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'La lengua en la escuela', por Pedro Cuesta Escudero autor de Por una escuela pública de calidad. Bases para una educación íntegra
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"La lengua en la escuela", por Pedro Cuesta Escudero autor de Por una escuela pública de calidad. Bases para una educación íntegra

sábado 04 de noviembre de 2023, 07:40h
'La lengua en la escuela', por Pedro Cuesta Escudero autor de Por una escuela pública de calidad. Bases para una educación íntegra
'La lengua en la escuela', por Pedro Cuesta Escudero autor de Por una escuela pública de calidad. Bases para una educación íntegra

Dada la expansión y desarrollo de los medios de comunicación y de transporte que recortan las distancias y el viajar en un mundo con una economía globalizada, obliga al conocimiento y uso de varios idiomas. Se impone, no el bilingüismo, sino el multilingüismo. Además formamos parte de una comunidad, la europea, donde la variedad idiomática es extraordinaria, lo que nos compromete a dominar varias lenguas para estar más cerca unos de otros.

Y en la misma España hay otras lenguas que son tan españolas como el castellano, por lo que todos estamos obligados a conocer, respetar y preservar. El eusquera, por ejemplo, es la lengua más española de todas, porque se conserva sin casi contaminación del latín, que era una lengua extranjera. El eusquera se hablaba en regiones más extensas que en la actualidad, como lo demuestra la toponimia con nombres con esa lengua que aún perviven, como Urbión (Picos de) en Soria, Javierre, pueblo que da entrada al valle de Pineta en Huesca o Arán, que en eusquera significa valle. Y el gallego y el catalán son lenguas hermanas del castellano, pero que no han gozado de la expansión y fuerza que éste ha tenido. El catalán procede del latín culto, pues Tarraco se construyó a imagen y semejanza de Roma, mientras que las legiones compuestas por soldados incultos conquistaron el resto de la península imponiendo su habla, el latín vulgar. Ocurre que el castellano tuvo un mayor desarrollo y expansión y personajes como Alfonso X el Sabio o Nebrija que lo convirtieron en un idioma culto. El catalán no tuvo gramática hasta el siglo XIX con Pompeu Fabra. Además el castellano se convirtió en la lengua de las clases aristocráticas y de la diplomacia, por eso Cristóbal Colom, que nació en Mallorca, aprendió el castellano como correspondía a un miembro de la familia real.

El actual gobierno español de Pedro Sánchez quiere introducir las lenguas españolas en el seno de la Unión Europea y, para ello, para dar ejemplo, ha empezado que en el Congreso de los Diputados, donde están representados todos los territorios españoles, se pueda expresar en una de las lenguas oficiales españolas quien lo desee. Pero el partido político Vox, que se cree más español que los demás, boicotea esta medida para que la lengua castellana, que la tienen como lengua materna más de quinientos millones de personas, no desaparezca.

La escuela es la que debe abordar el estudio de las lenguas

El estudio, pues, de varias lenguas ya no es un lujo, sino una necesidad. Lo que hay que tener en cuenta a la hora de reelaborar la organización escolar, porque es en la escuela donde se debe abordar esta problemática, pues los niños/as aprenden los idiomas con más facilidad y entusiasmo que los adultos. En la evolución del lenguaje los niños/as reproducen maravillosamente todo cuanto escuchan a su alrededor y se apoderan con mayor facilidad que los adultos de la lógica del lenguaje. Son aptitudes que con la edad se van perdiendo. La experiencia y la ciencia son las que deben dictaminar si en el primer año de la etapa infantil se les debe hablar en la escuela en otra lengua que no sea la materna. Pensamos que se le deben plantear problemas de tipo técnica a los profesores/as de esa etapa infantil. Sin embargo cuanto antes se les debe iniciar en la lengua instrumental del centro escolar (la lengua propia de las Comunidades autónomas, el francés en el Liceo francés, el alemán en el Colegio alemán, etc.) para cuando se inicie el segundo ciclo de la etapa infantil (3 años) ya lo dominen con la suficiente soltura. En las Comunidades autónomas con lengua propia se les debe iniciar el uso hablado del castellano a los cuatro o cinco años y un año o dos después la primera lengua extranjera, con medios audiovisuales adecuados y en un ambiente donde no haya nada que perturbe el aprendizaje de esos idiomas. En las Comunidades autónomas que solo cuentan con el castellano como única lengua propia, debe adelantarse el conocimiento hablado de esa lengua extranjera en los párvulos de cuatro o cinco años, para, de paso, potenciar la disposición y facilidad hacia otras lenguas que tienen los nacidos en tierras bilingües. Creemos que una segunda lengua extranjera se debería comenzar a impartir en el segundo curso de la secundaria (ESO), en vez de hacerlo en el primero como muchos piensan, para evitar que haya demasiada dispersión en el paso a la secundaria, que es una etapa que se caracteriza por la diversidad de materias y de profesores/as.

Didáctica de las lenguas

El primer contacto con cualquier idioma ha de ser siempre en el ámbito oral, pues no hay nada más eficaz para aprenderlo que oírlo y hablarlo. Cuestión esencial es que el profesorado ha de dominar con gran fluidez el idioma que enseña. Si es nativo mucho mejor. No vale aquello que, como es para pequeños/as, vale cualquiera con tal de que tenga unas nociones del idioma que ha de enseñar. En este caso es una pérdida de tiempo, como hasta ahora nos ha venido ocurriendo –y lo hemos sufrido-, pues es muy frecuente que, después de haber estudiado una lengua varios años, apenas si hemos llegado a chapurrearla.

La expresión escrita es un estadio que viene después, y la última fase es su estudio gramatical. El fracaso de la enseñanza de las lenguas es debido a que se invierten los términos y se inicia con la gramática, cuando los alumnos/as aún poseen un vocabulario pobre y muy poca fluidez al hablar.

Por otra parte no se debe iniciar el estudio del lenguaje escrito mientras el niño/ no ha alcanzado la facilidad lectora, que suele ser sobre los cinco o seis años de edad, a caballo entre la etapa infantil y la primaria. Antes de esas edades hay que enseñarles a pensar. No hay prisa en aprender a leer y escribir. Es mucho más urgente enseñar a los párvulos a ver, a oír y a reflexionar. Las primeras fases del pensamiento se ejercitan practicando el lenguaje hablado y oyendo hablar. “Pasará el niño los primeros años de su vida aprendiendo y educándose – reflexiona Cossío en 1879- sin cuidarse hasta mucho más tarde de los que hoy se llama estudio (leer, escribir y contar) y en la seguridad de llegar a él ya rico en conocimientos y apto para vencerlo breve y fácilmente, cuando llegue la razón, es decir, cuando “necesite” en efecto de ellos para proveer a las necesidades de su vida y a los intereses de su desarrollo espiritual”. El principio general de que la enseñanza ha de ser lenta y repetida, tiene aplicación, más que en ninguna otra, en la enseñanza del lenguaje. Una vez familiarizados los niños/as con el uso del lenguaje oral, es llegada la hora de iniciarles en la lengua escrita. Y al mismo tiempo que se enseña a escribir se enseña a leer, pero siempre empezando por la escritura, y así se evitan las frecuentes faltas de ortografía que se suelen cometer.

El estudio de la Gramática

El estudio sistemático de la ciencia del lenguaje, la Gramática, debe empezar cuando ya el alumnos/a tiene las facultades intelectuales bastante desarrolladas y ha adquirido bastante facilidad en el uso del idioma. Para la enseñanza de la Gramática hay que proceder siempre del ejemplo a la regla, de la práctica a la teoría, de los ejercicios del lenguaje (dictados, redacciones, lectura comentada, análisis) al conocimiento de las leyes gramaticales, para luego, invirtiendo el camino, pasar del conocimiento de las leyes a su aplicación y comprobación. O sea, se recorre el camino dos veces: de ida y vuelta, de ida mediante el análisis y de vuelta por la síntesis. Una vez que se vaya sabiendo cómo se organizan los diferentes materiales de la lengua para la adecuada expresión de los pensamientos se está en disposición de poder aplicarlos a la expresión del pensamiento propio. Es el objeto de la composición, o sea el arte de hablar y escribir con facilidad y precisión.

Aprender a estudiar

El que se sea muchos años estudiante no quiere decir que se haya adquirido hábitos y técnicas de estudio. Cuando empiezan a haber contenidos más complejos es cuando se pone de manifiesto que muchos alumnos/as flojean porque no saben estudiar. La mayoría estudia para los exámenes y no suele utilizar técnicas para que le permitan asimilar los conocimientos. El alumno/a tiene que saber cómo acceder a la información, cómo extraerla, ha de aprender a resumir, ha de tener una buena comprensión lectora. Hasta ahora es muy generalizada la opinión de que la comprensión lectora ocurre automáticamente, una vez que los alumnos/as sean capaces de dosificar el lenguaje con precisión y rapidez. Pero es una hipótesis totalmente falsa. Al alumno/a hay que enseñarle técnicas eficientes de procesamiento de textos que afecte, no solo a la cantidad y calidad de la información extraída de dichos textos, sino también de la comprensión de dicha información. Y comprender es integrar e interpretar, es crear significado. La comprensión de la lectura es lo más fundamental, pues al alumno/a se le dota del mejor instrumento para su autoeducación, saber estudiar.

Junto a los profesores/as de lenguas se debe utilizar otro profesor/a en el primer ciclo de la ESO para que haga especial hincapié en las técnicas de estudio, a fin de que en el 2º ciclo de la ESO, Bachillerato y demás Estudios Superiores puedan aprovechar mejor una enseñanza con exámenes y estudios exhaustivos individualizados de las diferentes materias.

Concretando

En P4 (párvulos de 4 años) se debe iniciar el lenguaje oral de la primera lengua extranjera. Durante el P5 se inicia el estudio de la escritura y lectura del castellano para que al finalizar 1º de Primaria ya se escriba y lea con cierta soltura. En el segundo ciclo de primaria (3º curso) se enseña a leer y escribir el primer idioma extranjero. En el 2º curso de la ESO se inicia la segunda lengua extranjera, mientras que los hijos de los emigrantes deberían aprender a leer y escribir la lengua de sus antepasados, si no lo han hecho aún.

Durante el 3º de la ESO se trabaja el estudio de cada una de las Comunidades Autónomas de lengua castellana y en 4º de la ESO se trabajan las Comunidades de lengua propia para que todos los alumnos/as de España tengan nociones, no solo de su geografía física y económica, sino también de sus culturas y lenguas, por ser un patrimonio de todos y así acabar con los desencuentros y los malentendidos que propicia la ignorancia.

En P5 y 1º de Primaria se enseña a leer y escribir la lengua propia de las Comunidades Autonómicas, porque será la lengua instrumental de la escolaridad de esa Autonomía, al tiempo que se seguiría trabajando oralmente el castellano y la primera lengua extranjera. En el segundo ciclo de la Primaria (3º curso) se enseñará a escribir y leer el castellano, a fin de que cuando lleguen a la ESO se puedan impertir materias en castellano, aunque sin llegar a superar la mitad de ellas. En el 3º ciclo de Primaria (5º curso) se trabaja la escritura y lectura de la primera lengua extranjera. Durante el Bachillerato se podría cursar alguna materia en cualquier lengua de las estudiadas.

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