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'Educación secundaria obligatoria', por Pedro Cuesta Escudero autor de Por una escuela pública de calidad. Bases para una educación íntegra
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"Educación secundaria obligatoria", por Pedro Cuesta Escudero autor de Por una escuela pública de calidad. Bases para una educación íntegra

jueves 23 de noviembre de 2023, 08:10h
'Educación secundaria obligatoria', por Pedro Cuesta Escudero autor de Por una escuela pública de calidad. Bases para una educación íntegra

Con la Educación Secundaria Obligatoria (ESO) se finaliza el proceso netamente educativo y, también, obligatorio y común, lo que le confiere a esta etapa unas características propias, un carácter terminal. Significa haber infundido en los alumnos y alumnas hábitos de autodisciplina, de tolerancia, de respeto, de solidaridad, de saber vivir dentro de una sociedad democrática y plural, de ser capaces de vivir autónomamente, de tener criterios críticos e independientes. Significa haberles dado las herramientas, la suficiente capacidad para que sepan lo que quieren y que puedan aprender por ellos mismos, que puedan avanzar solos, la fuerza suficiente para corregirse a sí mismo y saber imponerse normas e ideas para su propio progreso

Hay que dejar puertas abiertas

Como hay alumnos/as que abandonan los estudios tras la ESO para iniciarse en el aprendizaje de un oficio y entrar en el mundo laboral, es preciso que hayan adquirido una cultura básica para que no se sitúen en el mundo de la marginalidad. Esa cultura ha de ser global, que abarque todas las facetas, aunque sea de forma elemental. Pero lo que importa es que los alumnos/as adquieran la suficiente maduración para su incorporación a la vida activa, que se integren en el mundo de los adultos asumiendo sus deberes y sabiendo ejercer sus derechos. Por lo demás se han de dar facilidades para que el alumnos/a obtenga la titulación básica, para no impedir ninguna opción posterior, pues le pueden cambiar sus circunstancias personales, su motivación o su interés. Es por ello que siempre han de haber puertas abiertas por si en un futuro se quieren proseguir los estudios. Al alumno/a que se incorpora en el mundo laboral se le debe permitir salir y regresar al sistema escolar alternando periodos de escolarización con otros de trabajo. Ahora bien, y como es lógico, la obtención del título de la ESO no es suficiente para pasar a la siguiente etapa la Enseñanza General Superior (bachillerato), sin haber superado los conocimientos establecidos a tal fin y que a lo largo de la ESO se pueden ir adquiriendo. Lo que no hayan superado los conocimientos establecidos necesitan un examen para cursar la Enseñanza General Superior (EGS)

La ESO debe ser una etapa de educación y de enseñanza

Para alcanzar esa cultura básica y para los que quieran continuar su carrera de estudios tengan una preparación lo más adecuada posible, es necesario compaginar el proceso educativo con la adquisición de los conocimientos fundamentales. Si el aprendizaje de esos conocimientos ya se inicia en primaria, aunque siempre bajo la subordinación a la educación y formación, es en la ESO, y principalmente en su segundo ciclo, que los alumnos/as ya deben haber adquirido la suficiente capacidad de estudiar y se les puede exigir un esfuerzo personal, cuando el trabajo escolar ha de tener una orientación más académica y docente. En este caso la superación de los logros académicos supone haber establecido diversas convocatorias de exámenes, incluso en septiembre, pues no siempre es la capacidad la que determina el éxito, sino el tesón y el esfuerzo personal. Hace más el que quiere que el que puede.

No significa, pues, que se establezcan ningún tipo de itinerarios, ni de reválidas, como dictamina la política educativa del Partido Popular, sino que se continúa el proceso educativo y en aquellas materias que se necesitan adquirir conocimientos, se establecen controles trimestrales para separar en grupos de refuerzo y repesca a los que no logran superarlos, pero siempre con la idea de la recuperación y reintegración a la marcha general de la materia. Por ello los centros escolares deben tener la suficiente autonomía para diseñar programas específicos de atención a la diversidad y para la adopción de sistemas flexibles de organización escolar. Posibilidad para establecer programas de adaptación curricular para el alumnado con mayores dificultades de aprendizaje orientados a la consecución de los objetivos que permitan la obtención del título de Graduado Escolar de Secundaria y programas específicos destinados a los alumnos/as con importantes dificultades de adaptación escolar, desajustes conductuales o severo retraso curricular, con agrupaciones flexibles, no permanentes, ni irreversibles. Pero si al finalizar la ESO no se han alcanzado los conocimientos de las materias que se crean necesarias, no se podrá acceder a la siguiente etapa de estudios, pero no impide que se adquiera el título de Graduado Escolar de Secundaria, si así lo cree conveniente la Junta de Evaluación, formada por el equipo educativo de cuarto curso y presidida por el tutor/a de la clase a la que pertenecen esos alumnos/as.

Libertad en la organización

Pensamos que la educación secundaria obligatoria organizada por cursos como tradicionalmente se viene haciendo no es lo más adecuado. Porque si se piensa en un curso académico como un periodo de tiempo para calibrar si se han superado o no las materias (asignaturas), a fin de que el alumno promocione o repita curso, creemos que es perder demasiado tiempo para recuperar los atrasos que se vayan produciendo. Si un alumno/a, pongamos por caso, no domina las ecuaciones de primer grado, difícilmente va a resolver las de segundo grado. ¿Cuál es su aprovechamiento cuando la clase está trabajando las ecuaciones de segundo grado? ¿No es esperar mucho tiempo a que termine el curso para que pueda recuperarse repitiendo curso? Mientras tanto, además de incordiar y poner a prueba la paciencia del profesor/a, ¿qué hace? Es lógico que, como mucho, cada trimestre se intente recuperar antes de que los atrasos lleguen a más. Además, entender que la promoción de un alumno/a de un curso a otro en la ESO- que es un proceso de maduración, de desarrollo- está ligada al número de asignaturas aprobadas o suspensas es una simplificación excesiva del proceso educativo. Cada profesor/a es uno de los muchos agentes de la formación del individuo, pero el alumno/a es uno, su inteligencia es una, su personalidad es una…, y, por tanto, la decisión de un solo profesor/a no es suficiente. La simple suma aritmética de los resultados de las diferentes asignaturas, sin un análisis de conjunto, no es una definición de promoción. Es una representación de lo que ha hecho en cada asignatura, pero no es un resultado fiable de las posibilidades del alumno/a de cara al futuro. La previsión de las posibilidades del alumno/a de enfilar su futuro se fundamenta mejor en la decisión conjunta del profesorado que ha tenido en ese curso. Todos los profesores/as que intervienen en el proceso educativo han de opinar sobre su maduración, con todas las variables que comporta. Y para hacer una valoración más firme creemos que el periodo de tiempo de un curso académico es poco. El análisis del proceso de maduración y de asimilación necesita más perspectiva, como mínimo un periodo de dos años. Por eso estamos de acuerdo con la organización de dos ciclos de dos años cada uno que la LOGSE hizo de la ESO.

Objetivos de cada ciclo

Algunos objetivos del primer ciclo de la ESO serían: Aprender a aprender, aprender a trabajar en equipo, aprender a elegir, tener un dominio eficaz de las nuevas tecnologías, consolidar los conocimientos, con especial énfasis los de las materias instrumentales e iniciar una segunda lengua extranjera.

En el segundo ciclo se debe trabajar que los alumnos/as vayan aprendiendo a aplicar de manera práctica los conocimientos que se van adquiriendo, que se inicien en las técnicas del trabajo intelectual (confección de informes, elaboración de síntesis, razonamiento de las posturas adoptadas, búsqueda bibliográfica y de documentación) y que vayan consiguiendo los objetivos establecidos para finalizar un proceso educativo y docente básico y obligatorio a todos.

Esta organización en ciclos hace necesario mantener dentro de lo posible el mismo equipo educativo mientras dure cada uno de los ciclos, aunque los tutores/s cambien a mitad de ciclo como ya hemos propuesto. O sea, que cuando el tutor/a de 1º regresa a su centro de primaria pasa el testigo de su tutoría con todo su bagaje al que se hará cargo del 2º curso, quien continuará como tutor/a en 3º para dar solidez a la acción tutorial y encarrilar el segundo ciclo de la ESO, que, como ya hemos dicho tiene una orientación más académica. El tutor/a de 4º curso debe experimentarse en el cargo, pues su cometido es esencial, ya que ha de analizar la conveniencia de la repetición de 4º o cuidarse de colocar en los centros de formación ocupacional a los alumnos/as que no obtengan el Graduado, orientar a los que van a estudiar Enseñanza General Superior o módulos profesionales y ha de estar en contacto con los sectores económicos, culturales, sociales y políticos para programar sendas visitas a sus sedes a fin de recoger cuantas aportaciones y experiencias sean de provecho.

Visitas a los centros de producción y a todos los ámbitos de interés

La acción educativa ha de estar abierta a su entorno, porque fuera del contacto con la realidad todo cuanto se haga es tiempo perdido o deformación perjudicial. La escuela no ha de ser imagen de la vida, sino la vida misma. La finalidad de la labor educativa es entregar a la sociedad personas capacitadas y abiertas a todos los ámbitos del interés humano en la vida y en el mundo. Es por ello que, para evitar que la institución escolar dé una visión artificiosa de la vida productiva a unos alumnos/as que han de ingresa en ella cuando acaben su formación reglada, se han de programar sistemáticas -no esporádicas- salidas a los centros de producción y a todos los ámbitos de interés para analizarlos y para recoger cuantas aportaciones y experiencias sean de provecho. La visión analítica y crítica del tejido productivo y cultural proporciona a los jóvenes un trasfondo de ideal, una inquietud, de incalculables repercusiones futuras, además de tomar conciencia con mayor conocimiento de causa de lo que les interesa en su porvenir. Todas esas actividades deben formar parte del proyecto educativo y curricular de los centros, pero no de una forma complementaria, sino básica.

Los centros escolares de la ESO o institutos

Los centros de la ESO que, como hemos dicho, deben estar muy coordinados con los de primaria por formar el mismo proceso educativo, físicamente deben estar separados porque no es conveniente agrupar la niñez con la adolescencia. Y, sin embargo, con la Enseñanza General Superior y con algunos módulos profesionales, que tienen unos objetivos muy diferentes a los de la ESO, si pueden convivir y conformar un mismo centro, el Instituto de Segunda Enseñanza, porque en la ESO se necesita variedad de profesores/as que pueden y deben completar su jornada laboral impartiendo en esas otras enseñanzas. En los institutos deben estar los Departamentos. Es el Jefe del Departamento, que sirve de enlace con la Universidad y demás centros de enseñanza superior, quien analizando los programas (tercer nivel de concreción) vela por la coherencia y equilibrio de las enseñanzas de las respectivas áreas. Y todas las semanas los profesores/as han de presentar en sus Departamentos respectivos el desglose semanal de esa programación para discutir, en plan de igualdad, objetivos, métodos, ejercicios, material empleado… En ese intercambio de ideas, de juicios y modos de pensar, todos aprenden. El Coordinador/a Pedagógico de la ESO, elegido por su experiencia y méritos docentes y educativos, es el que centraliza todos esos desgloses semanales de la programación de cada clase para equilibrarlos a las posibilidades de los alumnos/as. El Coordinador/a Pedagógico es quien elige a los Coordinadores/as de ciclo, quienes tendrían periódicas reuniones con su equipo educativo del ciclo respectivo para analizar la marcha de los alumnos/as con relación a los objetivos del ciclo y organizar los créditos de refuerzo y/ de ampliación. El Coordinador/a de la Enseñanza General Superior (EGS), elegido de la misma forma que el de la ESO y con las mismas atribuciones, entendería de todos los asuntos con esa etapa docente, así como también orientar a sus alumnos/as de sus estudios. Y, en su caso, habría otro Coordinador/a de Formación Profesional, si estos forman parte del Instituto y su gestión se centraría en la atención de los módulos profesionales.

El Equipo Directivo estaría formado por el Director/a, el Jefe/a de Estudios, el Secretario/a y los Coordinadores/as de la ESO, de la EGS y el de los Módulos profesionales. Sobre su elección y cometido ya lo expusimos. Solo queda analizar La Comisión Pedagógica, formada por el Equipo Directivo, los Jefes/as de Departamento y el Coordinador/a del centro de primaria adscrito al Instituyo, que compone el staff encargado de elaborar todos aquellos estudios técnicos, entre ellos el presupuesto general del Instituto, y los proyectos curriculares de los dos centros, escuela e Instituto. Informes que después han de ser enmendados y aprobados por los respectivos Claustros y Consejos Escolares de la escuela y del Instituto.

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