger su blando y jugoso corazón.

Sam Spade, el investigador privado de las novelas policíacas de Dashiell Hammett, estupendamente representado por Humphrey Bogart en El halcón maltés, es un buen modelo de lo que digo. Se hace el duro, pero en realidad es un sentimental. La frase que adorna este articulillo es suya. Quiero que ese puño desaparecido al abrir la mano refiera al mimetismo que causa invisibilidad. Hoy todo el mundo quiere hacerse visible, aparecer en los monitores y las pantallas, conquistar así su minuto de Fama (esa hermana furcia de Gloria), pero al mismo tiempo, la historia natural demuestra que la invisibilidad, el tapujo, el mimetismo, el camuflaje, la simulación, el fingimiento, el maquillaje hasta la hipocresía o -digamos más poéticamente-, la transparencia juanramoniana, son estrategias socorridas de supervivencia, y a veces, imprescindibles. El hecho es que los que se saben disfrazar hacen mucho por la vida, dejan descendientes. En filosofía esto se suele indicar mediante la supuesta etimología de “persona”, palabra que significaría en su origen (prosopon), precisamente, máscara y altavoz.

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
0 comentarios