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A lo grande.
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A lo grande.

domingo 10 de septiembre de 2017, 10:39h
Campeón hasta el final. Así es Alberto Contador.

Lo hizo, Alberto Contador conquistó el Angliru el día que corría su última etapa de montaña. En el Angliru ha dicho conn permiso del paseo hoy por Madrid, adiós al ciclismo, pero de qué forma, a lo grande, demostrando que quien se va no es cualquiera sino un campeón. Entró en la meta, la mano al corazón, su último disparo, las manos abiertas y el cariño y el aliento del público que en cada pedalada, en cada gota de sudor escalando la rampa del mazizo montañoso asturiano, parecía que le iba empujando.

Contador, ya sabía lo que era ganar esa etapa, lo hizo en 2008, ojo fue hace nueve años, Contador estaba en su esplendor, y aunque han pasado nueve años, ahora también.

“¡La última batalla!”, escribió Alberto Contador por la mañana en las redes sociales y así fue, una batalla épica que no todos han podido escribir. Contador nos deja, pero lo hace regalándonos momentos memorables y esas siete grandes rondas en su palmarés, tres Vueltas, dos Tours, dos Giros y para colmo este dulce de despedida, su triunfo en el Angliru tras 117 km con puertos como la Cobertoria o el Cordal donde Contador se colocó junto a Pantano para abrir hueco mientras Froome no arriesgaba con el suelo está mojado como hiciera Vincenzo Nibali, el aspirante, que sufrió una caída. Al llegara al Angliru, Pantano y Contador iniciaron la subida con 40 segundos de ventaja, el madrileño tenía ganas, pedalada tras pedalada fue remontando escapados. Algunos como cuando se puso a la par de Enric Mas y Marc Soler le echaron una mano. Ellos son futuro del ciclismo español, pero quien rodaba a su lado era el rey. Soler le siguió hasta donde pudo, cuando faltaban 5 km, no pudo más y Contador se quedó solo en busca del final soñado que a falta de tres kilómetros y sufriendo nos hizo emer que no pudiera aguantar. Las piernas parecían no responder y Contador perdía esa cadencia en el pedaleo. Sacó fuerzas, serían los gritos de ánimo, los aplausos, seguramente sí. Ese era el impulso que necesitaba y con el tocó la gloria con una victoria que será recordada y que pasará a los anales de la historia como la hazaña épica de todo un campeón, despidiéndose a lo campeón.

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