Si hay algo que está quedando claro en los últimos meses es que el PSOE sigue siendo un partido progresista y que este PP tampoco ha cambiado, sigue siendo ese partido marrullero y tramposo que busca ganar unas elecciones comprando tránsfugas, como ya hicieron en la década pasada a través del ya famoso "Tamayazo". Sin irnos tan lejos ni en el tiempo ni en kilómetros, en nuestra propia capital sufrimos con el famoso "Cazorlazo", donde los populares doblegaron la voluntad de los almerienses a cambio de un interés que algún día Don Miguel nos contará en esas memorias que me prometió.
Siguiendo con la manifestación de ayer, muy próxima al Barrio de Salamanca, que más bien parecía una reunión vecinal de "gente de bien" quejándose por el estado del césped de su campo de golf, y sabiendo que había entorno a cincuenta mil personas protestando, podríamos decir que si España tiene 47 millones de españoles, había cuarenta y seis millones novecientos cincuenta mil riéndose de ellos en sus casas (utilizando el argumento que Mariano Rajoy nos ofreció tras su huelga general allá por el 2012).
Podemos añadir al análisis de esta mini convocatoria de derechones privilegiados, capitaneados por un Jose María Aznar y una Isabel Díaz Ayuso, que dejaron en un muy mal lugar a su candidato, quien en teoría debería estar intentando formar gobierno en breve.
Solo el tiempo dirá cuánto necesitan Aznar y Ayuso para mandar al gallego a su región sin billete de vuelta. Cada abrazo que le daba Ayuso a Núñez Feijóo no era más que una toma de contacto y medidas para cuando tenga que acuchillarlo, al más puro estilo Pablo Casado.
Esta manifestación no era contra la amnistía, a la derecha nunca le importó el pueblo catalán ni su territorio, sino una manifestación contra los pensionistas, contra la sanidad pública, contra las mujeres, contra el feminismo, contra la educación pública, contra las personas dependientes, contra la reforma laboral que está dando trabajo a 21 millones de trabajadores. Esta manifestación era contra LA CLASE OBRERA.
Porque todos hemos leído muchas críticas contra los pinganillos de los traductores en las Cámaras; han invertido millones sin escatimar recursos para difundir mensajes y memes en las diferentes redes criticándolos, pero jamás se quejaron cuando se le regaló a la banca más de 60 mil millones de euros que jamás devolvieron.
Termino esta columna, no sin antes lamentar la falta de valores de esos políticos que son capaces de comprar tránsfugas o de mentir a niños. Lamento muchísimo esa falta de calor maternal de la que han carecido, ya que confío tanto en la especie humana, que me es imposible creer que alguien cuya madre le haya dado una formación en valores sea capaz de hacer estas políticas basadas en la mentira, en la trampa, en la falta de lealtad que vemos a diario y que tanto nos afecta en el día a día.
Así que recordar: AMNISTÍA O RETROCESO
Si (
No(
