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Irma, José y Katia, hijos del calentamiento global.

Irma, José y Katia, hijos del calentamiento global.
domingo 10 de septiembre de 2017, 09:44h

Donald Trump, se ha desmarcado de cualquier inciativa relaccionada con acciones para evitar el calentamiento global. Ahora tras Harvey e Irma tal vez se lo piense mejor.

El huracán Irma ha dejado un rastro de devastación a su paso por las islas del Caribe, dificil de describir. Los destrozos causados son enormes incluidos cortes eléctricos, inundaciones, daños en edificios a edificios e interrupciones en las comunicaciones. Como saben " Irma" de categoría 5, la máxima en la escala Saffir-Simpson, y vientos de hasta 295 km/hora, ha castigó duramente Puerto Rico, el norte de República Dominicana, y continúa en dirección hacia Cuba, Bahamas y el sur de FloridaEn las islas de Anguila, Antigua, Barbuda, Islas Vírgenes Británicas, San Bartolomé y San Martín, la tormenta causó al menos diez muertes y enormes destrozos, tal ha sido el daño provocado que el primer ministro de Barbuda, Gaston Browne, ha dicho que la isla es "apenas habitable". Y no es para menos, un 90% de sus edificios han sido destruidos mientras que el 60% de una población de 1.400 personas se quedó sin casa.

Irma, un nombre de mujer que las gentes de aquellas tierras no olvidaran y que a buen seguro nadie pondra a sus hijas, pero si se preguntan por qué los huracanes llevan nombres de personas, la razón está en evitar confusión y facilitar la divulgación de alertas. Así se decidio en 1953n en el Centro Nacional de Huracanes de EE.UU y así se ha venido utilizando desde entonces en otras regiones del mundo para facilitar el trabajo a la Organización Meteorológica Mundial. Así los huracanes se organizan cada año en orden alfabético, alternando nombres masculinos y femeninos, en inglés, francés y español, nombres que -se reciclan cada seis años, es decir que pueden utilizarse de nuevo. Así, por ejemplo, la lista que se utilizó en 2010 sirvió también para 2017. De ello se encargan los comités regionales de la OMM que se reúnen anualmente para decidir cuáles nombres de tormentas del año anterior deben ser "congelados" por haber causado un impacto particularmente devastador. Un ejemplo es Katrina, el huracán que dejó más de 2.000 muertos en Nueva Orleans (EE.UU.) en 2005, cuyo nombre no se ha vuelto a utilizar, algo que a buen seguro harán con Irma, que ya apareció en 2011 y ahora en 2017 se ha vuelto autilizar.

Sin embargo el ponerle un nombre femenino a los huracanes se extendió entre los meteorólogos del ejército estadounidense durante la Segunda Guerra Mundial para recordar sus amantes, esposas o madres. El hábito se convirtió en norma hasta la década de los 70. En 2014, un estudio de la Universidad de Illinois (EE.UU.) afirmó que los huracanes con nombres de mujer mataban a más personas que aquellos con nombre masculino. Según parece la razón está en que al creearse al tomarlos menos en serio, se les pone un nombre de mujer, craso error cuando desatan su virulencia, así los científicos analizandolas cifras de muertes causadas por huracanes en EE.UU. durante más de seis décadas, comprobaron que las tormentas con nombre de mujer mataron a casi el doble de personas que aquellas que llevaban por nombre el de un hombre.

Pero con nombre masculino o femenino, mientras Irma continúa su devastador periplo por islas del Caribe camino a Florida, los meteorólogos siguen de cerca la evolución de otros dos huracanes que acechan esa zona del Atlántico y uno de ellos es José que en la mañana del viernes alcanzó categoría 4, lo que lo convierte en "extremadamente peligroso". Con vientos de hasta 240 kilómetros por hora, José ha levantando la alerta en islas que ya han sido azotadas por Irma como: Antigua, Barbuda, San Martín, San Bartolomé y Anguila. A este le sigue Katia que en aguas del golfo de México, comienza a ganar fuerza y ya es un huracán de categoría 2. Tal es así que en Veracruz ya se ha dado aviso de alerta a la población, aviso que también han hecho en Puerto Rico aunque a veces puede darse un cambio de rumbo inesperado, algo que los expertos califican como " comportamiento errático" como sucediera con Harvey que al impactar sobre Texas, la mayoría de previsiones apuntaban a que se alejaría de la zona hasta desaparecer y sin embargo cobró fuerza tras volver al golfo de México y tocar tierra por segunda vez, motivado según parece por los sistemas de altas presiones que encontró en el camino y que le dejaron estancado en la zona. Así su regreso al mar fue decisivo para recuperar la intensidad perdida y volver con mayor fuerza. En el caso de Irma, se esperaba que sus vientos pudiesen perder fuerza si su ojo central pasaba sobre los diferentes territorios del Caribe llegando más debilitado hoy al sur de Florida, pero por lo que parece su fuerza ha mermado apenas nada. Recordemos que Irma fue ganando intensidad y que sus vientos alcanzaron ya los 298 kilómetros por hora. El miércoles alcanzó las islas caribeñas de Anguila, Antigua y Barbuda, luego se trasladó a las islas de San Martín y San Bartolomé, y más tarde siguió su trayectoria hacia Puerto Rico, Cuba y Dominicana, hasta tocar tierra en florida con vientos de 250 kilómetros por hora.

Si bien es cierto que los huracanes se hacen más fuertes cuando están sobre el agua que sobre la tierra, Irma lo ha tenido todo a favor. La tierra por la que ha pasado son pequeñas islas comparadas con su tamaño.

Como saben, un huracán nace cuando el agua de mar caliente se evapora y asciende hacia zonas altas de la atmósfera, allí el vapor de agua se condensa y da origen a nubes y lluvias, un proceso en el cual se libera una gran cantidad de calor. Mientras el fenómeno permanece sobre el agua caliente, se fortalece y crece. Tras varias horas o días, la tormenta se va intensificando hasta convertirse en huracán ayudado por los vientos de su entorno que empiezan a rotar a velocidades superiores a los 120 kilómetros por hora. Sin embargo cuando los huracanes se desplazan a tierra, no existe suficiente evaporación para mantenerlos."Una vez que se mueven sobre agua fría o sobre la tierra y pierden el contacto con el agua caliente que los potencia, estas tormentas se debilitan y desaparecen" e Irma apenos lo ha hecho.

Muchos investigadores relacionan la intensidad creciente de los huracanes años con los efectos del cambio climático. Un huracán para formarse necesita que la temperatura del agua que contribuye a su formación sea de al menos 27ºC. En 2006, un estudio científico vinculó el incremento de temperatura de los océanos con el incremento de huracanes de categoría 4 y 5. Las pruebas demuestran que las aguas del golfo de México han subido alrededor de 1,5ºC respecto a 2010 y como decimos el agua caliente es, el combustible que toda tormenta tropical necesita para convertirse en huracán.

El gran problema por tanto es el calentamiento global.

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