Jesús Pradales, quien enfrenta acusaciones por la muerte de Juana Canal, ha declarado que la tragedia fue un accidente.
En su testimonio, narró los eventos de la noche del 23 de febrero de 2003, en la que ambos tuvieron una discusión en su hogar compartido. Jesús indicó que el problema se inició cuando Juana, después de haber consumido alcohol, adoptó una actitud violenta y comenzó a agredirlo, además de ocultarle las llaves, el teléfono móvil y 600 euros. "Cuando la vi venir, lo que quise fue defenderme. La aparté con un golpe, fue un empujón", comentó ante el jurado.
El acusado manifestó que, al encontrar a Juana sin vida después del empujón, sintió un gran pánico. "Acababa de estar la policía, iban a pensar que fui yo", comentó, explicando así su decisión de no llamar a emergencias y argumentando también que en ese instante no contaba con un teléfono móvil.