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Pablo Iglesias
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"La educación y enseñanza en el PSOE", por Pedro Cuesta Escudero

martes 19 de septiembre de 2023, 09:18h
'La educación y enseñanza en el PSOE', por Pedro Cuesta Escudero

La educación nunca transcurre en unas condiciones aisladas, al margen de la realidad en la cual están inmersos los educadores y alumnos.

Rodolfo Llopis
Rodolfo Llopis

Por tanto hablar de la educación y la enseñanza en el PSOE resulta un tanto artificioso, si se tiene en cuanta que dicho partido hasta la II República nunca influyó plenamente en la sociedad española. Se pueden perfilar las formulaciones teóricas que se desprenden de los proyectos programáticos. Son unas fórmulas que, aunque informadas por la ideología marxista, están muy mediatizadas por la realidad socio-económica y política. Es decir, no son unas fórmulas lapidarias. De serlo, entrarían en contradicción con el socialismo científico, porque ¿en qué consiste la educación socialista?, ¿cuáles son su contenido, sus formas y sus métodos? No hay una educación socialista programada, prefijada, estable. La educación ha de ir adecuándose constantemente a las nuevas realidades. De esta manera se podría conceptual la educación socialista como una educación para el futuro en busca del “hombre nuevo”, aunque, claro, con una educación organizada en las condiciones de cada presente. El socialismo es una ideología de lucha para trasformar el mundo, es una ideología creadora de un mundo nuevo y unos hombres nuevos. La educación y la enseñanza vienen a constituir un elemento más en la lucha revolucionaria. Ahora bien, el grado de importancia que debía tener dentro del proceso revolucionario es el que origina uno de los gérmenes que, si a lo largo de la trayectoria del PSOE se mantiene latente, provocará su ruptura poco antes de la guerra civil. Es el dilema de que si hay que cambiar primero las condiciones sociales o dar primacía a la transformación de la sociedad por medio de la educación y la enseñanza.

La primera fase del socialismo español

El PSOE hay que comprenderlo dentro de su marco histórico. Surge y se desarrolla en una España en la que el poder y el Estado lo ha estructurado una burguesía moderada en compromiso con el residuo feudal y aristocrático y con la ideología religiosa de la Iglesia. Es, como se sabe, el resultado de la Restauración canovista. En tales condiciones la burguesía progresista está en el mismo campo de lucha que los movimientos obreros. La alianza del socialismo español con esa burguesía que aún lucha, táctica obligada para poder hacer frente a la oligarquía y caciquismo y a las “dos mil familias” enquistadas en el poder, no deja de asumir diversos aspectos de influencias mutuas. (Al decir “burguesía moderada” no queremos expresar que fuera una burguesía poco agresiva, todo lo contrario, formaba parte del capitalismo salvaje, en contraposición de la “burguesía progresista” que era más tolerante y flexible. Pero eran los términos que se empleaban entonces)

El sector de la población que aún pesa con fuerza es el agrícola. Y si el sector terciario alcanza cotas algo altas es porque en él están incluidos un gran número de servidores y criados. El índice de analfabetismo es uno de los más elevados de Europa. Si al iniciar el siglo XX ese índice llega casi al 50%, transcurre el primer tercio de ese siglo y esa cifra no ha experimentado ningún espectacular descenso. Y eso que surge en España la más espectacular renovación pedagógica como es la INSTITUCIÓN LIBRE DE ENSEÑANZA.

El manifiesto del PSOE, aprobado el 20 de julio de 1879, en lo referente a la educación y enseñanza dice: “Debe ser integral para todos los individuos de ambos sexos, en todos los grados de la ciencia, de la industria y de las artes a fin de que desaparezcan las desigualdades intelectuales, en su mayor parte ficticias, y que los efectos destructores que la división del trabajo produce en la inteligencia de los obreros no vuelva a reproducirse”.

El 1 de diciembre de 1884 el PSOE presenta un informe redactado por el médico Jaime Vera a la Comisión de Reformas Sociales. Este magistral análisis constituye uno de los más importantes documentos marxistas españoles. Adopta claramente la postura ortodoxa y afirma que si existe incultura en la clase obrera es por su supeditación económica. “Y no creemos que la ceguedad de nadie llegue a acudir como motivo de esa dependencia social del trabajador su estado relativo de ignorancia. Se confundiría así lastimosamente, y sin ventaja, lo que es efecto y lo que es causa. La incultura de la clase obrera- como toda esclavitud y no es esta la menos dolorosa- de la supeditación económica depende: muchos son ignorantes porque son obreros. ¿Acaso la distribución de los hombres en clases se hace por sus aptitudes mentales? ¿Acaso los obreros son hombres de otra raza, intelectualmente inferiores a los poseedores de capital? Se deduce, pues, que para evitar la injusticia de la incultura hay que acabar primero con las desigualdades económicas que afectan a toda sociedad capitalista.

Ascendencia institucioncita sobre el socialismo español

La influencia revisionista de Jules Guesde sobre el socialismo español es grande desde los mismos comienzos del partido. En 1889 los socialistas españoles se adhieren a la II Internacional. El triunfo electoral de 1890 de los socialistas alemanes tiene gran repercusión en España, por lo que los seguidores de Pablo Iglesias se decantan abiertamente por la vía reformista tratando de conseguir representación en los Ayuntamientos y en el mismo Parlamento. En diciembre de 1919 y en junio de 1920 el PSOE celebra sendos Congresos extraordinarios en donde se debate la adhesión a la III Internacional, enfrentándose las dos tendencias contrapuestas, la reformista y la revolucionaria. En ambos congresos se abre camino la tesis socialdemócrata de Besteiro, que hace que por mayoría se desestima a los partidarios de la Komintern.

Pero nada propio tiene el socialismo español en el terreno educativo aparte de las formulaciones teóricas de los documentos programáticos como el de 1879. Y es que los primeros militantes socialistas se consagran con exclusividad y abnegación a la tarea organizativa. El mismo Pablo Iglesias lo confiesa en unas declaraciones a la prensa: “… he tenido que dedicar más tiempo a la acción, a la propaganda del Partido y a la organización que a mi propia cultura”.

Son los catedráticos simpatizantes con el socialismo los que llevan la preocupación educativa de signo “gineriano” al partido. Muchos intelectuales que se forman en la Institución Libre de Enseñanza y se sienten íntimamente vinculados a ella no desdeñan ingresar en el partido socialista cuando éste adopta una postura abierta y francamente reformista. Pensemos en Julián Besteiro, en Rodolfo Llopis, en Álvarez Buylla, en Bernaldo de Quirós, en Fernando de los Ríos, en María de Maeztu… Hay una gran afinidad entre Giner de los Ríos y Pablo Iglesias. “Ambos-comenta Araquistaín en el “Sol” de 11-12-1925 ante la muerte de Pablo Iglesias- son fundadores de Instituciones sociales y ambos anteponen la dignidad personal y el bien público a toda otra regla de conducta (…) No bastaba desear una España nueva; había que organizar fuera del Estado, en la entraña misma de la sociedad. Había que crear hombres y disciplinarlos. El problema íntimo de Pablo Iglesias y de Giner era el mismo: preparar hombres para hacer historia”. La terminología usada en los documentos socialistas que hacen referencia al problema educativo indica su ascendencia institucionista: escuela unificada y laica, enseñanza integral, coeducación... “No es, pues, de extrañar- afirma Gómez Molleda- que en momentos críticos posteriores haya una identificación sustancial entre los hombres de la Institución y del socialismo para la reforma educativa de España”.

Es interesante hacer notar que en 1912 se constituye en la Casa del Pueblo de Madrid el primer grupo de maestros socialistas. Rodolfo Llopis es el encargado de esta organización de maestros, poniéndose de manifiesto la simbiosis existente entre la Institución y el socialismo español. Esta agrupación de maestros tiene una destacada intervención en la redacción del programa pedagógico que se presenta en el Congreso de la UGT de 1918. Los socialistas, al igual que los institucionistas, apoyan la idea de reforzar la enseñanza estatal y las escuelas públicas por considerarlo como el único medio existente de combatir la fuerte influencia de la enseñanza confesional de las Congregaciones religiosas, que con su fuerte poder económico y con el apoyo oficial monopolizan la enseñanza en pro de las clases pudientes acentuando las diferencias de clase desde la más tierna infancia; y también, por extender la cultura por el pueblo, abandonado en la ignorancia por el desdén social.

Rodolfo Llopis

Rodolfo Llopis Ferrándiz fue un dirigente socialista y pedagogo español, que llegó a ser Secretario general del Partido Socialista Obrero Español en el exilio. Había Ingresado en el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en 1917. Cofundador de la Federación de Trabajadores de la Enseñanza de la Unión General de Trabajadores (UGT). Fue diputado por Alicante en 1931, 1933 y 1936. Director general de Primera Enseñanza durante la II República, en el ministerio dirigido por Marcelino Domingo, fue conocido por haber extendido la construcción y equipamiento de escuelas primarias por toda España.

Se exilió en Francia tras la guerra y en el Congreso del PSOE en 1944 es elegido Secretario general del partido y presidente de la UGT. En 1947 fue elegido presidente del Gobierno de la República española en el exilio. Pero en el Congreso de la UGT de 1971 y en el Congreso de Suresnes del PSOE celebrado en octubre de 1974, Llopis no acepta ser presidente del partido como le ofrecían los renovadores. Pretendía seguir como Secretario general, provocándose una ruptura que escindió el partido en dos: el PSOE Histórico con Llopis a la cabeza y el PSOE Renovado, cuya dirección recayó en una dirección colegiada en el interior (Nicolás Redondo, Pablo Castellano y Felipe González) El primer Congreso del PSOE Histórico (diciembre de 1972) mantendría a Llopis en la secretaría general. Ambas fracciones rivalizan por la legitimidad en el uso de las siglas del partido, en un conflicto que dirime la Internacional Socialista en enero de 1974 al decantarse por el PSOE Renovado. Rodolfo Llopis aceptó el veredicto y no se dedicó a criticar a los nuevos y jóvenes dirigentes socialistas, ni tampoco fue a quejarse, que sepamos, a Fraga o a Suarez. Y eso que Felipe González no hizo todo lo posible por dejar solucionada la cuestión escolar en sus tres mandatos con mayoría absoluta, pues decidió que se subvencionaran con dinero público las escuelas privadas donde se forman los hijos/as de la alta y media burguesía, abriéndose un fuerte dique con respecto a la escuela pública y se mantiene el carácter clasista de la sociedad española. Deja un camino por hacer para la democratización de la educación por medio del desarrollo de la escuela pública y gratuita. De todas formas su actuación fue enorme, viniendo de donde veníamos.

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