Hace unos días se celebraba el día internacional de las personas con discapacidad y asistíamos atónitos a una noticia publicada en Nuevodiario. Los tres Comités de Empresa de Verdiblanca denuncian la mala gestión de la Junta directiva que pone en peligro más de 600 puestos de trabajo.
El que debería ser un día reivindicativo ante las administraciones públicas para que garanticen la igualdad de oportunidades a las personas con discapacidad, se convirtió en un día de pesadilla para muchas personas trabajadoras de esta entidad, conscientes de que, si pierden su puesto de trabajo, difícilmente van a poder acceder nuevamente al mercado laboral.
La pregunta evidente que nos viene a la mente a quienes hemos conocido la trayectoria de esta Entidad que ha sido el buque insignia de las organizaciones de la discapacidad en Almería, Andalucía y una de las más importantes de España, es ¿Cómo se ha podido llegar a esta situación?
La Asociación Provincial de Personas con Discapacidad “Verdiblanca” se creó en el siglo pasado, al final de la década de los 70, cuando nacieron en España muchas asociaciones que reivindicaban acabar con las leyes de la dictadura, luchaban por las libertades y pedían igualdad de derechos.
A lo largo de 40 años Verdiblanca ha liderado el movimiento asociativo de la discapacidad física y orgánica, impulsando la creación de otras asociaciones en la provincia de Almería, la puesta en marcha de la FAAM y participando de manera muy activa en la creación de la Confederación Andaluza de Personas con Discapacidad.
Durante este tiempo, supo visualizar que el trabajo es la mejor vía de normalización de la vida de las personas con discapacidad, poniendo en marcha una serie de actividades laborales que han dado como resultado una plantilla superior a 600 personas, de las que un porcentaje muy elevado tienen discapacidad.
En el año 2016, el que fuera presidente de la entidad durante varias décadas, José Gómez Amate, dejó la presidencia, sustituyéndolo en el cargo Antonio Sánchez de Amo, quien no tardaría en empezar a generar conflictos, tanto a nivel interno con algunos trabajadores de la entidad, como a nivel externo con instituciones como la Universidad de Almería, con quien litigó en los tribuales por el Servicio de limpieza de la citada institución. Asimismo, es conocida la mala relación con el presidente de la FAAM, Valentín Sola, que tuvo su punto álgido en la Asamblea de esta entidad hace 2 años, cuando los representantes de Verdiblanca abandonaron la asamblea, leyendo un comunicado muy duro.
Dicen por los mentideros del sector de la discapacidad que Sánchez de Amo tiene un afán de protagonismo tan exacerbado que solo se preocupa de su imagen en los medios de comunicación, sin importarle mucho el proyecto social que representa.
Parece ser que, la situación de conflicto que se está viviendo se ha agudizado al entrar en juego el anterior presidente, Gómez Amate, quien tutela la candidatura alternativa a Sanchez de Amo, liderada por María José López Sánchez, lo que ha motivado que Sánchez de Amo cese al Director General de la Entidad, Juan López Marín, que ya ocupaba este cargo con Gómez Amate y es pública la relación de amistad que les une.
Esperemos que impere la cordura, que sean capaces de solucionar los problemas internos, sin que repercuta en la estabilidad de los puestos de trabajo y, para ello, deben tener muy presente que hay que saber sacrificar el interés particular, por el bien general de la entidad. Estamos viviendo tiempos muy complicados, como consecuencia de la pandemia, y no es justo que en una situación como la actual, paguen las consecuencias del afán de protagonismo personal las personas más vulnerables, que constituyen la razón de ser de Verdiblanca.
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