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Tres policías salvan la vida a un joven de 21 años que iba a arrojarse desde la decimotercera planta de un edificio

Tres policías salvan la vida a un joven de 21 años que iba a arrojarse desde la decimotercera planta de un edificio

La rápida intervención policial evitó que el joven se suicidara.

Una llamada al 091 informaba que un joven estaba en la cornisa de un edificio situado en la calle Ebro de Málaga y que tenía intención de arrojarse al vacío.

En pocos minutos, tres policías llegaron al lugar de los hechos. En la calle se agolpaba la gente mirando al joven, que estaba en la azotea del bloque con medio cuerpo por fuera y dispuesto a lanzarse al vacío.
Rápidamente entraron en el edificio y subieron las escaleras al encontrase el ascensor averiado. Llegaron corriendo hata la planta trece donde estaba el joven. "Mientras subíamos solo pensábamos en que no se tirara", declaró uno de los agentes.
Encontraron al varón con la cabeza agachada en una esquina de la azotea y repitiendo una frase que se ha quedado marcada en los agentes: "Voy a tirarme, no tengo nada que perder." " Estaba nervioso y no quería que nos acercáramos"
"Empezamos a hablar con el joven, pidiéndole que se tranquilizara y empatizando con él. Le preguntábamos qué le había llevado a esa situación e insistíamos una y otra vez en que podría salir adelante" aclara,otro de los policías.
"Conseguimos acercarnos bastante al joven quien, con la mirada perdida, comenzó a respirar agitadamente". "Fue entonces cuando, en un momento que se despistó y miró al suelo, nos lanzamos sobre él y le sujetamos".
Alejandro que así se llama el chico dice rompió a llorar. " Le consolamos". dice uno de los agentes que espera que se le proporcione toda la ayuda que necesite y se recupere.

«Al final nos dio su teléfono. Así que estos días le llamaré para ver qué tal se encuentra. Tendremos que tomarnos algo juntos y celebrar que tiene una segunda oportunidad en la vida», apunta Christian.

Al acabar su turno, los agentes volvieron a casa. Esta vez con una sensación distinta en el cuerpo, ya que insisten en que «los servicios humanitarios son los mejores» de su trabajo. «Salvarle la vida a una persona es lo más gratificante que hay», aseguran.

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