Este escenario actual en el que vive Murcia -con circo o sin él-, es totalmente legítimo, pues tanto la Constitución vigente como la Ley Orgánica 5/1985, permiten estas barbaridades. Ahora no nos podemos rasgar las vestiduras, cuando nadie lo ha cambiado.
En este momento caben pocos órdagos posibles en nuestra Región y lo único que queda claro a la galería, es la afrenta que se nos hace a los murcianos y que les interesa poco a los actores que la generan. Creo que en estas circunstancias es el pueblo el que tiene que hablar.
Esto ha llegado a donde iba, y se evidencia que los gestores actuales han sido incapaces de dar respuesta a lo que necesitamos. Estamos tan ofuscados con la pandemia que no vemos que los índices de crecimiento en esta región no prosperan y este desventurado alboroto político genera desafección entre los inversores y una enorme sensación de inseguridad jurídica, que hasta la Croem exige a los políticos que “se pongan el mono de trabajo”.
No estaría mal que Miras convocara elecciones y propusiera un candidato digno, rompiendo ya con este espectáculo bochornoso, además ahora lo tiene más fácil cuando Ballesta está expirado... ¡¡buena jugada!! Protágoras dejó grandes seguidores en Murcia por eso de que el buen sofista defendía con el mismo ahínco, una cosa y la contraria, (véase el giro en Educación).
En esta región la partidocracia se ha quedado obsoleta ya que este concepto habla de que los intereses partidistas son los que rigen frente a lo que inquieta al pueblo, sin embargo hemos dado una vuelta de tuerca, en eso de cobra, vota y calla como diría Garre, pues vemos que de esa frase solo queda eso de… cobra ¿Realmente nuestros políticos nos representan? y si no es así ¿a quién lo hacen?
Si (
No(
