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¿Cuándo le vino a Colom la idea de cruzar el Atlántico?, por Pedro Cuesta Escudero autor de Colom y sus enigmas y de Mallorca patria de Colom

¿Cuándo le vino a Colom la idea de cruzar el Atlántico?, por Pedro Cuesta Escudero autor de Colom y sus enigmas y de Mallorca patria de Colom

viernes 05 de enero de 2024, 10:00h
¿Cuándo le vino a Colom la idea de cruzar el Atlántico?, por Pedro Cuesta Escudero autor de Colom y sus enigmas y de Mallorca patria de Colom

Muchos de los enigmas que han envuelto la figura de Cristóbal Colom se están desenmascarando, pero la fuerza de la costumbre de muchos años hace que todavía haya suspicaces que, por no dar su brazo a torcer, continúan aceptando tales enigmas. Se hace muy difícil de explicar que un tabernero genovés, hijo de un tejedor de lana, supiera escribir con una caligrafía impecable la lengua castellana, como vemos en las cartas y escritos de Colom. Según Gabriel Roura, archivero de la catedral de Girona y especialista en escritura medieval, al hacer un análisis grafológico de las cartas de Cristóbal Colom dice: “…, quien escribió estas cartas es un hombre con una alta educación que utiliza la letra gótica cursiva catalana con gran precisión”.

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Viviendo en Portugal y antes de establecerse en Castilla Colom ya dominaba la lengua castellana (o sea que no la aprendió al afincarse en el reino de Isabel la Católica)), como se aprecia en los escritos hechos al margen de los libros que consultaba en Lisboa. Por ejemplo, en el margen del libro Imago mundi leemos: “La Tierra es redonda y esférica”, “El agua y la tierra forman juntos un cuerpo redondo”, “La distancia entre España y la India por tierra es muy larga”, “La distancia entre España y la India por mar es muy corta”, “El eclipse de luna se debe a la sombra que proyecta la Tierra”. También, de 1481, viviendo aún en Portugal, hay una larga apostilla en castellano de Colom en los márgenes de la obra escrita en latín Rerum ubique gestaron de Eneas Silvio (el futuro papa Pio II) Cuando se apuntan reflexiones íntimas se hace en la lengua habitual, como son las anotaciones en el margen de los libros, tan usual en Colom, y lo hace en castellano o en latín.

Lo lógico es que la lengua de Colom fuera el italiano, si como dicen nació y vivió hasta los veinte años en Génova. Hemos de tener en cuenta que la lengua literaria que se extendió por Italia fue la que perfeccionaron los poetas toscanos, especialmente Dante, Petrarca y Bocaccio que en siglo XIV la convirtieron en la lengua literaria italiana. Y los primeros documentos escritos en esa lengua datan de los siglos VII y VIII, muy anteriores a las primeras apariciones escritas del gallego, catalán, francés o castellano. Pero una de las pruebas más contundentes de que Colom no conocía la lengua italiana es la carta que dirigió el 22 de diciembre de 1504 a micer Juan Luis de Génova; en vez de escribirle en italiano, como sería natural, ya que Juan Luis no conocía el castellano, Colom redactó la carta en castellano y se la envió al embajador Nicolás Odérigo, quien por su larga estancia en la corte de los Reyes Católicos hablaba y escribía la lengua castellana; y le suplica que sirva de intérprete de la correspondencia que le adjunta de Juan Luis. Pasa lo mismo cuando Colom escribe al banco de San Giorgio, que lo hace en castellano, a pesar que los del banco no sabían ni leer ni escribir dicha lengua.

Muchos opinan que el mutismo de Colom referente a sus orígenes era debido a que tenía algo grave que esconder, su origen judío. Pero ningún escritor durante los tres siglos posteriores a la muerte del Almirante ha insinuado siquiera que fuera judío converso. Aunque algunos analistas, como Simón de Wiesenthal, Eduardo Ibarra y otros suponen que los antepasados de Colom emigraron de Cataluña a Génova con otros muchos judíos, cuando los progroms de 1391 en el Call de Barcelona. Consuelo Varela en su obra Cristóbal Colón. Textos y documentos completos también defiende que los ascendientes de Colom eran judíos catalanes huidos en las persecuciones, justificando así su habla castellana. De la misma opinión es Madariaga y en su libro Vida del magnífico señor don Cristóbal Colón afirma que el Almirante procedía de una familia judía de catalanes sefardíes, que se establecieron en Génova a raíz de la persecución desatada a partir de 1391. No es lógico que los judíos catalanes que huyeron del Call de Barcelona cuando los progroms de 1391 hablaran castellano. Hablarían catalán. Lo que pasa es que muchos creen que habrían de hablar castellano, como lo hacen ahora los sefardíes, los descendientes de los que fueron expulsados por la real orden de los Reyes Católicos el 20 de marzo de 1492. La conservación del habla castellana se explica porque de los judíos expulsados de España solo se integraban en las sociedades de acogida los varones, pues las mujeres, al quedar recluidas en casa, continuaban con sus costumbres y su forma de hablar. Y estas madres eran las encargadas de educar a sus retoños, luego la lengua materna de los sefardíes es el castellano del siglo XV.

Por otra parte, el origen humilde que la historia oficial atribuye a los progenitores de Colom hace difícil entender que, en una época en el que el analfabetismo entre las clases humildes era la regla, Cristóbal tuviera unos conocimientos científicos, humanísticos y de idiomas que aún en nuestros días serían excepcionales. Su desenvoltura era tal que no desentonaba en las cortes de Portugal y Castilla en sus entrevistas con los reyes y con los personajes de altanería y arrogancia.

Mientras que para la historia oficial el genovés Cristóforo Colombo no se había movido de Génova hasta la edad de 20 años, el marinero, cosmógrafo, corsario y mercader Cristóbal Colom ya navegaba desde la niñez, como él mismo afirma en una carta que envía a los Reyes Católicos en 1501: “De edad muy pequeña entré en la mar navegando y he continuado hasta hoy (…) Todo lo que hoy se navega lo he navegado”. En aquella época los marinos necesitaban toda una vida para formarse; entraban de grumetes y aprendían oralmente las lecciones de los viejos marinos y observando directamente los misterios del mar y del firmamento en el curso de los años. El almirante Nelson, por ejemplo, comenzó como grumete a la edad de 11 años. Para contar con los conocimientos de navegación que tenía Cristóbal Colom era necesario que hubiera navegado muchos años como marino, cosa que el Colombo genovés no había hecho, quien había realizado algunas navegaciones, pero con fines comerciales de compra y venta de productos, y en ese tipo de viajes no se aprende astronomía ni la utilización de la brújula y de las cartas de marear, que era uso exclusivo de los que dirigían las naves (capitanes y pilotos) Cristóbal Colom escribió profusamente sobre temas náuticos, como podemos observar en sus diarios de viajes o en las cartas que envía a los reyes. Colom utilizó un vocabulario naval en castellano, como vergas, mesana, codaste, barlovento, cuadernas, puntal, estribo…, que para un profano son inconcebibles.

Si Colom era genovés, ¿por qué ofreció su proyecto de viaje a Portugal, a Inglaterra, a Francia y a Castilla y no lo brindó a la Republica de Génova, que era la que contaba con las flotas más importantes de la época? Por otra parte no puso el nombre de Génova a ninguna isla, ni siquiera a algún bajío, escollo, arrecife o atolón caribeño. Si Colom hubiera tenido alguna relación con Génova, especialmente de familia, sus hechos hubieran sido conocidos y comentados en dicha ciudad. ¿Por qué Colom no hizo nada por su padre que, según la teoría genovesa murió a la edad de 81 años en la miseria y cargado de deudas? Bien conocida es, sin embargo, la preocupación de Colom por sus hermanos Bartolomé y Diego, hasta el punto de ser acusado de nepotismo. En la felicitación que, a través de los embajadores genoveses Francesco Marchesi y Giovanni Antonio Grimaldi hace la Señoría de Génova a los Reyes Católicos en marzo de 1493 de vuelta del primer viaje de Colom, no existe alusión alguna al Colombo genovés. Uberto Floglietta en su libro Della República di Génova no menciona a Colom en la lista de capitanes de mar genoveses famosos. Está demostrado que la batalla del Cabo de San Vicente (1476) se produjo contra naves genovesas y se ha encontrado, además, la lista de tripulantes del convoy genovés, donde no figura ningún Colom ni Colombo. Quien comandaba las naves atacantes era el corsario almirante del rey de Francia Luis XI, Guillaume Casenove, apodado Coullon y según Hernando Colom (el segundo hijo de Cristóbal Colom) era pariente (tío) de su padre. “Si eran naves genovesas las atacadas por Colón y su pariente, ¿cómo se explica su nacionalidad genovesa?- se pregunta Salvador de Madariaga-. ¿Qué genovés es éste que en vez de servir a Génova combate contra ella?

A poco que se conozca la organización social del siglo XV, con la diferencia de clases que había, se comprenderá que un aventurero genovés, hijo de un tejedor, jamás se hubiera podido casar con la aristócrata Felipa Mónis de Perestrello, emparentada con la Casa Real de Braganza. Además, para que ella pudiera casarse necesitaba la autorización del maestre de la orden militar portuguesa de Santiago, que era el príncipe portugués, el futuro rey Juan II. Cristóbal Colom, antes de integrarse en la Corte de los Reyes Católicos, fue huésped de honor durante dos años en el palacio del Puerto de Santamaría del duque de Medinaceli, uno de los personajes más poderosos de Andalucía. Las circunstancias que señalan el origen noble de Colom, mejor dicho de sangre real, son: alojarse, como hemos dicho, en el palacio del duque de Medinaceli, acceso a las casas reales, tanto en Portugal como en Castilla y la Corona de Aragón, el que se le concediera el título de don y los altos cargos, solo reservados a la alta aristocracia, de almirante, virrey y gobernador general. Todo esto en aquella época era impensable en personas de origen humilde y sin mérito alguno. Los Reyes Católicos concedieron esos altos cargos en abril de 1492, antes de realizar el viaje descubridor, que, como se sabe, había sido rechazado por las juntas de sabios por inviable. Nunca se le había dado tales títulos a ningún navegante, ni a nadie que no fuera de la alta nobleza. A pesar de que Hernán Cortés lo conquistara, no se le dio el título de virrey de Méjico; ni a Juan Sebastián del Cano el mando supremo de la segunda escuadra al Maluco, ni el título d gobernador de dichas islas, a pesar de que había sido reconocido oficialmente la enorme hazaña de haber sido el primero en dar la vuelta al mundo. Y es que no pertenecían a la alta nobleza. Si a Colom se le concede tal dignidad y títulos no podría ser un cualquiera, ni mucho menos un plebeyo genovés. Habría de ser alguien de la familia real, ya que cuando regresó de su primer viaje y se presentó a los Reyes Católicos, estos se levantan para recibirlo y le ofrecen un escabel para sentarse junto a ellos, honor reservado a los más grandes de entre los grandes. O el rey Fernando el Católico hace cabalgar a Colom por las calles de Barcelona a su lado con el príncipe Juan al otro, como cuenta Hernando Colom en la biografía de su padre. Son privilegios reservados a los de sangre real. Si Cristóbal Colom no necesitó naturalizarse para obtener los altos cargos que se le dieron, su hermano menor Diego Colom, hubo de conseguir la carta de naturaleza o nacionalidad castellana para obtener un obispado en el reino de Castilla. La única explicación es que a Cristóbal Colom no se le considera extranjero en Castilla por ser de la misma familia que los Reyes Católicos, de la Casa de Trastamara, por ser hijo de D. Carlos, Príncipe de Viana, el hermanastro mayor de Fernando el Católico y que murió en circunstancias un tanto extrañas, donde se sospechó la implicación de Dª Juana Enríquez, madre del Católico y que provocó la sublevación de los catalanes.

De Joan pasa a ser Xristo-ferens (el que porta a Cristo) o Cristóbal

Se nos acusa de solo argumentar sin ninguna documentación. ¿Qué documentos hay, si no son apócrifos, que demuestren el origen genovés de Colom? La documentación que se aporta sobre Cristóforo Colombo indica su origen genovés, pero no sobre el que descubrió América. Cristóforo Colombo y Cristóbal Colom fueron dos personajes diferentes. Si se busca la partida de bautismo de Cristóbal Colom nunca la encontraremos porque su primer nombre fue el de Joan, como su abuelo materno, pues su madre Margalida Colom decidió ponérselo al ser su primer hijo como madre soltera. Había tenido un escarceo amoroso con el Príncipe de Viana en el castillo de Santueri cuando pasó por la isla de Mallorca camino de Barcelona. La repentina muerte del príncipe Carlos hizo que no llegara a tener conciencia de que había engendrado un hijo en Mallorca, aunque llegó a sospechar que había dejado embarazada a la joven Margalida. Por su condición de ser hijo del Príncipe de Viana Colom recibió una esmerada educación en castellano como correspondía a los miembros de la Casa de Trastamara, por incondicionales adeptos de su padre, como Pedro Adoler, que había sido confesor del Príncipe de Viana, y por Gabriel Altadell, su librero. Joan Colom a la edad de once años marchó con sus tíos maternos para luchar como corsario contra los intereses del rey Joan II de la Corona de Aragón, que en realidad era su abuelo. El historiador estadounidense Charles J. Merrill, gran experto en literatura medieval catalana, en su libro Per qué s´amaga l´origen catalá del descubridor d´América desgrana argumentos para demostrar por qué el Almirante ocultó su origen. Al considerar que el navegante había luchado contra Juan II, padre de Fernando el Católico, Merrill cree que es suficiente motivo para que dejara poquísimas pruebas sobre su actividad como corsario.

Joan Colom peregrinó con su tío Guillaume Casanove a Santiago de Compostela y después de trepar por el escarpado acantilado de Finisterre y contemplar la vasta extensión de agua que en el brumoso horizonte se confunde con el nublado cielo, fue cuando pensó que por allí estarían las Indias. Convencido de que la Tierra es redonda, concibió a idea de cruzar el océano Atlántico para llegar por occidente a las Indias y así restaurar el interesante comercio que Europa había tenido con aquellas legendarias tierras y que los turcos al apoderarse del imperio bizantino habían cercenado. El negocio sería redondo. Obstinadamente enganchado a esa idea fue lo que hizo posible que diera a conocer el más grande de todos los descubrimientos de la Historia.

Los peregrinos se dirigieron al monasterio de Moraina para rendirse al pie de la Virgen de la Barca, ligada a la existencia de un conjunto de piedras famosas que se encuentran en sus cercanías y al culto mágico-religioso que se practica desde que se peregrina a Santiago de Compostela. El santuario de la Virgen de la Barca, donde se siente una fuerte carga mística, aparece a poca distancia del temible Atlántico. Cuenta la leyenda que el apóstol Santiago, decepcionado por el poco caso que hacían los nativos a sus predicaciones, decidió regresar a Palestina. Entonces fue cuando vió que se le acercaba una barca, que parecía que venía del Mas Allá, del Fin el Mundo. A medida que se acercaba comenzó a sentir una extraña alegría y, cuando estuvo más cerca, se dio cuenta de que la nave era de piedra y en ella iba Nuestra Señora en persona, llena de hermosura y majestuosidad. Al varar, la barca se rompió en pedazos mezclándose con las demás rocas. Y la Virgen se dirigió a Santiago para darle ánimos para que siguiera evangelizando a las gentes. Que sus homilías serían escuchadas, que tendría éxito y que después retornase a Jerusalén. Dicho lo cual la Virgen se esfumó. Como prueba de su visita quedaron esparcidos por la playa los restos de la barca de piedra. Son piedras especiales, milagrosas

Esa es la Pedra Abalar, que está llena de leyendas – explica el abad del monasterio, señalando a un megalito de más de diez pasos de largo y un codo de espesor- .Aunque os subáis en ella todos no se balancea. Solo se mueve, y hasta produce un leve gemido cuando se sube a ella alguien que está predestinado a hacer algo soberbio, extraordinario”. Cada uno de los hombres del Almirante sube a la piedra y ni se inmuta. Pero cuando lo hace Joan Colom, ante el asombro de todos, y de él mismo, la piedra empieza a balancearse levemente emitiendo como un leve ronquido. Esta anécdota de la Pedra de Abalar le marcará de por vida. A partir de ahora se siente elegido para una misión importante. Se siente el portador de Cristo Cristo ferens. Y cuando salva la vida milagrosamente en la batalla naval del Cabo de San Vicente (1476) y se instala con su hermano Bartolomé en Lisboa decide cambiar de vida y olvidar su pasado de corsario y se hace llamar Cristo ferens, que en el calendario cristiano es Cristóbal.

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