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Pedro Cuesta Escudero, autor de “Félix Martí Alpera. La seva contribució a l’escola pública”

Pedro Cuesta Escudero, autor de “Félix Martí Alpera. La seva contribució a l’escola pública”

En el año 1979, estando ejerciendo de Maestro de Enseñanza Primaria en el colegio público “Pere Vila” de Barcelona, y, al no tener el apoyo de la dirección del centro, se me dirigió un grupo de personas ya maduras diciéndome que eran exalumnos de esta escuela y querían que les ayudara para que se le rindiera el debido homenaje al que había sido primer director del centro: Don Félix Martí Alpera.

sábado 17 de abril de 2021, 10:29h
Pedro Cuesta Escudero, autor de “Félix Martí Alpera. La seva contribució a l’escola pública”
Mi talante y mi dedicación a la enseñanza eran conocidos por mis colaboraciones en Cuadernos de Pedagogía y porque formaba parte del grupo de investigación pedagógica Seminari d’história del ensenyament. Me emocionó que, después de cuarenta años, tuvieran un entusiasmado recuerdo de sus maestros de enseñanza primaria. “Todos nosotros- me expresaron- los exalumnos del Grupo escolar “Pere Vila” (del 1931 al 1939) hemos vivido dos épocas en esta escuela: La primera esplendorosa. La segunda de pena y ultraje. D. Félix Martí Alpera y el grupo de maestros con los que se rodeó, todos juntos, consiguieron que nuestra escuela fuera motivo de las visitas de personalidades extranjeras en materias pedagógicas, que se llevaban ideas para poderlas realizar en sus países. Al cabo de cuarenta años podemos decir, con orgullo, que nuestro director D. Félix Martí Alpera y todos los maestros que estuvieron con él fueron los forjadores de nuestra personalidad y de nuestra manera de ser”.
Pedro Cuesta Escudero, autor de “Félix Martí Alpera. La seva contribució a l’escola pública”
Pedro Cuesta Escudero, autor de “Félix Martí Alpera. La seva contribució a l’escola pública”

Félix Martí Alpera era valenciano

Félix Martí Alpera nació el 16 de Junio de 1875 en Pueblo Nuevo del Mar, hoy barrio marítimo de Valencia llamado “El Cabañal”. Pertenecía a una familia de armadores de barcos de pesca y de navegación de cabotaje. Sus dos hermanos siguieron la tradición familiar, pero Félix no pudo, porque subirse a un barco y marearse era cuestión de segundos. Y era un verdadero enamorado del mar. En la escuela primaria fue un alumno muy completo, inteligente, trabajador, puntual, buen compañero. Su maestro, D. Vicente Ballester Fandos vio en él un genio e intuyó que daría mucho que hablar. El joven Félix le ayudaba en aquella escuela de más de un centenar de alumnos, y D. Vicente, el maestro, poco a poco le fue inculcando la afición por la enseñanza y convenció a sus padres para que estudiara la carrera del Magisterio en la Escuela Normal de Valencia.

A los 16 años obtiene el título de Maestro de Primera Enseñanza Superior. Cuando a esa edad muchos fuman sus primeros cigarrillos, sienten los primeros amores y cometen las primeras necedades, Martí Alpera fue por oposición a la escuela de la Beneficencia de Albacete. Realmente es sugestivo ver a un muchacho de 17 años dirigiendo y educando a un centenar de niños desvalidos. Cuando fue a tomar posesión de esa escuela todo el mundo le compadecía, pues tan joven era imposible que pudiera con los difíciles alumnos de ese centro. Pero no tardó en hacerse con aquellos niños revoltosos y pendencieros. Su primera preocupación fue que el aula se mantuviera siempre limpia y acogedora. En los recreos jugaba con sus alumnos y solía hacer excursiones y visitas a lugares de interés con bastante frecuencia. Es decir, Martí Alpera había conseguido el milagro de atraerse a aquellos niños por el cariño, e inculcándoles la idea que la educación que recibían era por su bien y redundaría en su propio beneficio. El cambio operado por los escolares fue largamente comentado por todo el personal de la Casa, que trascendiendo al exterior se divulgó por todo Albacete.

La Ley Moyano

Según la ley vigente, la Ley Moyano, la enseñanza primaria se dividía en elemental y superior. La elemental era obligatoria a todos los españoles de 6 a 9 años y abarcaba Doctrina cristiana y nociones de Historia Sagrada, lectura, escritura, principios de Gramática castellana con ejercicios de Ortografía, principios de Aritmética, con el sistema legal de medidas, pesas y monedas. La superior, que ya no era obligatoria, suponía una ampliación de lo anterior, añadiéndose rudimentos de Agrimensura, Geometría, Historia, Geografía, Física, Historia natural…Esta “ley Moyano” clasifica a los maestros de primera enseñanza en tres categorías: elemental, superior y normal, según que regenten escuelas elementales, superiores o Normales. Las escuelas primarias se clasificaban en incompletas, elementales y superiores. Eran incompletas cuando no se daban todas las materias de las elementales y para poder ejercer en ellas sólo se necesitaba un certificado de aptitud y moralidad expedido por la respectiva Junta local y visado por el Gobernador de la provincia.

Prescribía la ley que en los pueblos que llegasen a 2.000 habitantes se debían establecer dos escuelas elementales completas de niños y otras dos de niñas, aumentándose una escuela de cada sexo por cada 2.000 almas más, aunque para el cómputo se tenían en cuanta las escuelas privadas. Las escuelas superiores se prevén sólo para las capitales de provincia y poblaciones de más de 10.000 habitantes, y se obliga a tener una sola en cada población. En estas ciudades también procuraría el Gobierno el establecimiento de escuelas de párvulos y clases de adultos por la noche o los domingos.

Para el sueldo de los maestros se toma como criterio el número de habitantes que tiene la localidad donde está ubicada la escuela, según la siguiente escala:

2.500 reales anuales en los pueblos de 500 a 1000 habitantes.

3.300 reales anuales en los pueblos de 1.000 a 3.000 habitantes

4.400 reales anuales en los pueblos de 3.000 a 10.000 habitantes

5.500 reales anuales en los pueblos de 10.000 a 20.000 habitantes

6.600 reales anuales en los pueblos de 20.000 a 40.000 habitantes

8.000 reales anuales en los pueblos de 40.000 habitantes en adelante

9.000 reales anuales en Madrid

En cada distrito municipal se establece una Junta de Primera Enseñanza, compuesta por el alcalde, como presidente, un regidor, un eclesiástico y tres o cuatro padres de familia nombrados por el Gobernador civil de la provincia. La escuela era la que daba la categoría al maestro. Cuando por años de servicio el maestro pasaba de la categoría de elemental a superior tenía que trasladarse forzosamente a una escuela de su nueva categoría, con el quebranto económico que esto le debía suponer.

Martí Alpera en Lorca y en Cartagena

Estando ejerciendo D. Félix en la capital manchega fue cuando el entonces ministro de Fomento (aún no se había creado el Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes), señor Greizard, dictó una disposición muy atrevida que, de momento, soliviantó a los maestros viejos que se creyeron postergados, pero que tuvo la virtud de que se llenaran las Normales de maestros en ejercicio. Por aquella disposición se daba preferencia al título sobre los años de servicio, obligando a volver a estudiar a centenares de maestros que seguramente tenían arrinconados los libros. Un maestro Normal pasaba delante, aunque tuviera un año de servicios, a otros que llevasen quince o veinte años al frente de una escuela.

Como el curso Normal se estudiaba en Madrid, allá que va Martí Alpera ávido de ampliar sus conocimientos. Su vida madrileña fue pródiga: asistió a las sesiones de Cortes, a las conferencias del Ateneo y a las del Museo Pedagógico; participó en las excursiones organizadas por Cossío y por Sardá, dos insignes institucionistas. Obtuvo sobresaliente en todas las asignaturas y premio en el título. Seguidamente hizo oposiciones en las que para cubrir tres plazas se presentaron más de cien, obteniendo una de ellas. O sea, a los 22 años tenía la categoría máxima y ganó la plaza de Lorca. Aquí estuvo un año y cuatro meses y su labor profesional se redujo a un trabajo intensivo en la clase, como preparación de la gran labor que llegó a realizar en Cartagena, a donde se tuvo que trasladar por reducción de categoría de aquella Lorca que en los años negros para el Magisterio fue el espanto de los maestros y el baldón de la cultura española. En la escuela superior de Cartagena tomó posesión el 1 de Septiembre de 1898.

Escuelas graduadas

En Cartagena fue donde la fama de Martí Alpera adquirió tal relieve y extensión, por su competencia, laboriosidad y entrega a la escuela. Fue a la Exposición Universal de Paris en 1900 y en tal visita Martí Alpera se percató que las escuelas españolas no podían dar el rendimiento necesario porque todas eran unitarias, es decir, se reunían en una misma aula y, bajo un mismo maestro, niños de todas las edades y todos los grados de la enseñanza primaria. Y empezó una ardorosa campaña pidiendo en conferencias, artículos y congresos la implantación de las escuelas graduadas que en los países más adelantados de Europa y América venían funcionando con indiscutible éxito. Hasta que el Ayuntamiento de Cartagena se interesa de esta problemática y encarga a Martí Alpera la misión de visitar los mejores centros de enseñanza primaria europeos, sin ponerle cortapisas ni en la duración del viaje ni al itinerario. Mientras Martí Alpera viaja por Europa, el Ayuntamiento de Cartagena edificó, según sus sugerencias, una escuela graduada, la primera que hubo en España, siendo D. Félix el primer director en ostentar ese cargo.

Pronto empezaron a llegar las visitas de maestros e inspectores ávidos de conocer la marcha de aquella escuela graduada, ubicada en edificio moderno, limpio, soleado y luminoso. Como los resultados obtenidos fueron sorprendentes, pronto empezó la creación de escuelas graduadas y grupos escolares por todas las provincias y la enseñanza en España empezó a dar un paso de gigante. Aún volvió Martí Alpera a visitar escuelas europeas, pero esta vez con subvención oficial, a través de la Junta de Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas. Fruto de este viaje visitando las escuelas de Francia, Bélgica, Alemania, Suiza e Italia fue la publicación del libro Por las escuelas de Europa, que el ministro de Instrucción pública y Bellas Artes, el Conde de Romanones, prologa.

La Casa del Niño

A Martí Alpera no le parecía completa la misión de la escuela permaneciendo los alumnos continuamente encerrados en el edificio, aunque fuera hermoso y capaz. Quería algo mejor y proyectó en su mente una institución más moderna, donde por la benignidad del clima se pudiera dar la enseñanza al aire libre casi todo el año. Fue entonces cuando ideó “La Casa del Niño” que expuso a los ediles municipales de Cartagena, que lo acogieron con entusiasmo. ¿De dónde sacar el dinero que costaría esa onerosa obra? Y Martí Alpera propuso una rifa diaria, cuyos ingresos, después de deducir los gastos, se recogerían en un fondo. Así nació la rifa de La Casa del Niño que se hizo muy popular. Y se construyeron unos edificios encristalados y grandiosos, que embellecieron y honraron la ciudad, en donde los alumnos pasaban la mayor parte del día. Estas nuevas escuelas fueron provistas de comedores, servicios sanitarios, salas de ducha, laboratorios, salón teatro, etc.; incluso tenían un palomar en la parte alta de un pabellón hecho con azulejos.

El “Baixeras” y el “Pere Vila”

En Cartagena D. Félix Martí Alpera estuvo 22 años, allí se casó y allí tuvo sus dos hijos, Félix y Josefina. Allí era una personalidad, pero deseando que sus hijos pudieran hacer estudios superiores, se trasladó a la Escuela Regente Aneja a la Normal de Valencia. Su decepción fue enorme, pues el edificio y las condiciones de esa escuela eran horribles en comparación con la que había dejado en Cartagena. A los cuatro meses de estar ejerciendo en ella quedó vacante el cargo de Regente de la Escuela Normal de Maestros de Barcelona, la pidió y se la adjudicaron mediante concurso especial, tomando posesión el 1 de Septiembre de 1920. Tenía 45 años. Se encontraba en la plenitud de sus facultades y con un gran prestigio profesional. El Decanato de las Maestros Nacionales de Barcelona no tarda en acogerlo dentro de sus miembros.

El 25 de Marzo de 1921 este Decanato envía a la Comisión municipal de Cultura y Dirección general de la Asesoría Técnica del Ayuntamiento de Barcelona un documento en el que se solicita que sean los maestros oficiales de Barcelona los que pongan en funcionamiento y organicen los recién terminados grupos escolares “Baixeras” y “La Farigola”. A pesar de la controversia que se suscita entre todos los sectores de Barcelona sobre qué maestros han de cubrir las plazas en estos dos grupos, y de que entidades como la Associació Protectora de l’Ensenyança Catalana que exigen que sean dirigidos por maestros municipales surgidos de instituciones netamente catalanas y no por funcionarios del Estado, el Ayuntamiento, sabedor de los méritos de Martí Alpera, decide que han de ser maestros y maestras de los que regentan escuelas nacionales en Barcelona y que voluntariamente accedan a prestar sus servicios a estos centros y que el grupo “Baixeras” sería la práctica graduada de niños aneja a la Escuela Normal de Maestros. De esta manera D. Félix Martí Alpera es nombrado Director del “Baixeras” por el R. D, de 12 de Febrero de 1922.

El edificio es reluciente, nuevo, pero además el profesorado hace de él una escuela amable, bonita, en la cual el niño se encuentra bien, y en la cual el maestro trabaja a gusto, sin ningún regateo de esfuerzo. Pero todo ello no bastaba. Faltaba una compenetración entre padres y maestros. Y en Septiembre de 1924, bajo inspiración de D. Félix, se constituyó con el nombre de “Los Amigos del Grupo Escolar Baixeras”, una asociación de padres de familia con la misión de desarrollar en torno a la Escuela una acción protectora de colaboración y de inteligencia cordial. Es la primera asociación que se constituye en España de este tipo. Sirvió para la preparación de visitas instructivas, viajes, excursiones y caravanas escolares de vacaciones, la organización de colonias escolares, bibliotecas, cine, deporte, proyectos didácticos, etc. Todas estas acciones de la asociación siempre tuvieron carácter de ayuda y colaboración y se efectuaron sin perturbar la marcha normal de las tareas escolares. Con escasas variaciones este mismo Reglamento fue adoptado en el Pere Vila el 25 de Enero de 1934. “Els Amics del Grup escolar Pere Vila” y también procuró para su escuela importantes mejoras de carácter material y enriquecimiento de medios didácticos. Además de organizar innumerables viajes y excursiones, fiestas y conferencias, se preocupó por mejorar las condiciones higiénicas del centro, duchas, fuentes, amueblar la sala de fiestas, se adquirió un piano, el material científico requerido por el director y profesores (galvanómetros, termómetros, barómetros, telégrafo morse, botella de Leyden, esferas, mapas, armarios, pizarras, proyector cinematógrafo, el material para que se pudiera realizar el método de proyectos en varias clases, etc.) También estas dos asociaciones, por indicación de Martí Alpera, publicaron, una la revista “Baixeras” y la otra el “Butlletí dels Amics del Grup escolar Pere Vila”.

El 29 de Marzo de 1931 tuvo lugar la inauguración en Barcelona de 11 grandiosos grupos escolares, regidos por el Patronato escolar del Ayuntamiento, y entre ellos el “Pere Vila”, como escuela aneja para las prácticas de los estudiantes del Magisterio de la Normal de Barcelona.

Martí Alpera no fue un teórico de la educación, sino un maestro que, coordinando a los colabores de talla con que se rodeó, supo dar vida y poner en práctica los postulados básicos de la pedagogía. Martí Alpera sembró en sus alumnos el amor a Dios, el amor al trabajo y el respeto a la ley, como base de todo progreso Y junto con este sólido cimiento de la vida cívica y social inculcó en todos sus corazones la tolerancia. En el “Baixeras” y en el “Pere Vila” la Pedagogía era una ciencia viva que se renovaba diariamente, atendiendo siempre a los avisos de la experiencia y contando con que en educación no hay nada definitivo. Está claro, que donde más posibilidades tuvo Martí Alpera para desenvolver todo su pensamiento pedagógico fue en el “Pere Vila”. El grupo escolar “Pere Vila” fue su obra maestra, la culminación de su dilatada vida como educador. El “Pere Vila” fue el orgullo de Barcelona, de Catalunya y de toda España. Profesionales de la educación de España y del extranjero continuamente acudían al “Pere Vila” a aprender y a comprobar si era cierto lo mucho que se hablaba de él. Sin embargo del “Pere Vila” fue arrojado Martí Alpera acusado de “deprimir la escuela nacional y española”.

La Comisión Depuradora

Terminada la Guerra Civil española D. Félix Martí Alpera fue expulsado del Magisterio por los siguientes cargos que le inculpó la Comisión Depuradora:

Cargo Primero.- Por sus tendencias de izquierda manifestó simpatías hacia los socialistas, habiéndose manifestado rojo con sus compañeros de la Institución Libre de Enseñanza.

Cargo segundo.- Ha realizado propaganda en contra del Glorioso Movimiento Nacional con acres censuras para el Ejército Español.

Cargo tercero.- No le desagradaba el separatismo, por cuya causa y a sus ofertas, el “Patronato escolar” le distinguió al reconocer su valía e influencias para deprimir la escuela nacional y española.

Cargo cuarto.- Blasonar, ya que no de ateo y masón declarado, de su agrado por “Rotatorios” y “Amigos Cuáqueros” ensalzando su filantropía y espíritu protestantes superior al de los católicos.

Cargo quinto.- Irreligioso de varios años acá, ya que en 1922 aconsejaba abandonar el rezo del Santo Rosario en las escuelas y se mostraba partidario entusiasta de la coeducación, tan solo criticada por el Clero y sus secuaces, afeando la conducta de Maestras portadoras de Crucifijos.

Cargo sexto.- Hacer que los niños saludasen con el puño en alto al conmemorarse alguna fiesta rojo-separatista.

Cargo séptimo.- Su conferencia en algún 1 de Mayo, en la que denostó crudamente a los defensores de España tratándolos de invasores.

Cargo octavo y último.- Haber sido ensalzado durante el periodo antiespañol poniendo su efigie en sellos del Colegio de Huérfanos de Correos.

El 11 de Febrero de 1946, a las tres de la tarde, moría mansamente rodeado de los suyos el mejor maestro que ha habido en España.

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