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La avaricia del Reino Unido y el 'Ever Given', por Augusto Conte de los Ríos

La avaricia del Reino Unido y el 'Ever Given', por Augusto Conte de los Ríos
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lunes 29 de marzo de 2021, 11:50h
La avaricia del Reino Unido y el 'Ever Given', por Augusto Conte de los Ríos
La avaricia del Reino Unido y el 'Ever Given', por Augusto Conte de los Ríos
Esta semana hemos vivido dos noticias de calado, la primera fue el anuncio del gobierno de Boris Johnson de aumentar su arsenal de ojivas pasando de 225 ojivas a un nuevo límite de 260 ojivas, para decir poco después que el éxito de la campaña de vacunación en el Reino Unido se debe según él a dos factores: “avaricia” y “capitalismo”. Ahora entiendo por qué en Gibraltar pueden ir todos por sus calles sin mascarilla mientras la provincia de Cádiz presenta unos números tan altos de contagios.
La avaricia del Reino Unido y el 'Ever Given', por Augusto Conte de los Ríos
La avaricia del Reino Unido y el 'Ever Given', por Augusto Conte de los Ríos
La avaricia del Reino Unido y el 'Ever Given', por Augusto Conte de los Ríos

Pero no, no vamos a hablarles de la avaricia del Reino Unido ni de Rociíto, hoy nos toca explicar qué es un chokepoint o un punto de estrangulamiento marítimo, aprovechando el enorme atasco que ha formado el portacontenedores “Ever Given” en el canal de Suez.

Posición del “Even Given” en Marine Traffic y atasco en el canal de Suez.

Los chokepoints son puntos de estrangulamiento en las rutas marítimas que gozan de tres peculiaridades: son suficientemente estrechos para ser cerrados, no hay ruta alternativa en caso de cierre y son lo suficientemente importantes como para afectar a varios Estados.

Realizada la anterior definición, actualmente contamos con siete chokepoints: los estrechos de Gibraltar, Dardanelos y Bósforo, Malaca, Bab el Mandeb, Ormuz y los canales de Suez y Panamá. Se podrían añadir más, pero ya como chokepoints secundarios, como el cabo de Buena Esperanza y el de Hornos, los principales del siglo XVI; o más reciente, el estrecho de Kerch, que separa a Rusia y Ucrania.

Conflictos y Chokepoints.

Todos presentan fuertes medidas de protección, tráfico cuantioso y riesgos enormes. Muchos han sido causa de conflictos, como la Guerra del Sinaí que enfrentó a Francia, Inglaterra e Israel contra Egipto por el control del canal de Suez, y que terminó mal para casi todos: Egipto perdería parcialmente el control de su canal y más tarde la península del Sinaí, y Francia e Inglaterra comenzarían su declive como grandes potencias colonialistas.

Columnas de humo tras el asalto anglofrancés a Port Said en 1956.

Hasta entonces, Londres controlaba esas aguas gracias a una serie de tratados con pequeños emiratos, gobernados por sus propios emires pero que dejaban la seguridad en manos inglesas, como Adén, Baréin, Kuwait, Catar, Omán y Emiratos Árabes Unidos (EAU). El fracaso de Suez, junto con la pérdida de Palestina, Egipto y Jordania, llevó a Reino Unido a un callejón sin salida que le obligaría a abandonar la región y ceder la seguridad a unos emiratos poco preparados y escasamente poblados, pero que, por el contrario, contaban con una enorme riqueza, el petróleo.

El “Ever Given” nos ha demostrado qué mala es la avaricia. Mientras remolcadores y una sencilla excavadora siguen trabajando a contrarreloj para desenterrar la proa del “Ever Given” y liberarlo para reanudar la circulación en el canal de Suez, el sector del comercio marítimo y de las aseguradoras comienza a especular ya sobre los litigios y las cuantiosas reclamaciones económicas a las que la empresa propietaria del barco encallado deberá responder y que se cifran en unos 10.000 millones de dólares diarios. No olvidemos que el número de barcos que los cruzan se cifra en un 10% del tráfico marítimo mundial.

El canal de Suez representa una de las principales fuentes de ingreso para Egipto. Es la única ruta que une directamente el mar Mediterráneo con el mar Rojo y evita así tener que rodear el continente africano. El canal fue inaugurado el 17 de noviembre de 1869 por una española, la emperatriz Eugenia de Montijo y desde entonces solo ha visto interrumpido el tráfico una vez, durante la guerra del Sinaí en 1956 que enfrentó a Egipto contra Reino Unido y Francia que pretendían seguir monopolizando el canal. Egipto, como represalia, hundió cuarenta barcos en el canal, provocando el bloqueo total.

La emperatriz Eugenia de Montijo durante la inauguración del canal de Suez.

Esperemos que el “Ever Given” salga pronto de su cautiverio, por cierto, traducido significa “siempre dando”, y que el Reino Unido deje de dar la vara y se atragante con sus vacunas, ojivas y avaricia. Señor Boris Johnson, váyase, pero váyase bien lejos que en Europa no le necesitamos y como dicen en Cádiz, no se engrimpole tanto que el mundo ya no le aguanta y hace tiempo que dejaron de gobernar las olas.

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