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"La Ascensión del retablo de Sant Martí Sarroca", por Pedro Cuesta Escudero autor de El retaule gòtic de Sant Martí Sarroca

'La Ascensión del retablo de Sant Martí Sarroca', por Pedro Cuesta Escudero autor de El retaule gòtic de Sant Martí Sarroca
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jueves 20 de julio de 2023, 08:39h
'La Ascensión del retablo de Sant Martí Sarroca', por Pedro Cuesta Escudero autor de El retaule gòtic de Sant Martí Sarroca

“Lo ven subir, hasta que una nube lo quita de la vista. Todavía estaban mirando al cielo como él se iba, cuando se presentaron dos hombres vestidos de blanco, que les dijo: Galilea, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este Jesús que os ha dejado para subir al cielo volverá como lo habéis visto marchar” (Ac. 1, 3-11)

El día de la Ascensión es una fecha cristiana que se celebra cuarenta días después del domingo de Pascua de Resurrección y conmemora la ascensión de Jesucristo al cielo en presencia de su Madre y de sus discípulos después de anunciarles que les enviaría el Espíritu Santo. La doctrina cristiana sostiene como dogma de fe que Cristo subió a los cielos en cuerpo y alma y que se sienta a la derecha de Dios Padre. No fue una transformación espiritual como es habitual en las experiencias místicas de otras religiones.

La tradición judía mantiene el símbolo que el cielo es como la vivienda de Dios, simbología que es aceptada por el Cristianismo.

Los fondos doctrinales se encuentran en el Evangelio de Lucas (24, 50-53): “… y mientras les bendecía se fue separando de ellos y fue directo al cielo” y en Los Hechos de los Apóstoles (Ac 1, 9-11), que es la doctrina clave en la iconografía de las Edad Media. “Cuando hubo dicho eso, se elevó delante de ellos; una nube se lo llevó y dejaron de verlo” (Ac 1,9)

Una tradición legendaria afirma que la Ascensión se produjo en lo alto del monte de los Olivos y que Cristo dejó grabadas las huellas de sus pies en la roca.

Lo que no dicen estas fuentes doctrinales es que María estuviera presente, pero desde siempre Ella ha estado asociada en este misterio, porque le corresponde más que a cualquier otra criatura. Con el fervor que en la Edad Media se le tenía a la Madre de Dios no podía faltar su presencia en la Ascensión para deleitarse del gozo de pensar que su Hijo se iba a sentarse a la derecha de Dios Padre.

En este cuadro del retablo de Sant Martí Sarroca se puede observar como María y Pedro, el nuevo jefe de la Iglesia, están en primer término, como los personajes más importantes, después del que sube al cielo.

La persona de Jesús está representada en la parte central superior de manera que sólo se le ve la parte inferior de la túnica y los pies. En la roca, que está diseñada bastante convencionalmente, se pueden observar las huellas de los pies. Todos los personajes están arrodillados y con la vista atenta, admirados por lo que ven.

La escena está centrada en la parte inferior de Jesús y en las huellas que deja en la roca. De esta manera se concreta la imagen del movimiento; para que el espectador no dude, las huellas y la representación de medio cuerpo provoca esta impresión.

La escena, llena de figuras, se acerca más al estilo de Borrassà (el internacional) que al de Pere Serra (el italo-gótico), aunque la idea de la composición es la misma que vemos en diferentes retablos del estilo italo-gótico, como es el de Pentecostés de la Colegiata de Manresa. El manto de María es el que lleva siempre y su cara angelical se vuelva a repetir. Y si nos fijamos y comparamos la figura de San Pedro es la misma que vimos en el cuadro del Nacimiento de San José, con la única diferencia que el nimbo de éste último era poligonal por ser personaje considerado del Antiguo Testamento

El fondo dorado anula cualquier elemento del paisaje y de la perspectiva.
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