Desafiaron el ideal de belleza de siglos anteriores. Ellas eran el inconformismo, las ansias de libertad, el romper con lo establecido y dejar atrás la opresión de una sociedad machista. Fueron aquellas mujeres que entre la Primera y la Segunda Guerra Mundial salieron del hogar a trabajar en las fábricas, en las oficinas y en los talleres, sin corsé, ya saben, esa coraza asfixiante. Pero llegó a Hollywood, en 1.930, el Código HAYS y los productores del celuloide se auto censuraron con la promulgación de dicha norma. La censura determinó lo que se podía ver o no en la pantalla para mantener la moral y las buenas costumbres. El estilo de las flappers no entraban en la norma del Partido Republicano, que eran ,quien lo había propuesto y aprobado, y a partir de los años treinta, se volvió al modelo de mujer madre, esposa o novia pasiva, “ las malas” siempre tenían un final terrible, por salirse del canon.
Aquellos años locos que tan bien describió F.Scott Fitzgerald en algunas de sus novelas como la conocida El Gran Gatsby, Zelda Fitzgerald en su obra “Resérvame el Vals”, o John Held Jr, Anita Loos y Oliver Thomas fueron algunos de los artistas, actrices o escritores que ayudaron a la consagración del fenómeno flapper. Fue una década sensual y libre: el Jazz, el Charleston, ¿quién no recuerda la película que recrea aquella época de los años 20/30,Cotton Club, de Coppola?.
En España, en 1920, la mitad de las españolas no sabían leer ni escribir. Pero, aparecieron escritoras, intelectuales, artistas, asociaciones femeninas que rompieron con el pasado, pero no hubo flappers, sólo llegó una admiración al mito literario o cinematográfico, nada más. Paralelamente el Flamenco comenzó a valorase intelectualmente. Recordad la generación del 27, la literatura se revoluciona con el modernismo, al igual que la arquitectura, se inicia una educación pública y laica; pero también, endémicamente, persistía una gran crisis social y económica, que aupó ideologías como la fascista y la totalitaria.
Creo que debo leer más historias de aquellos años veinte, me harían comprender estos otros.