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El libro electrónico, no es de ahora.

El libro electrónico, no es de ahora.
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lunes 11 de septiembre de 2017, 18:19h

Fue allá por 1949, cuando la tinta electrónica aún no se conocía.

Sin embargo eso no impidió que la maestra e inventora leonesa Ángela Ruiz Robles inventara lo que hoy se considera el precursor del libro electrónico. Ella lo llamaba enciclopedia mecánica y llegó a supervisar personalmente la construcción de un prototipo que hoy se conserva en el Museo Nacional de Ciencia y Tecnología de La Coruña.

Lo que hoy conocemos como libro electrónico tiene su origen en un invento español y en una inventora española.

Ángela Ruiz Robles ideó un “procedimiento mecánico, eléctrico y a presión del aire para la lectura de libros”, según recogen los documentos de la época.

Consistía en unas láminas con dibujos que se iluminaban cuando se posaba el dedo sobre ellas y en las que aparecía un texto educativo. Para que esto ocurriera, detrás llevaba un circuito eléctrico que la popia Ruiz Robles diseñó.

Años después, concretamente en 1962, esta maestra patentó su Enciclopedia Mecánica, considerada por muchos como un lejano precedente del primer libro electrónico.

Doña Angelita, que era así como se la conocía, era maestra de una escuela de la ciudad de El Ferrol, A Coruña. Consideraba que los métodos de enseñanza estaban obsoletos y que los niños tuvieran que acarrear el peso de varios libros desde su casa a la escuela era un atraso.

Así que se puso a trabajar en un sistema que modernizara la enseñanza. La Enciclopedia Mecánica ocupaba lo mismo que una cartera y pesaba poco y, según explicó la propia maestra, “puede llevar sonoridad con explicación de temas en forma intuitiva, práctica, atrayente y amena”.

Dentro llevaba unos carretes que se podían cambiar en función de la asignatura que estuviera estudiando el alumno. Y, además, se podía elegir entre los idiomas español, inglés y francés.

A pesar de que recibió numerosos premios por su invento y que desde Estados Unidos quisieron comprar la patente, Doña Angelita no consiguió que su idea se fabricase en su país, aunque la defendió durante toda su vida. Hoy estaría orgullosa de ver cómo su idea ha servido como origen a lo que hoy conocemos como eBook o libro electrónico.

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