Ha ocurrido en la provincia de Hela, en el interior del país, y se cree que puede haber sido una de las luchas entre tribus rivales más sangrientas que se han dado en este pequeño estado situado al norte de Australia, en el océano Pacífico.
Su primer ministro, James Marape, dijo tras conocer las noticias que era "uno de los días más tristes de mi vida", y prometió perseguir a los perpetradores del crimen.
"Es una historia muy triste", declaró Philip Undialu, gobernador de Hela a la agencia de noticias Reuters, explicando que los asesinatos fueron el resultado de un conflicto que ha existido durante años.
"Fue una represalia por un ataque anterior. Ambos ataques se realizaron en una comunidad donde la gente era inocente y no esperaba algo así. Todos estamos en shock", confesó el administrador.