Algunas de las tradiciones navideñas españolas

Los primeros cantos dedicados a la Navidad se oyeron en nuestro país hacia el siglo XV. Muchos especialistas opinan que evolucionaron a partir de las cantigas (poesías medievales gallegas) y poemas mozárabes. El nombre “villancico” en español vendría de los encargados de entonarlas, los habitantes de las villas (villanos).

También tiene origen medieval el dulce más tradicional de la Navidad española, el turrón. Lo irónico del asunto es que esta delicia asociada a una fiesta cristiana fue creada por los musulmanes durante la época andalusí (del siglo VIII al XV). Pero, ¿por qué lo tomamos en estas fechas? El “culpable” fue Antonio Martínez, jefe de cocina de Felipe II, que indicaba que la mayor parte de los artesanos de Jijona (ciudad especializada en la elaboración de este dulce) recibían su salario de Navidad en turrón.

Al mazapán ya se le menciona en “Las mil y una noches” como alimento ideal para aguantar el Ramadán; así que pocos dudan sobre su origen andalusí. Pero el dulce se hizo célebre en la España cristiana gracias a Alfonso VII de Castilla (siglo XI), que lo tomaba como postre. Su vínculo con la religión se debe en parte a la leyenda que afirma que gracias al mazapán las monjas de San Clemente salvaron de una terrible hambruna a la población de Toledo.

A finales de Navidad, concretamente en el día de Reyes (6 de enero) también se sirve un dulce típico, el roscón. Parte de su encanto reside en que en su interior contiene una sorpresa. Se dice que la costumbre viene la de Edad Media, aunque por aquella época el regalo era un haba. Que el roscón contenga un juguete o una figura vendría de la época de Felipe V de España, nieto del rey Luis XIV de Francia, que habría seguido la costumbre versallesca de esconder una moneda de oro en uno de los dulces de palacio para diversión de los nobles. Las clases humildes, al hacer del roscón un dulce popular, habrían cambiado la moneda por un regalo más asequible.

Quizá la costumbre navideña más divertida de España sea la de tomar 12 uvas al ritmo de las campanadas que anuncian el año nuevo. Es una tradición reciente cuyo origen divide a los expertos: unos dicen que se originó en 1909 para dar salida a un excedente de uva del Vinalopó (Alicante); otros citan la Nochevieja de 1882, cuando varios jóvenes madrileños decidieron hacer una parodia de la costumbre burguesa de tomas uvas y champán en fin de año.