Es un clamor popular la desconfianza que está transmitiendo la política en estos tiempos, en especial la de Javier Aureliano como presidente de la Diputación de Almería y del Partido Popular.
Tened en cuenta que Almería es una ciudad pequeña y aquí se conoce todo el mundo.
A Javier Aureliano nunca se le ha conocido una profesión ni un trabajo fuera de la protección del Partido Popular. Siempre ha sido el chico de confianza de unos y de otros, hasta que llegó su momento tras el vacío de liderazgo en su partido con un Francisco Amizian defenestrado y el resto de concejales que, por unos motivos u otros, nunca tuvieron ni la confianza ni el liderazgo suficientes para encabezar este PP almeriense.
Para situaros en contexto, Javier Aureliano fue ese chico que supo esperar con disciplina y esmerada dedicación a que su predecesor, Gabriel Amat, diera un paso atrás y, confiado en ese juego de tiempos en el que basa su política, ha hecho de la inacción su "fuerte".
Él piensa que este servidor va a desistir de la petición de ese test que muestre su salud toxicológica pero, por más que nos lance mensajitos condicionantes o envíe a sus mamporreros a provocar situaciones de agresión en plena calle, como la de ayer en pleno paseo marítimo de Aguadulce y como actor protagonista a uno de sus técnicos agradecidos, os confirmo que no vamos a desistir.
Y como digo habitualmente, aquí en Almería nos conocemos todos, y de ahí la credibilidad de lo que escribo: conozco a su familia, a su grupo de amigos, incluso su trayectoria académica en La Salle, a sus compañeros de piso cuando era estudiante e incluso sus andanzas en los inicios políticos hasta hoy. Sabemos tanto de él que creemos que es urgente que se haga un test de drogas, y si tuviera un positivo y reconociera su problema, yo, como David García del Valle y como representante de un club de judo, le tenderé la mano para que salga de ese drama que son las adicciones. Ya lo hicimos con Manuel Flores, una de sus personas de confianza y ex-teniente Alcalde de Félix, que fue atendido en Málaga hasta que ha podido volver a nuestra provincia en otro proyecto de rehabilitación, donde esperamos que se recupere pronto.
Para mí este viernes será un día especial y atípico, no por estar ante un test de drogas ya que, como he dicho en infinidad de ocasiones, yo mismo he sido objeto de ellos cuando era deportista, sino porque la última vez que estuve en el Salón de Plenos de nuestra Diputación fue para recoger el Escudo de Oro de la provincia que marcó mi vida deportiva junto a la distinción con Medalla de Bronce que me otorgó La Real Orden al Mérito deportivo, en cuanto a reconocimientos se refiere.
La vida política le da una segunda oportunidad a Javier Aureliano García Molina de limpiar su nombre. Recordemos que no hace mucho se vio envuelto en un hecho donde unas siglas, que por casualidades del destino corresponden a sus dos nombres y a sus dos apellidos JAUGAMO, aparecían como autorizado para disponer de dinero (124000€) de una cuenta de la empresa constructora Facto, algo que jamás aclaró.
Con todo esto esperamos que el próximo viernes día 27 de octubre Javier de un paso al frente con valentía y se haga dicho test, ante muchos almerieneses que iremos a este Pleno Provincial correspondiente al mes de octubre. Espero contar entonces orgulloso que dio negativo en el test de drogas y que podamos seguir confiando en su gestión.
Si (
No(
