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Culturilla Naval: "Jean Laurent y el Arsenal de Cartagena", por Diego Quevedo, Alférez de Navío ®

Culturilla Naval: 'Jean Laurent y el Arsenal de Cartagena', por Diego Quevedo, Alférez de Navío ®
viernes 20 de agosto de 2021, 11:22h
Culturilla Naval: 'Jean Laurent y el Arsenal de Cartagena', por Diego Quevedo, Alférez de Navío ®
En el otoño de 1872, uno de los grandes pioneros de la fotografía en nuestro país, el francés Jean Laurent Minier (23 de Julio 1816, Garchizy, 24 de Noviembre 1886, Madrid) hizo un periplo por España, acompañado de sus cámaras, clichés, trípodes y demás artilugios, junto con su inseparable “carruaje laboratorio” como él mismo lo definía, y que usaba para preparar el revelado de las placas de vidrio “al colodión húmedo”, casi en tiempo real, en un largo –y suponemos penoso, por los medios de la época y el estado de los caminos- viaje por la geografía peninsular española, inmortalizando infinidad de rincones y monumentos de nuestro país, periplo que le llevaría varios meses.
Culturilla Naval: 'Jean Laurent y el Arsenal de Cartagena', por Diego Quevedo, Alférez de Navío ®
Culturilla Naval: 'Jean Laurent y el Arsenal de Cartagena', por Diego Quevedo, Alférez de Navío ®

Algo más de un siglo después, concretamente en 1975, el Estado español, consciente de la importancia de aquel viaje, adquirió a sus herederos esos clichés que hoy día forman parte de los ricos fondos de Patrimonio Nacional, no habiendo además ningún otro reportaje de tanta calidad de aquella España del último tercio del XIX, entre otras razones porque la fotografía, como quien dice, acababa de nacer y aún no habían despuntado verdaderos maestros.

Ese viaje de Laurent, que duró varios meses, le trajo hasta Cartagena corriendo el mes de Septiembre del citado 1872, siendo varias las instantáneas que inmortalizó en la ciudad portuaria, algunas de ellas de instalaciones militares, como la bocana de acceso al Arsenal desde la muralla de Carlos III, la varada de la fragata ARAPILES en el dique flotante o la tomada justo desde uno de los diques de Jorge Juan, entonces aún en servicio, desde lo que hoy es las instalaciones de la base de Submarinos y donde se aprecia al fondo, en el Muelle de Levante, y atracada por babor, a la fragata TETUÁN, en la que sería una de las pocas –y últimas- instantáneas de esa unidad a flote, ya que justo unos meses después, en 1873, volaría por los aires como consecuencia de la “revolución cantonal”. Así mismo, desde los cerros cercanos a las instalaciones de la que ya era una gran base naval, y a los que se subió, nos dejó para la historia algunas imágenes parciales del Arsenal cartagenero, cerros a los que accedió tratando de ganar altura para obtener sin duda la mejor perspectiva posible.

Como bien se decía en la propaganda de aquella época para tratar de animar a la gente a que se inmortalizara, “la fotografía es un instante irrepetible, a los que el tiempo añade la emoción del recuerdo”, en lo que creemos que era una definición muy acertada por no decir perfecta. Así, gracias a este pionero de la fotografía en España, hoy podemos admirar su obra de la que, de su paso por nuestra Región, nos dejó románticas imágenes de la Cartagena que se nos fue, algunas de las cuales ilustran estas líneas.

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