Isaac Peral había pedido y obtenido la licencia absoluta de la Armada tan solo unos pocos días antes de la salida a la calle de este primer número, por lo que no era de extrañar que la portada estuviera dedicada al ya ex Teniente de Navío Peral, así como un amplio comentario dedicado a su figura, en páginas interiores.
Al haber sido una revista de efímera vida, y en consecuencia muy poco conocida, hoy la traigo aquí al apartado de “Culturilla naval” para que al menos tengan los lectores conocimiento de su existencia.