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Navantia mantiene el rumbo fijado en su Plan Estratégico pese al impacto de la Covid-19 en 2020

Navantia mantiene el rumbo fijado en su Plan Estratégico pese al impacto de la Covid-19 en 2020
miércoles 04 de agosto de 2021, 09:38h

Navantia mantuvo en el ejercicio 2020 el rumbo y los hitos fijados en su Plan Estratégico 2018-2022, a pesar del impacto de la Covid-19 en la actividad económica mundial y en el negocio de la compañía.

Navantia mantiene el rumbo fijado en su Plan Estratégico pese al impacto de la Covid-19 en 2020

Debido a las medidas de restricción de movilidad impuestas en Marzo de 2020, Navantia se vio obligada a detener sus actividades de producción, pero continuó realizando tareas esenciales, como el mantenimiento de buques de la Armada, incluidos los adscritos a la ‘Operación Balmis’ desplegada por las Fuerzas Armadas contra el coronavirus. La empresa contribuyó también a la lucha contra la pandemia donando 20.000 pantallas protectoras realizadas con impresión en 3D en su Centro de Excelencia de Fabricación Aditiva (CEFAN) de Puerto Real (Cádiz).

Desde el inicio de la pandemia, Navantia tuvo como prioridad la salud de su plantilla, clientes, proveedores y otros interlocutores y realizó un gran esfuerzo para adoptar medidas con un doble objetivo: garantizar la seguridad del personal y minimizar el impacto económico y social y al mismo tiempo mantener el cumplimiento de los contratos. La implicación de la plantilla y de la representación de los trabajadores ha sido clave para afrontar esta situación excepcional.

La compañía afrontó la situación inédita de suspensión y reanudación de la producción poniendo en marcha protocolos novedosos y aplicando el trabajo en remoto en aquellos puestos en los que resulta viable.

El impacto de la Covid-19 en el resultado de 2020 fue de 78,4 millones de euros, teniendo en cuenta tanto sus efectos en el negocio como los costes laborales y las medidas de prevención. En el conjunto del año, el importe neto de la cifra de negocio de Navantia fue de 1.129 millones de euros frente a los 1.237 millones de 2019. El ejercicio tuvo un resultado negativo de 137,7 millones, de modo que, aun incluyendo el efecto de la pandemia, se mantuvo en una senda de mejora (del 6 por ciento respecto a 2019) por tercer año consecutivo. La empresa recibió de su accionista único, SEPI, 160 millones de euros en préstamos participativos netos, frente a 344 millones en 2019.

Por otro lado, Navantia mantuvo la senda de inversión prevista en su Plan Estratégico, destinando 68 millones de euros (muy por encima de los 39 millones de 2019), principalmente a proyectos enmarcados en su Plan de Transformación Digital.

Navantia redobló esfuerzos para cumplir con los programas en curso y para cerrar nuevos contratos. En Julio de 2020 dio un paso importante en su apuesta por la energía eólica offshore, al recibir, junto a su socio Windar, el encargo de Ailes Marines, filial de Iberdrola, para construir 62 cimentaciones fijas para un parque eólico en Saint Brieuc, en la Bretaña francesa. Es el mayor pedido de energía eólica offshore logrado hasta la fecha por Navantia y está plenamente alineado tanto con su Plan Estratégico, que prevé incrementar la actividad en el ámbito de las energías verdes, como con la recuperación sostenible que propugnan la UE y el Gobierno español.

Esa apuesta por las energías verdes se ha visto reforzada en 2021 con nuevos proyectos, como el acuerdo con Windar e Iberdrola para fabricar monopiles XXL para parques eólicos marinos y la presentación de diversos proyectos a la convocatoria de fondos europeos NGEU para impulsar la eólica offshore y el hidrógeno verde. La compañía ha ido de la mano de socios como Enagás o Siemens, que participa junto a Navantia y PYMAR en el PERTE diseñado para liderar la transformación verde y digital del sector naval.

“Navantia continúa avanzando firmemente por la senda marcada en el Plan Estratégico, que nos brinda herramientas para hacer frente a la incertidumbre consecuencia de la pandemia y poner las bases para, como empresa pública, contribuir a una recuperación justa y sostenible”, ha afirmado el Presidente de la compañía, Ricardo Domínguez.

En el ámbito naval militar, en 2020 la compañía continuó con una actividad comercial intensa, si bien este mercado se vio afectado por la incertidumbre económica y varios Gobiernos frenaron o retrasaron programas previstos. Aun así, durante el ejercicio, Navantia cerró un contrato con Noruega para la adaptación de una fragata a aguas más cálidas y mantuvo negociaciones con diversos países.

Por otro lado, la caída del tráfico marítimo internacional impactó de lleno en los planes de mantenimiento de las flotas y, como consecuencia, en el sector de reparaciones navales. Este impacto fue mayor en las áreas relacionadas con el ocio, como cruceros y yates, una actividad que ha comenzado su recuperación en 2021.

Navantia cerró el ejercicio 2020 con una cartera de pedidos de 7.851 millones de euros, frente a los 8.305 de un año antes, ya que, mientras las contrataciones se ralentizaron, se mantuvo la ejecución de los contratos.

Tras entregar a la Real Marina Australiana un tercer AWD, NUSHIP Sydney, en Septiembre partió desde Navantia Ría de Ferrol hacia Australia el NUSHIP Supply, el primero de los dos buques logísticos (AAOR); en Mayo de 2021 partió el segundo, NUSHIP Stalwart. En julio y Noviembre de 2020, con medidas de seguridad sanitaria, se botaron en San Fernando (Cádiz) las dos primeras corbetas construidas para Arabia Saudí, un programa que se ha mantenido con un ritmo exigente que ha permitido que en 2021 se hayan botado otros dos buques. En Cartagena, finalizaron con éxito las pruebas finales de desarrollo del sistema de Propulsión Independiente del Aire (AIP) de la clase de submarinos S-80 para la Armada Española y se avanzó en la construcción del primero, el S-81, puesto a flote en 2021.

Navantia continuó también con la aplicación del Plan de Empleo y Rejuvenecimiento de plantilla previsto en su Plan Estratégico: Navantia y sus filiales cerraron 2020 con un aumento neto de plantilla de 22 personas. En la sociedad principal se realizaron 314 nuevos contratos, siendo el 64% menores de 35 años y el 27% mujeres, en línea con el objetivo de rejuvenecimiento y fomento de la diversidad que la compañía se ha marcado y que seguirá siendo clave en los procesos de empleo previstos para 2021 y 2022.

El Presidente de Navantia felicita a Gonzalo Mateo-Guerrero por su próxima incorporación a SAMI

El Presidente de Navantia, Ricardo Domínguez, ha transmitido su felicitación pública al director de Operaciones y Negocios de la compañía, Gonzalo Mateo-Guerrero, por su próxima incorporación a Saudi Arabian Military Industries (SAMI) y le ha agradecido su dedicación, profesionalidad y liderazgo en su larga trayectoria en Navantia. A partir de Septiembre, Gonzalo Mateo-Guerrero dejará Navantia para convertirse en el nuevo COO (Chief OperatingOfficer) de SAMI, una empresa creada en 2017 que aspira a situarse como una de las 25 principales empresas de defensa del mundo en el horizonte de 2030.“Quiero desear a Gonzalo toda clase de éxitos al frente de su nueva responsabilidad. Navantia ha crecido y se ha convertido en una empresa internacional gracias, en buena medida, a su desempeño y el de los equipos que ha liderado.

Gonzalo Mateo-Guerrero ha tenido un papel clave en la apertura de nuevos mercados y nuevas áreas de negocios, así como en la transformación de Navantia en una empresa de última tecnología en sus productos y también en su gestión. Su experiencia y su visión del negocio sin duda serán un activo de primera categoría para SAMI, una empresa socia y amiga de Navantia con quien confiamos en consolidar nuestra relación”, ha declarado Ricardo Domínguez. SAMI es una compañía propiedad del Fondo de Inversión Pública de Arabia Saudí. Comenzó a operar en 2018 y ha firmado acuerdos de colaboración con empresas líderes europeas y estadounidenses. En 2019 SAMI y Navantia se asociaron en una joint-venture para desarrollar el sistema de combate destinado a las corbetas que la empresa española construye para la Marina Real de Arabia Saudí.

Gonzalo Mateo-Guerrero Alcázar (Madrid, 1972) se incorporó a los astilleros públicos Bazán, antecesores de Navantia, en el año 2000. Tras el proceso de fusiones que dio origen a la actual empresa, en 2006 se desplazó a Melbourne, Australia, para poner en marcha allí la delegación de la empresa en este país, primero como oficina comercial y posteriormente como filial, consiguiendo contratos por valor de 1.500 millones de euros que supusieron un salto cualitativo para la actividad dela empresa española.

Entre 2012 y 2017 fue Director Comercial de la compañía, un periodo en el que se pusieron en marcha delegaciones comerciales en Turquía, Golfo Pérsico, Latinoamérica e India y se negociaron contratos internacionales por 4.000 millones de euros (en Turquía, Australia y Arabia Saudí), además de la apertura de nuevos mercados en negocios entonces nuevos para Navantia, como la energía eólica marina. Desde 2017 ha desempeñado el cargo de Director de Operaciones y Negocios, desde donde ha participado en la definición y aplicación del Plan Estratégico 2018-2022 y ha reorganizado la Dirección de Operaciones enfocándola al cliente.

Bajo su supervisión están las direcciones de los distintos astilleros (Ría de Ferrol, Bahía de Cádiz, Cartagena) y los principales programas de construcción, actualmente el submarino S-80, las fragatas F-110, las corbetas para Arabia Saudí y los buques logísticos para Australia, además de la nueva y reforzada Dirección de Servicios. “Después de más de 20 años en Navantia, sólo tengo palabras de agradecimiento para la compañía, para su gente y para todas las personas con las que he tenido el placer de trabajar y aprender durante estos años. Navantia se queda en manos de grandes profesionales y eso, unido a los proyectos de última generación en marcha, aseguran un gran futuro. Ahora comienzo una nueva etapa en SAMI, con mucha ilusión y ganas de afrontar nuevos retos, en una empresa líder que está apostando claramente por la tecnología y crecimiento, siendo una de las piezas clave del Plan Visión 2030 eje de la modernización del país” ha afirmado Gonzalo Mateo-Guerrero.

Navantia se fija el objetivo de alcanzar la neutralidad de carbono en 2040

La compañía pública Navantia ha lanzado la elaboración de una estrategia para alcanzar la neutralidad de carbono en su actividad en el año 2040, para así contribuir al objetivo, fijado en el Pacto Verde Europeo y en la Ley de Cambio Climático española, de descarbonizar la economía no más tarde de 2050.La apuesta por la neutralidad en las emisiones de carbono se enmarca en el Plan Estratégico de Navantia 2018-2022, que persigue la sostenibilidad económica, social y medioambiental de la empresa. Está vinculada, asimismo, a las exigencias regulatorias nacionales e internacionales, a los requisitos de sus clientes y a una creciente conciencia social.

Navantia, una empresa estratégica para la defensa nacional, ejerce además un destacado papel tractor a la hora de orientar la actividad económica y crear crecimiento y empleo en las comarcas donde se asientan sus astilleros. Este hecho, combinado con su carácter de compañía pública, refuerza la responsabilidad de Navantia con la sociedad. Para contribuir al cumplimiento de los objetivos nacionales, europeos e internacionales, Navantia ha dado ya los primeros pasos para dotarse de un modelo energético basado en el ahorro de energía, en la eficiencia energética y en la generación distribuida de energía a partir de fuentes renovables en instalaciones individuales o colectivas localizadas en puntos cercanos a su consumo y con un modelo de negocio complementario con esta estrategia.

Así, el compromiso por la sostenibilidad se traduce en nuevas líneas de negocio para impulsar las energías verdes (principalmente la eólica marina) y en una apuesta por el ecodiseño de productos y la economíac ircular. En 2020, Navantia valorizó el 81% de sus residuos, por encima del nivel de 2019 (66%).Además, la compañía cuenta con una Política de Medio Ambiente y una Política de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) que incluye como compromiso explícito la reducción la huella de carbono y la promoción de iniciativas para su compensación.

En 2020,la energía eléctrica consumida en los núcleos geográficos de Ría de Ferrol, Dársena de Cartagena y Bahía de Cádiz fue de origen renovable. El consumo eléctrico por hora trabajada se redujo a 5,37 kilovatios hora. Navantia mide sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) desde2018 y en 2020 se inscribió en el Registro de huella de carbono, compensación y proyectos de absorción de dióxido de carbono del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico. La inscripción se acompañó de un plan de reducción que detalla las acciones de la empresa para reducir la emisión de gases de efecto invernadero. Navantia participa asimismo en acciones de compensación tanto en proyectos de reforestación como de gestión forestal sostenible. Ahora, Navantia quiere dar un paso más y realizará un diagnóstico detallado de sus necesidades energéticas, analizando los distintos usos y combustibles, así como sus instalaciones y procesos generadores de gases de efecto invernadero.

El estudio, que se encargará a una empresa especializada, analizará también el potencial y la viabilidad del uso de otras energías (marina, eólica, solar o biomasa).A partir de ese análisis de las necesidades energéticas actuales y futuras, el potencial de las energías renovables y medidas de eficiencia energética y compensación, Navantia establecerá una hoja de ruta de descarbonización en el año 2040.Dicha hoja de ruta fijará líneas prioritarias de trabajo, con criterios objetivables e hitos intermedios y un sistema de evaluación y seguimiento. Todo ello con una herramienta que permita valorar la toma de decisiones para conseguir el cambio de modelo energético con una transición ordenada que establezca una priorización de tecnologías y modelos productivos. La compañía ha reservado para este trabajo de análisis una partida presupuestaria con un máximo de 300.000 euros

INNOVACIÓN DIGITAL Y VERDE

“Estamos asistiendo al nacimiento de un nuevo paradigma energético que debe impulsar un crecimiento sostenible. Navantia asume su responsabilidad como empresa pública y tractora de actividad económica y quiere favorecer una transición energética justa e inclusiva”, ha declarado el Presidente de la compañía, Ricardo Domínguez. “Navantia tiene vocación de mantener su liderazgo en el ámbito naval y de la defensa y la palanca para conseguirlo es la innovación en una doble vertiente: la digitalización y la sostenibilidad ambiental”, ha añadido. “La Organización Marítima Internacional ha establecido como objetivo reducir las emisiones del sector naviero en un 50% para el año 2050. Navantia tiene la obligación de acelerar su propia descarbonización y convertirse en líder en tecnologías limpias para anticipar y satisfacer los futuros requisitos de sus clientes”, ha señalado el director de Estrategia, Javier Romero.

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