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LA MORAL, por Juan Saborido trabajador de Metrología de VEIASA-ITV

LA MORAL, por Juan Saborido trabajador de Metrología de VEIASA-ITV

El objeto de este artículo es, poner de relieve el actual modo de operar que está teniendo el presente régimen de la Junta de Andalucía (gobernada por el PP, Cs y vox)

LA MORAL, por Juan Saborido trabajador de Metrología de VEIASA-ITV
LA MORAL, por Juan Saborido trabajador de Metrología de VEIASA-ITV
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Intentaré poner énfasis en un concepto que a primera vista puede parecer anticuado, se trata de la moral, sobre todo hoy, que parece que la sociedad la valora poco o muy poco, y no es que, sólo se produzca con el actual régimen Andaluz, sino que es algo que adolece la mayoría, lo que ocurre es, que en unos salta más a la vista que en otros.
LA MORAL, por Juan Saborido trabajador de Metrología de VEIASA-ITV

Por ello, quiero comenzar exponiendo aquellos datos que me llevan a definir con un calificativo, que poco a poco iré exponiendo, y dándole forma, así como, un breve recorrido por los conceptos que, a través de nuestra historia, marcan una forma concreta de actuar.

Como podréis comprobar, la moral puede sonar a una palabra “anticuada” para los tiempos que vivimos, pero por suerte, forma parte de nuestra vida cotidiana y dice mucho de las personas que la practican, no por el “beaterio rancio”, que la iglesia nos impuso durante los años de sufrimiento de la dictadura y de escarnios de un régimen hipócrita, y del que desgraciadamente hoy tenemos herederos/seguidores, de los que van a las misas dominicales, salen en procesiones, se dan golpe de pecho y que luego hacen verdaderas perrerías con sus semejantes.

Según la RAE, la moral tiene varias acepciones por lo que me quedaré con la primera:

  1. 1. Perteneciente o relativo a las acciones de las personas, desde el punto de vista de sus obrar en relación con el bien o el mal y en función de su vida individual y, sobre todo, colectiva.

Hoy más que nunca, nuestro espectro político parece que adolecen de una autentica moral, por ello, voy a ahondar en este tema.

Comenzaré exponiendo a modo de prefacio del libro de Bernabé Tierno “Espíritu y mente” una reflexión sobre el tema en cuestión, “La racionalidad de la conducta humana es el dominio de un saber que denominamos ética, al que corresponde reflexionar sobre los principios prácticos en el que se asienta la moral, ya sea a nivel individual, familiar o social.

Tal vez convenga recordar aquí, que la política es esa parte de la ética que se refiere al bien común (la palabra política proviene de polis, que en griego significa ciudad, estado) como criterio que sirve para justificar la moralidad de cuantos participan… En definitiva, el bien es lo que hay que hacer; el mal es lo que hay que evitar.

Por el puesto de responsabilidad que ocupa y el poder que tienen para el bien y evitar el mal a los ciudadanos que le dieron su confianza, la falta de ética en cualquier político siempre tiene desastrosas consecuencias para un país (peor cuanto mayor sea el poder que atesora). Un político sin ética corrupto, es probablemente una de las mayores desgracias para los ciudadanos que gobiernan.”

Normalmente, la educación ha influido he influye fuertemente, sobre todo, en la escala de “valores” que el sistema social predominante impone. De hecho, nuestro modo de ver las cosas no es propia, sino que está, de algún modo, influenciadas por el propio sistema en el que nos encontramos inmerso.

Existe un tipo de persona que tiene un “modus operandi” muy particular, que no sólo es realizado de modo individual, sino que se “colectiviza” de forma, que se crea un estilo concreto, tal como he expuesto anteriormente.

Es ese tipo de persona que por un lado actúa de una forma y que, según intereses, actúa de otra, a esta persona se le considera una persona de doble moral, este tipo de persona o de grupo crea infinidad de problemas. Las personas o grupos que tienen este modo de actuar aparentan tener ciertos valores que no sólo no practican, sino que además se atreven a criticar a los que no los tienen.

Hoy, si nos detenemos por un momento, encontraremos no sólo a personas sino a instituciones de todo tipo que no son consecuentes con lo que dicen y cuyos actos no coinciden con los valores que dicen defender (Iglesia, partidos políticos de toda índole, organizaciones sindicales, instituciones empresariales, etc..).

Parece ser, que su origen se remonta a la época de la antigüedad sobre todo en Grecia y en Roma, en donde tanto los reyes como los gobernantes establecían leyes en donde se mejoraban diversas áreas de la nación, como el caso del comercio, pero que a continuación se eliminaban con otras enmiendas, cabe destacar que en esa época las leyes se proclamaban en discursos. Esto lo podemos comprobar actualmente de forma clara en las políticas que actualmente se esgrimen en al actual espectro político andaluz, me refiero concretamente a la doble moral, como un instrumento de presión empleado a través de los medios públicos.

La principal causa de la doble moral es, tapar una acción concreta con otra acción totalmente contraria o buscar la manera de justificarla, por lo general son antagonistas y en ocasiones difíciles de detectar.

  • “Quizás no hay fenómeno que contenga tanto sentimiento destructivo como “la indignación moral”, que permite que la envidia o el odio actúen bajo el disfraz de la virtud”. (Erich Fromm).
  • “No podemos negociar con gente que dice lo que es mío es mío y lo que es tuyo es negociable”. (John F. Kennedy).

Esto no solo tiene el calificativo de inmoral, sino de hipócrita, y es, ante todo, un antivalor, sobre todo, si proviene de representantes políticos que se les ha dado la posibilidad de gobernar para el bien de la sociedad, y por más que intenten enmascarar los hechos, al final todo sale a luz pública tarde o temprano, destapando las “mentiras”.

Hay otra manera, forma o estilo muy peculiar y que parece, por su acepción, “menos fuerte”, sobre todo aquí en España.

Se dice de forma popular que los españoles “somos un país de picaros” y que la “picaresca” acampa a sus anchas, y esto no es algo nuevo, ya los poetas y escritores españoles del siglo de Oro de la literatura, periodo que se inició en el Renacimiento siglo XVI, y que continuaría con el Barroco en el siglo XVII se extendería con las novelas picarescas (como es el caso del Lazarillo de Tormes de Diego Hurtado de Mendoza o El Buscón, de Quevedo). Invito a los lectores a leer alguna de estas novelas y encontraremos el “caldo de cultivo” de nuestra actual sociedad, tanto empresarial como política; si analizamos lo que nos relatan estas obras, encontraremos que la máxima aspiración de un pícaro era la mejora de su condición social, y para alcanzar estas metas empleaba toda su astucia poniendo en práctica todos los procedimientos ilegítimos como eran el engaño y la estafa. Por lo que podemos destacar de esta práctica es, que vivían al margen absoluto de la ética, de la moral y de la honra, demostrando en todo momento una mala conciencia. Podemos decir, que el origen de esta, era una época donde la decadencia moral, económica y de corrupción acampaba a sus anchas y es donde surgió de forma muy acusada el monopolio, codiciado, admirado y querido, y a su vez temido, de personajes que controlaban las cofradías del hampa y de la mafia donde los rufianes eran los amos y señores.

Hoy aún tenemos esa pesada carga, que ha sido transmitida de generación en generación, la única diferencia es, que ésta se encuentra “camuflada” vestida “con nuevos ropajes” y bien protegida por un sinfín de leyes que “de alguna forma los amparan”, la astucia es sutil, como son los casos de la banca (el famoso caso del rescate de Bankia el más famoso a nivel europeo, rescatando a sus propietarios con el dinero de todos los españoles, las hipotecas y sus cláusulas suelo, introducida en los contratos de los ciudadanos de forma subrepticia, en el mundo empresarial tenemos los contratos basura. Y que decir con la actual “pandemia” la cantidad de casos de empresas que aprovechando esta situación han realizado “limpiezas” de trabajadores, o como la Comunidad Económica Europea, impone difíciles decisiones, como la actual reforma laboral o la destrucción de las pensiones y así un largo etc.) que, de forma endémica, empaña nuestra historia, pero como estamos “dormidos” y “atontados con los medios, el futbol, las fiestas, y los centros comerciales” no somos capaces de detectar estas sutilezas, y seguimos con esta “desgraciada tradición” que se supone los lideres tanto políticos como sociales deberían poner fin, pero como se nutren de estas prácticas no la erradicaran por mucho que proclamemos su inmoralidad.

Quiero dar una “vuelta de tuerca” para amparar este artículo, remitiéndome al caso de las ITVs, y para que no sea solo una apreciación mía, (que estamos denunciando desde hace un tiempo a atrás en Nuevodiario.es) me remitiré a otro artículo publicado en “En el Confidencial” titulado “La ITV es una función pública soberana” escrito por el secretario general de AECA-ITV donde dice “La prestación del servicio de inspección técnica de vehículos no es cualquiera otra actividad que pueda ser sometida a las reglas de mercado como si de ventas de bienes se tratase o arrendamiento de servicios. Según el Tribunal Supremo es una función pública soberana que debe prestar el Estado o, si se presta por entidades privadas autorizadas por dicho Estado o por Gobiernos Autonómicos, deben cumplir unos exigentes requisitos de índole técnica, jurídica, etc.” continúa exponiendo “En cuestión de seguridad de los vehículos, no debe primar criterios economistas precisamente, que son los que ha aplicado la CNMC (Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia) en su informe. La Unión Europea ha publicado una nueva Directiva que actualiza la ahora vigente (Directiva 2014/45/EU de abril de 2014(, en la “en absoluto ánima a la liberalización de este servicio”, incluso diríamos que muy al contrario, pues establece que la ITV no le es aplicable la Directiva de Servicios (Directiva 2006/123/CE, de 12 de diciembre de 2006, relativa a los servicios en el mercado interior), prioriza la imparcialidad y objetividad de inspectores y empresas de ITV, estableciendo de forma expresa que los mismos no deben verse afectados por conflicto de intereses, y ordena a los Estados miembros velen por dicha imparcialidad... La transparencia de este servicio –que, no mercado, como incorrectamente se denomina- la garantizan los altos niveles de control que ejerce la Administración y exigencias legal de que los centros de ITV tengan que estar acreditados por la Entidad Nacional de Acreditación.”.

¿Por qué considero todo esto inmoral?

La conclusión a la que llego, a través de mis años de servicio, es que “por salud mental” debo y debemos ser como mínimo denunciadores de una situación que llevamos luchando desde que entré en esta empresa (VEIASA) y por la que muchos compañeros y compañeras han dado lo mejor de sí en “la defensa de lo público” como un bien común, y que actualmente está siendo “saqueada” tanto por una administración que deja mucho que desear y una dirección de la empresa dirigida por personas con un desconocimiento profundo del origen de esta empresa y del “servicio que presta” a los ciudadanos en cuanto a la seguridad vial y de la dejadez, manifiesta, en el servicio del control metrológico legal. Lamento profundamente la inoperancia de las organizaciones sindicales, que se pliegan ante la presión de los intereses de la empresa, en vez de presentar una cara más ética y moral, siendo sobre todo contestataria en defensa de los intereses de los compañeros y compañeras.

Deseo terminar con un testo del Tao Te King (53).

“Sí poseyera tan sólo el más pequeño grano de sabiduría, andaría por el Gran Camino, y mi único miedo sería desviarme de él. El Gran Camino es muy llano y recto, aunque la gente prefiere senderos tortuosos. La corte es muy limpia y está bien provista, aunque los campos están yermos y llenos de malas hierbas; ¡y los graneros están vacíos! Llevan ropas lujosas, portan afiladas espadas, se hartan de comida y bebida, ¡poseen más riquezas de las que pueden disfrutar! ¡Son los heraldos del latrocinio! En cuanto al Tao, ¿qué pueden saber de él?”

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