El Auditorio Municipal Maestro Padilla fue testigo, el pasado sábado, de una jornada vibrante que atrajo a un público entusiasta, agotando todas las entradas por segundo día consecutivo. Si el viernes la ovación fue para ‘Chanqueños pa’ Belén en familia’, el sábado la atención se centró en ‘Coco, El Musical’, un espectáculo que rinde homenaje a la aclamada película de Pixar y su rica paleta de personajes.
La producción no solo destaca por su escenografía llena de vivos colores, sino también por su capacidad de evocar emociones profundas, inspiradas en la tradición del Día de los Muertos en México. La música y el folclore latinoamericano, con melodías como ‘La Bikina’ y ‘La Llorona’, se entrelazan con temas de duelo y pérdida, ofreciendo al final un mensaje de consuelo a través del recuerdo y la gratitud hacia quienes nos precedieron.
Un espectáculo para toda la familia
Bajo la dirección del reconocido Pedro Pomares, conocido por sus papeles en otros grandes musicales como ‘La Bella y la Bestia’ y ‘Los Miserables’, ‘Coco, El Musical’ cautivó tanto a niños como a adultos. Muchos pequeños asistentes llegaron caracterizados como sus personajes favoritos, mientras que padres y abuelos disfrutaban igualmente del despliegue musical.
Este evento forma parte de la programación especial de Navidad y Reyes organizada por el Área de Cultura, Tradiciones y Fiestas Mayores del Ayuntamiento de Almería, en colaboración con DGB Producciones. Esta iniciativa ofrece una amplia gama de opciones culturales durante las festividades, respaldada por el patrocinio de Cajamar y la colaboración de Casi y Grupo Caparrós.
Éxito rotundo desde su estreno
No es sorprendente que este musical haya atraído ya a más de 700.000 espectadores desde su debut en 2018. Con una calidad indiscutible y guiños locales en su guion —como referencias al equipo local Almería o a sus playas—, ‘Coco’ ha dejado una huella imborrable en los principales escenarios españoles.
Así, el Auditorio Municipal Maestro Padilla se convirtió nuevamente en un espacio donde las emociones fluyeron libremente, celebrando la vida, la música y los recuerdos compartidos.