El séptimo mes lunar, también llamado mes del fantasma, y generalmente coincidiendo en agosto, suele conocerse entre los taiwaneses como un periodo de tabú y mala fortuna. Muchos locales no se atreven a hacer ciertas cosas como darse un chapuzón en el mar, comprarse una casa, mudarse de casa, y cambiar de trabajo, entre otras cosas.
En el decimoquinto día el reino de los cielos, el infierno y el reino de los vivos se abren, y tanto taoistas como budistas realizan rituales para transmutar y absolver los sufrimientos de los fallecidos. Las actividades durante el mes de los fantasmas incluyen, preparar comida de ofrecimiento ritual, quemar incienso y papel de incienso. Además se sirven comidas elaboradas (generalmente vegetarianas) en la mesa con una silla vacía por cada familiar fallecido tratándolos como si estuvieran vivos.