Sus más cercanos aseguran, que Pedro Sánchez lo tiene Claro, que debe cortar las espinosas rosas que han poblado el jardín socialista impidiendo el resurgir de nuevas rosas.
El socialismo de la transición, ese antes distanciado que se dividía en felipistas y guerristas en partes iguales y que ahora se ha unido para machacar al naciente sanchismo, tiene los días contados. Las familias de los ex dirigentes socialistas dejarán de " tocar pelo" en política. Sánchez así lo ha decidido, sabe que su subsistencia y la de su proyecto político pasa por eliminar al enemigo que lleva montada la escopeta dentro de su propía casa.
El 28 de abril es la fecha elegida por Pedro Sánchez y su equipo. Los barones aplauden, creen haber obligado a Sánchez a decidir la fecha pero se equivocan, Sánchez ha vuelto a llevarse la partida, la elección del 28 no es una fecha surgida por imposición. Una victoria el día 28 le autoriza al secretario general de los socialistas para decidir también sobre los integrantes de las listas del 26 de mayo y por consiguiente le dará pie a controlar las agrupaciones regionales, que ahora controlan los barones.
La "purga" ya ha empezado, primero fue Soraya Rodríguez y más tarde José María Barreda.
Sánchez ya no se esconde y se enfrenta a pecho descubierto con la baronía y con los diputados que discreparon abiertamente con la idea del "relator" siguiendo las directrices marcadas por Felipe González y por Alfonso Guerra.
Sánchez que ha vivido con la hostilidad de la oposición apoyada por la agresión permanente de los se supone suyos, es consciente que ha llegado el momento de cortar con el pasado, quitar lastre y cortar las rosas, antaño esplendorosas, que con sus espinas tanto han desangrado el socialismo.
Gabriel Sánchez Ogáyar
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