Sobre las 2:00 horas de la mañana, hora local de Florida, EE.UU., estado donde sucedieron los hechos, la pareja llegó al hospital. Los médicos confirmaron que se trataba de una cucaracha, Rápidamente aplicaron lidocaina, un líquido que haría un doble efecto: dormir su oído y matar al animal. antes su marido, con la ayuda de unas pinzas había tratado de sacar al insecto, aunque todos sus intentos fueron inútiles. Debían acudir urgentemente a un hospital. Mientras se vestía Holley sentía cómo la cucaracha avanzaba sin descanso a través de su pabellón auditivo.
"Mientras el médico administraba la lidocaina la cucaracha comenzó a reaccionar. La sensación de tener una cucaracha agonizante mientras está en una parte muy sensible de tu cuerpo, no es algo que pueda explicar (...) Le llevó como dos minutos morirse".
La pareja tomó entonces una decisión: comprar tapones para los oídos y usarlos al dormir. "Como pueden imaginar, no dormí mucho el resto de esa noche", recordó. Y aunque el médico le había mostrado en una servilleta blanca los restos extraídos, 24 horas después Holley aún sentía que había más. "La pesadilla no había terminado", escribió.
A partir de entonces, la pareja duerme con tapones en los oídos.