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"SUSANA DEBE DAR UN PASO ATRÁS", por Luis García Collado ex-alcalde socialista de Huercal-Overa

'SUSANA DEBE DAR UN PASO ATRÁS', por Luis García Collado ex-alcalde socialista de Huercal-Overa
'SUSANA DEBE DAR UN PASO ATRÁS', por Luis García Collado ex-alcalde socialista de Huercal-Overa

Dicen que no es el momento, que no toca hablar de relevo en el PSOE de Andalucía porque, además, Susana Díaz ganó las elecciones autonómicas de 2018 y le sacó más de siete puntos al PP de Juanma Moreno. Y es verdad, nadie puede negar la victoria socialista, pero eso ahora no se está tratando. Lo que ponemos sobre la mesa muchos militantes y simpatizantes es que es hora de que en Andalucía vuelva a soplar el viento favorable que nos lleve a San Telmo, pero sobre todo, lo que queremos es que el PSOE vuelva a ser el partido que fue y que vuelvan a votarnos muchos militantes y simpatizantes socialistas que, por motivos varios, le dieron la espalda a Susana Díaz.

No se trata de ir contra ningún compañero, no se trata de motivos personales sino de enderezar el rumbo de un PSOE que, de la mano de Susana Díaz, ha ido desangrándose en cada elección hasta llegar a los peores resultados del PSOE andaluz a lo largo de su historia. La cuenta, por desgracia para los socialistas, es sencilla. Susana Díaz recogió el PSOE de Griñán que venía de perder las elecciones, de perder nueve escaños y unos seiscientos mil votos. En 2015 Susana gana las elecciones, manteniendo los cuarenta y siete escaños, pero perdiendo más de cien mil votos. En 2019, se deja catorce escaños y cuatrocientos mil votos o, lo que es lo mismo, Susana pierde ocho mil votos al año, doscientos setenta y siete votos al día durante cuatro años. Con estos resultados, que coinciden con los peores resultados del PP (que ha perdido desde que Arenas ganó las elecciones en el 2012, más de ochocientos mil votos), ¿de verdad podemos esperar que Susana Díaz sea capaz de remontar una caída libre sin precedentes dentro del socialismo andaluz?

Y no podemos quedarnos ahí, sino que debemos avanzar un poco para comprobar los sucesivos errores de estrategia que han llevado a Susana Díaz a perder todo aquello que deseaba alcanzar.

En 2014, cuando apenas llevaba un año como Presidenta de la Junta, tras la dimisión de José Antonio Griñán, como le pareció demasiado rápido dejar Andalucía para dedicarse (legítimamente, por otra parte) a sus aspiraciones nacionales, apoya con los militantes andaluces, a un desconocido Pedro Sánchez, frente al favorito Eduardo Madina. Sánchez arrolla, con la maquinaria andaluza, y le saca a Madina en suelo andaluz, casi treinta y ocho puntos. Sánchez era a priori, un secretario general transitorio, al que iba a deponer cuando ella se viese con fuerza para optar a la Secretaría General del PSOE.

El asalto se produce aquel nefasto uno de octubre de 2016 que termina con una gestora y con la dimisión de Pedro Sánchez como diputado. El PSOE, dividido en dos, roto por las costuras, encara unas primarias donde Susana Díaz gana de calle en avales, pero pierde estrepitosamente por más de quince mil votos frente a Pedro Sánchez.

Aparte de los errores que produjeron estas sonadas derrotas y aquel vergonzoso grito de Verónica Pérez creyéndose la única autoridad en el PSOE, después de la dimisión de los diecisiete miembros, que aprovecharon la baja por defunción de Zerolo y las dimisiones de Goméz-Besteiro y Javier Abreu, lo cierto es que Susana pierde las primarias, y de paso termina perdiendo la Junta de Andalucía.

El tiempo de la compañera Susana ha terminado. Ha tenido su momento, la hemos apoyado para que ganara las elecciones, pero ya no podemos apoyar por más tiempo a quien ha llevado al PSOE a los peores resultados y a quien ha perdido todo aquello que ha emprendido.

Se necesitan nuevos aires, debe dar un paso atrás, como Iceta, y dejar paso a aquellos que puedan sumar mayorías, devolver la ilusión y engrasar la maquinaria socialista para ganarle la batalla a la derecha de los recortes, la derecha que apuesta por la educación concertada, la derecha de la pérdida de libertades y del pin parental, la derecha del NODO y el blanco y negro.

Por mucho que las encuestas pronostiquen un ligero repunte del PSOE, todas ellas muestran a las claras que pese a la ligera subida, propia del desgaste que sufre el partido que gobierna, aún así, tampoco el PSOE alcanzaría los votos necesarios para volver a San Telmo.

Es hora de la ilusión, de la esperanza, es hora de un cambio en Andalucía que regenere la fuerza socialista. Con Susana seguiremos donde estamos, seguiremos anclados en políticas que terminan por desencantar al ciudadano y volveremos a dar alas a la derecha más rancia, la derecha a la que le limpian los zapatos en un hotel de postín.

Por eso, como militante del PSOE, como cargo que fui y por los muchos años que llevo trabajando por y para el PSOE a todos los niveles, incluidas las campañas de Susana. Pido a la compañera Susana Díaz que sepa estar a la altura, que entienda la difícil situación del PSOE Andaluz y que anteponga el bien del partido a las legítimas aspiraciones personales. Un nuevo horizonte se abre ante nosotros y no podemos volver a regalarle otros cuatro años a la derecha andaluza.

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